Un objeto que otorga poderes es preciado por todos los demonios que abundan en el Japón medieval. Ese objeto en concreto es la joya de las cuatro almas que aparece con la irrupción de Kagome Higurashi, una estudiante de la actualidad que cae por accidente a través de un pozo que le conduce a la era Sengoku.
Para complicar más el argumento, Kagome despierta a Inu Yasha (un medio-demonio hechizado) y para colmo tras la lucha con otro demonio la joya de las cuatro almas queda desperdigada por los alrededores de la zona en trozos muy pequeños.
La misión de reconstruir la joya conducirá a Inu Yasha y Kagome hacia un mar de aventuras, y que se le sumarán otros compañeros como el zorro Shippo, el bonzo Miroku o la exterminadora Sango con su inseparable compañera Kirara. Reunir todos los pedazos de la joya no será tarea fácil, ya que Inu Yasha y los suyos tendrán que enfrontarse a Sesshomaru (el hermano de Inu Yasha), Kikyô (la sacerdotisa que hechizó al medio-demonio) o Naraku (un demonio que también quiere conseguir la joya cueste lo que cueste).
Rumiko Takahashi, la autora de obras como Maison Ikkoku o Ranma ½, presenta a Inu Yasha como su primera obra en la que las peleas tienen un papel protagonista, aunque uno de los inconvenientes principales de este manga es la repetición de situaciones por la que viven los protagonistas y la excesiva duración de la obra.