Conocer el final de una historia no tiene por qué significar que no podamos disfrutar del viaje hasta el destino, por fatal que sea el desenlace del mismo. Bajo esta premisa tenemos fantásticas historias que todos conocemos. Relatos que nos dejan claro que el hecho ser conocedores del triste final al que están abocados los protagonistas no es en absoluto una merma de la emoción que implica cada pasaje del camino
El caso de Quiero comerte tu páncreas es una revisión de este concepto narrativo que si se sabe emplear de forma adecuada consigue transmitir grandes historias. Y en este caso lo consigue con creces.
La adaptación animada de la obra acaba de estrenarse en la gran pantalla y os recomendamos encarecidamente su visionado, pero si no sois cinéfilos proponeos al menos conocer de primera mano la historia de Sakura Yamauchi a través de las páginas de la magnífica edición realizada por ECC.
Sinopsis
Un estudiante de bachillerato encuentra por casualidad un diario titulado Mi enfermedad y yo, escrito por Sakura Yamauchi, su compañera de clase. En él relata que padece una enfermedad del páncreas y le queda poco tiempo de vida. Así es como la alegre y cándida Sakura y el estudiante, un introvertido amante de los libros, comparten un secreto que da paso a una singular relación de amistad…
Guion
Lo cierto es que la historia de Kimi no suizou wo tabetai creada por Yoru Simino ha seguido varios pasos hasta convertirse en el fenómeno que es actualmente. Comenzó su andadura como una Web Novel en 2014. Sin embargo su andadura online fue breve pues al año siguiente su éxito le permitió dar el salto al formato físico de las Ligh Novel y sentar las bases para su proyección internacional. El manga que hoy nos ocupa guionizado por el propio Sumino y con arte de Idumi Kirihara llegó tras dos años del debut de la novela y ha tenido la suerte de ser adaptado en formato Live Action y como una película de animación. Y si ha conseguido todo esto es porque desde luego la historia original creada por su autor merece la pena ser leída.
El núcleo principal de este Coming of age se basa en los recuerdos de Haruki Shiga, co-protagonista de la historia que embarca al lector a través de un gran flashback que recopila todas sus vivencias junto a su compañera de clase Sakura Yamauchi.
Las relaciones humanas siempre son complejas. Tratarlas en formato manga y darles la profundidad y contexto que les corresponde no es ni de lejos una tarea sencilla, pero sin embargo en esta obra se consigue ese objetivo a la perfección.
Cuando sabes que tu tiempo de vida es limitado que hacer con ese tiempo es un proceso clave para cada enfermo. Sumirse en las fases del duelo o sacar el máximo provecho a tus días finales puede marcar la diferencia entre dejar una huella para siempre en los que nos rodean o convertirnos simplemente en un recuerdo doloroso. Con esa idea en mente la protagonista se marca un plan a corto y largo plazo a la vez. Un plan que el lector descubrirá al final de la historia y que le otorga a la narración un sentido de compleción ideal.
En Quiero comerme tu páncreas los personajes lo son todo. Su relación y los efectos colaterales que tendrá la misma son el motor principal sobre el que gira la historia, y cada engranaje del destino está girando a la perfección. Y no por azar, sinó por decisión y voluntad de los propios personajes. Todos ellos están muy bien definidos. Su caracteres son maduros en algunos aspectos como condición de las situaciones vividas, pero es consecuente en todo momento con el hecho de que estamos tan solo ante adolescentes de instituto. Inexpertos ante todo el catálogo de vicisitudes que ofrece la vida y desconocedores de un sinfín de cosas en base a su naturaleza juvenil. La química que hay entre ellos, la relación de tira y afloja, el fatalismo que se desprende de sus conversaciones y el miedo a las consecuencias de sus actos es una constante en la narrativa de la historia y consigue apelar al lector en repetidas ocasiones con su carácter cercano y humano.
El dibujo
Adaptar una novela de éxito siempre es un proyecto complejo para un mangaka. Cuando guionista y dibujante inician una nueva obra es sencillo sentar las bases pues no hay ideas preconcebidas sobre los personajes. Pero cuando tienes que dar forma a las ideas de un autor y las de todos los lectores que ya conocen la obra tienes una tarea difícil por delante.
