Texto de Tsukino1980 y Kisacullen
Protagonista indiscutible de la semana, así como de nuestra pasada #NocheOtakuMT, Quiero comerme tu páncreas se proclama como la alternativa de animación japonesa en la gran pantalla para la jornada cinéfila, siguiendo la estela de otros estrenos anteriores.
La tendencia de los cines españoles se encuentra percibiendo actualmente un cambio más que notable en cuanto a la exhibición de animación japonesa se refiere. Hace algunos años, hubiera sido impensable el poder disfrutar de más de uno o dos títulos al año en salas de cine por toda la península, siendo solo algunas ciudades y marcas las agraciadas para ello.
Por suerte, las distribuidoras de animación intentan remediar este hecho, con una mayor presencia en las salas. En el caso de Selecta Visión, ésta continúa trayendo títulos a nuestro país y muchos de ellos, como el evidente éxito comercial de Dragon Ball Super Broly, pueden llegar incluso a romper las expectativas de la propia distribuidora.
Ya sabemos que Dragon Ball es un caso especial: una franquicia mundialmente conocida, con todo el peso de la nostalgia y un arraigado fandom en España. No obstante, la línea a la que se adscribe Quiero comerme tu páncreas sería aquella iniciada con títulos como your name., A Silent Voice, Fireworks o Maquia, de los cuales, la primera de ellos abrió las puertas al público y a las salas de cine a este tipo de animación, otra vez.
Ahora tenemos en pantalla una de las mejores películas de anime que podremos ver en nuestras salas este año, Quiero Comerme tu Páncreas, una película que no solo por su calidad y contenido, sino ya por su título no va a dejar indiferente a nadie.
Contextualizando
El origen de Kimi no suizou wa tabetai data de 2014. La obra comenzó como una web novel autoría de Yoru Simino que alcanzó un éxito vertiginoso en muy poco tiempo. Las alabandas y la una crítica favorable, hicieron que al año siguiente, el título se embarcara en un proyecto transmedia a gran escala, incluyendo entre sus formatos una revisión de la obra para su publicación en físico como light novel bajo el sello de Futabasa y una adaptación al manga, que contaría con los lápices de Idumi Kirihara, en España editada por ECC, la cuál os hemos reseñado en la web. Todo ello espaciado con un lapso de un año entre cada una, al que luego habría de sumarse una adaptación a live-action estrenada en verano de 2017. De esta última, Selecta Visión también es poseedora de los derechos de distribución para España.
Finalmente, el proyecto transmedia culminaba no solo con la creación de una nueva light novel situada tiempo después de los acontecimientos de la historia original, sino también con la realización y el estreno de una adaptación al anime en forma de gran producción cinematográfica en 2018, de la que ahora somos capaces en pantalla grande desde el pasado viernes 12 de abril.
La película viene firmada por Studio Voln y Aniplex en su distribución. La dirección corre a cargo de Shin’ichiro Ushijima y producida por Keiji Mita. En el apartado sonoro contamos con la composición de Hiroko Sebu.
Sinopsis de la película
Esta es la historia de una chica con una enfermedad pancreática terminal, un chico que le guarda el secreto y una relación que todavía no tiene nombre…
“Yo” es un estudiante de secundaria que no siente ningún interés por los demás y se pasa todo el tiempo solo leyendo libros. Un día, en una sala de espera de un hospital se encuentra un libro titulado “Vivir con la muerte”, que resulta ser el diario secreto de Sakura Yamauchi, una chica popular de su clase. En él relata que le han diagnosticado una enfermedad pancreática terminal y que ha decidido no contárselo a nadie y exprimir al máximo el tiempo que le queda de vida. A pesar de su desdén inicial, la actitud de la chica hace que el corazón de “Yo” se va ablandando poco a poco. Estos son los recuerdos primaverales de una chica que convive con una enfermedad terminal, un chico que le guarda el secreto y una relación que todavía no tiene nombre.
La historia por el final
La historia juega con la picaresca de la narración segmentada: el contarte el final de la historia nada más empezar, se convierte en un punto de anclaje perfecto para el espectador, quien desea conocer qué ocasionó ese desenlace. Todos sabemos que el Titanic se hundió, la pregunta principal es el cómo.
Esta misma narrativa, abanderada por la magnífica dirección y adaptación de Shinichirou Ushijima (Death Parade, Hunter X Hunter (2011), One Punch Man), nos presenta un argumento cuyo núcleo central son las acciones y las decisiones de los personajes. La base de este realismo es, precisamente, el acercamiento hacia las motivaciones de los protagonistas, lo que consigue un nivel de verosimilitud en varias capas que, si bien al principio podemos sentirnos desplazados en cuanto al comportamiento de ellos, es justamente al final, cuando todo cobra sentido. Si bien los protagonistas son los que llevan la voz cantante, el papel de los secundarios es también bien recibido, tomando una relevancia considerable para ciertos puntos de la trama. Unos personajes bien construidos que nos llevarán de la mano a través de su historia.
Y son precisamente esas acciones las que ejecutan el poder sobre las escenas que protagonizan. Los detalles de los planos escogidos, los silencios con imágenes e incluso una imagen estática de un cruce de miradas consiguen imprimar de emoción esta historia dulce y amarga a partes iguales. Si bien por el título pudiera parecer todo lo contrario, estamos ante un slice of life de instituto, cuyo aliciente de romanticismo y desarrollo pasa a otro nivel, una vez te sumerges en ella. Nada es lo que parece.
