Lejos queda aquella época en que se veía con recelo cualquier historieta que no fuese europea ni estadounidense. Si en la década de los ochenta resultaba extraño ver cómics japoneses publicados en nuestro país (en este caso a partir del número 5 de la revista El Víbora que incluía la historia autoconclusiva Goodbye de Yoshihiro Tatsumi) con la correspondiente invasión del manga a largo plazo, dos décadas después el cómic de otro país del extremo oriente se prepara para invadir las librerías especializadas españolas. En concreto hablamos del cómic coreano, es decir, el manhwa.
Corría el año 2004 cuando La Cúpula empezó a publicar el primer manhwa en nuestro país, Tarot Café, estando aún sin finalizar tanto en Corea como en nuestro país debido a desavenencias entre la autora y la editorial coreana. Durante los años siguientes, La Cúpula ha seguido apostando por el manhwa, publicando diversos títulos como Model, Fever, Kiss me kill me, Chunchu o Rägnarok, aunque 2007 ha sido un año clave en España para la expansión del cómic coreano, en el que diversas editoriales han apostado por la historieta de procedencia coreana, siendo editoriales que cuentan con una amplia experiencia en el mundo del manga así como editoriales noveles. En este grupo podemos encontrar Medea (con obras como la aclamada Goong o Legend), Filabo (Recast y Les Bijoux) e Iced Lands (Ark Angels), mientras que del otro grupo destacan Glénat (El gran Catsby), Panini (Seducción), Planeta DeAgostini (Cynical Orange), Norma (Priest, en publicación desde 2006) y finalmente Ivrea, siendo la editorial que más se ha volcado con el manhwa publicando durante este año un total de once títulos, entre los que destacan Archlord, Dangu, Moon Boy, Nabi y Bal Jak.
¿Qué es el manhwa?
El manhwa tiene los mismos ideogramas tanto en Japón como en China y en Corea. En este país, este término suele referirse tanto al cómic como a la animación, donde Corea es uno de los países preferidos por los estadounidenses para encargar la animación de bastantes series y películas, como es el caso de Los Simpson.
La sociedad coreana tiene una mentalidad más abierta a la nipona, notándose en el sentido de lectura de los tomos ya que es occidental mientras que la japonesa es oriental, aunque ha tenido bastante influencia debido a su invasión por parte del ejército japonés durante buena parte de la primera mitad del siglo XX.
El manhwa ha sido una vía de escape para los habitantes de Corea tras el convulso último siglo finalizado, tras pasar por invasiones extraterritoriales, guerras internas debido a ideologías opuestas (comunismo contra capitalismo) y dictaduras militares, recuperando la democracia durante el año 1988.
Un poco de historia
Los orígenes del cómic coreano se remontan al año 1909, año en el que el diario Daehan Minbo incluía una tira cómica del autor Lee Do-Young que trataba sobre la situación económica del país. Esta tira cómica, al igual que muchas otras, fueron censuradas por los japoneses tras la ocupación militar de éstos años antes de que estallara la II Guerra Mundial. A partir de aquí el manhwa pasaría a tener una función propagandística por parte de los militares, tanto para el conflicto bélico con más repercusión del siglo XX así como para la guerra de Corea, uno de los conflictos más destacables que formaron parte de la Guerra Fría. En los años siguientes, y en plena dictadura militar, el manhwa de Corea del Sur empezó a tener importancia gracias a los cómics infantiles, aunque hasta la década de los años ochenta con la llegada de la democracia no se popularizó el cómic, con títulos en que la épica y el afán de superación eran elementos muy frecuentes en las historias (el título más representativo es Gongpoeui Waeingudan, en donde un grupo de jugadores de béisbol que normalmente pierden, se esfuerzan con duros entrenamientos para conseguir convertirse en un equipo decente).
Debido a que a partir de esta época es uno de los mejores momentos para la sociedad surcoreana en cuanto a libertad de expresión, bastantes artistas (entre los que destacan los pintores), han decidido aportar su grano de arena el mundo del manhwa realizando algunos cómics, aunque manteniendo una línea independiente alejándose de la comercialidad de sus productos.
El mercado coreano
Hasta la actualidad, se han publicado más de diez mil títulos diferentes repartidos entre el centenar de editoriales surcoreanas. Entre éstas figuran Daiwon, Haksan y Seoul Munhwasa (también conocida como Seoul Cultural Publishers), publicando al mes entre las tres más de 300 novedades (de esta cifra, entre el 65 y el 70% pertenecen a cómics japoneses aunque los coreanos no tienen ningún pudor a diferenciarlos de los suyos propios).
En un principio, las editoriales coreanas sacaban directamente los tomos a la venta, aunque optaron por tomar ejemplo de lo que hacían sus vecinos nipones y aprovecharon para serializar diferentes obras en revistas para sacar mayor beneficio económico. Entre estas revistas, podemos encontrar:
Por parte de la editorial Daiwon, las revistas quincenales Comic Champ (para niños, con títulos como Maje, Naruto, One Piece o Cross Game) y Young Champ (para adolescentes, con títulos como Berserk, La espada del inmortal y ¡Ah! Mi diosa), además de las revistas mensuales Pang Pang (para niños) e Issue (para adolescentes), sin olvidar la Newtype.
Respecto a la editorial Haksan, destacan las revistas quincenales Change (para niños, con títulos como Metal Heart, Negima!, Fairy Tail y Tsubasa Reservoir Chronicle), Booking (para adolescentes, con obras como Vagabond, Fullmetal Alchemist, Shinchan y Gwi, lo más reciente de los creadores de Bal Jak y Banya) y Weekly Jump (también para adolescentes, teniendo entre sus páginas a obras como Mär, Pluto o xxxHolic), además de la mensual Comic Party (que incluye entre otros títulos Moon Boy e I.N.V.U.).
Por último, figura la editorial Seoul Munhwasa con la revistas para chicas Wink (donde entre el elenco de series figura Goong, y además han pasado por ella Fever y DVD) y la revista Mink (con Legend entre sus páginas).
No hay duda que el comic coreano viene pisando fuerte en España al igual que otros países europeos para tener su público al igual que ya lo ha conseguido el manga, y que servirá como anticipo para que más obras de otros países asiáticos lleguen a nuestro país y no sean recibidas con tanto recelo como ocurría hace unos años.
por la documentación aportada para la posterior realización del artículo