Por suerte en Futabasha tienen buen criterio en cuanto a que mangaka puede hacer justicia con sus lápices a según qué historia y en el caso de este título han estado rotundamente acertados.
Idumi Kirihara es una autora familiarizada con el tratamiento de obras de este corte. Las comedias ligeras y romances de instituto son uno de los temas centrales de sus obras de producción propia así que adaptar la historia de Yoru Simino era un proyecto que estaba a la altura de sus capacidades profesionales.
Su trazo fino y estilizado diseño consigue darle la fluidez y delicadeza que precisa un manga que ha de tratar temas tan íntimos como la prematura muerte de una quinceañera. La transición del estilo de dibujo es perfecta. Comienza de forma radiante y cálida para presentarnos a los personajes y plasmar las bondades y tristezas de la aparentemente despreocupada vida estudiantil de los protagonistas. Sin embargo, según avanza la historia y nos trasladamos desde las luminosas aulas hasta los grises y deprimentes pasillos de hospital.
Los escenarios y vestuario de los personajes es tan variado como sus expresiones y rasgos faciales. La sonrisa de Sakura aparece a menudo para rescatar al lector frente a la constante indecisión de Haruki. Estas expresiones se filtran a través de las viñetas mostrando la dualidad latente dentro de cada personaje. Los secundarios toman el relevo de forma muy correcta cuando los protagonistas no están en escena y mantienen al lector en la historia mostrando como la relación entre los protagonistas les va a afectar a ellos en el futuro.
Edición
Quiero comerme tu páncreas es un producto en el que podemos elegir. Tenemos los formatos físico y online de la novela asi como un par de productos audiovisuales de gran calidad.
El manga que ECC ha editado en España es desde luego un producto más que sobresaliente para una obra con tanto empaque como esta.
Aunque originalmente fue editada como una serie de dos volúmenes la edición patria consta de un muy generoso tomo único de 440 páginas de las cuales las 4 iniciales son completamente a color. El formato convencional de impresión es el B6 de tapas rústicas con sobrecubiertas. Como motivos de las sobrecubiertas se han escogido los detalles empleados en el primer tomo de la edición nipona.
Las tareas de edición, maquetación visual y corrección son pulcras en todo momento haciendo que la lectura sea agradable para el lector de principio a fin.
Su precio de 14,95€ es más que correcto si tenemos en cuenta que nos estamos llevando a casa una obra completa recopilada en un tomo doble.
¿Sabías que…?
- El nombre del protagonista, Haruki Higa, sirve como recurso para ponerle los motes que recibe a lo largo de la historia. Desgraciadamente es otro de esos chascarrillos nipones que suelen caer en el habitual saco del Lost in Translation.
- La película fue estrenada en Japón a finales de 2018. En España ha pasado por las salas de cine de la mano de Selecta Visión en su compromiso de llevar anime a la pantalla grande.
- La novela original recibió un total de 7 galardones distintos en su año de publicación y con tan solo un año de vida había conseguido vender más de1,2 millones de copias en Japón. Cuenta con una secuela llamada Chichi to Tsuioku no Dareka ni que narra los sucesos ocurridos 12 años después de la trama principal
- El live action de Quiero comerme tu páncreas ha recibido un total de 6 premios por parte de la industria nipona. Dicha adaptación también incluye las escenas pertenecientes a la secuela antes citada que sirven como conclusión final de la obra.
Conclusión
Si supieseis que solo os queda un breve tiempo en este mundo, ¿cómo lo afrontaríais? Esa es la premisa encubierta para el plan que urde la protagonista de Quiero comerme tu páncreas. Es una pregunta que ya conocemos de antemano por otras muchas obras de ficción, pero que siempre nos aporta una respuesta nueva dependiendo del prisma narrativo y de los protagonistas implicados en la historia.
Kimi no suizou wo tabetai es uno de esos productos que tiene múltiples encarnaciones y que se complementan a la perfección entre ellos para darle mayor profundidad a la obra. La visión que aporta el manga al trabajo de Yoru Sumino es impresionante. Tanto el lector asiduo de este género como el que tan solo está buscando una historia cercana podrán embarcarse juntos en una obra de reconocido éxito que no deja indiferente a todo el que se acerca a ella.