Además, hay detalles a lo largo de la película, que si no se posee un conocimiento previo de la historia, en primera instancia pasarán desapercibidos, para finalmente mostrar toda su fuerza al final. Unas instancias cuidadosamente bien situadas, que te harán ver al final que eran más importantes de lo que parecían y no eran un simple aderezo de atrezzo.
La sencillez de una flor de cerezo
La animación de la cinta es visualmente maravillosa. El Studio VOLN ha sabido coronarse con una primera incursión cinematográfica a la altura de las expectativas. Una película simplemente preciosista, cuyas escenas e imágenes están dispuestas de forma detallista, apelando en cada momento al espectador como uno más. Lo cual no deja de sorprender, tratándose en primera instancia de un estudio más acostumbrado a producciones con dosis de testosterona y poderes sobrenaturales como bien pudieran ser Karakuri Circus o su co-producción junto a estudio MAPPA en Ushio to Tora.
El diseño de personajes es ligeramente diferente al original de la light novel o incluso al de su adaptación al manga. Sin embargo, encaja perfectamente en su producción animada, haciendo reconocibles a todos los protagonistas. Especial atención a las facciones de los protagonistas, quienes evolucionan con la historia, la música y la animación.
Más allá de todo ello, Quiero comérme tu páncreas podría pasar como una producción que no necesita hacer alarde de un despliegue visual excesivo. Es más, hay un par de momentos donde el CGI de fondo podría llegar a molestar. Sin embargo, ese despliegue visual sí que se produce, y es precisamente en una escena donde se mezclan de forma sublime los fondos en CGI con la animación tradicional, usando de base unas texturas y unos colores bien conocidos por quienes hayan leído la obra de Antoine de Saint-Exupéry, El Principio.
Una animación fluida y cuidada en cada detalle, partiendo de los propios cerezos en flor que son, asimismo, otro elemento protagonista dentro del relato.
La música como hilo conductor
A la hora de abordar la música que rodea al título, hemos de diferenciar entre el score instrumental que sirve como ambientación y las melodías vocales que se desarrollan a lo largo del film. Todo el conjunto viene firmado bajo la dirección de Hiroko Sebu, quien consigue una magnífica carta de presentación gracias a este proyecto. Sus composiciones originales se mezclan en perfecta armonía con las escenas clave, así como acrecentan el sentimiento de impotencia y dramatismo con los obligatorios silencios. La orquestación se lleva gran parte de la carga dramática, que junto a la animación pertinente, consiguen alcanzar al espectador. Sin lugar a dudas, se trata de un conjunto con personalidad que no dejará indiferente al público.
Por otro lado, en cuanto a las melodías vocales, encontramos nombres conocidos. En el caso del OP y el ED vienen firmados por el grupo sumika. Quizás os suene un poco más el hecho de que fueron los encargados de componer e interpretar el OP de WotaKoi. Nada tienen que ver sus dos aportaciones a la película con la otra antes mencionada: mientras su canción de apertura, titulada Fanfare, hace alusión completamente al término al que hace referencia, “la fanfarria” (composición musical corta de gran fuerza y brillantez, interpretada por trompetas e instrumentos de viento metal y percusión); el tema de cierre es una melodía dulce, lenta y llena de sentimientos, cuyo título Haru Natsu Aki Fuyu (Shunkashuutou) también la complementa perfectamente.
Además de estas dos composiciones, la música también nos habla en el interior de la historia. Y es que la voz de Suzuki Bonjour, junto a sumika, se encargan de regalarnos un par de insert songs que hacen las veces de voces interiores de los protagonistas, consiguiendo entablar un diálogo a tres bandas entre personajes, animación y público. Himitsu, la interpretada por sumika, apela totalmente a su título, mostrándose tímida y sentimental a partes iguales, como si tuviera un secreto que compartir entre el público y los protagonistas. Mientras que Partir, la canción de Suzuki Bonjour, intenta sobrellevar la carga dramática en uno de los momentos más álgidos de la película.
Y ahora le toca a España
Selecta Visión ha distribuido la cinta en más salas de lo habitual (sin contar a Broly), al estilo de your name.
La cinta a parte de doblarse en castellano, también se ha doblado al catalán para los cines que deseen exhibirla en dicho idioma y se ha apostado fuerte con la misma dado que estamos ante una película que tiene mucho potencial y que merece la atención del público.
Si bien es cierto, hay que señalar que depende de los cines, tan solo hay posibilidad de disfrutarla de un pase diario, en otros más, lo que siempre dificulta que por trabajos y demás cueste que todo el mundo pueda cuadrar horarios.
El hecho de que se estrene en el inicio de las vacaciones de Semana Santa tiene muchos puntos a su favor, porque la gente suele tener más tiempo para ir a las salas de cine aunque también como en España hay mucha cultura del viaje vacacional puede que haya gente que no acuda a verla por ese motivo.
En cuanto al doblaje castellano, que es el que hemos podido disfrutar, decir que denota un cuidado absoluto, además de un casting bastante acertado. La interpretación del protagonista, que recae en la persona de Masumi Mutsuda, voz conocida en el mundillo de la animación por ser el entrañable Gus Griswald en La banda del patio o más recientemente Haruo Yaguchi en Hi Score Girl, presenta un contraste absoluto con la de su co-protagonista, Marta Moreno, voz de Emilia en Re:Zero. Como bien se cita en la historia: “son dos polos opuestos”. Ella es vivaz, alegre y, en ciertos momentos, hasta molesta; mientras que él es callado, tímido y con voz melancólica.
Conclusión
Quiero Comerme tu Páncreas es una de esas películas que hay que recomendar. Estamos ante una película que huye de convencionalismos. La realidad es su base y su riqueza, es una de esas cintas que merecen con creces ser exhibidas en cines.