Texto: hidefan y Mimotaku
Desde sus inicios en verano de 1968 hasta finales de los noventa, la Shōnen Jump de Shueisha ha contado en su haber con innumerables mangas interesantes, muchos de los cuales nunca nos llegaron a España. En nuestro anterior artículo hacíamos una pequeña selección de los diez mangas que nos parecían más destacables del pasado siglo y ahora nos toca hacer lo propio con los mangas del s.XXI.
En la primera parte del artículo ya hicimos hincapié en que la Shōnen Jump es la revista de referencia en Japón y la más vendida semana tras semana. Y ya no solo en Japón; es una revista extremadamente popular en el resto del mundo por lo que cada vez que un manga de la Jump pega fuerte en el país nipón es habitual ver a muchos de nuestros lectores interesándose por él y solicitándolo a las diversas editoriales, especialmente cuando empieza a emitirse la adaptación animada de turno. En general la mayoría de bombazos recientes de la SJ han terminado por llegar, y de hecho cada año nos llega uno o dos mangas de la revista (ya pronto podremos disfutar de My Hero Academia y Shokugeki no Soma), pero, como no se puede publicar todo, siempre hay algunos que se quedan por el camino.
Así que, tal y como avanzamos, hoy seleccionamos los diez mangas de la Jump más destacados de los pasados quince años que nunca han llegado a ser publicados en nuestro país.
Bremen de Haruto Umezawa
2000-2001, 9 tomos
A pesar de todo lo que disfrutamos con las series de Shōnen Jump tenemos que entenderlas como obras colectivas, con gran condicionamiento en su desarrollo por parte de los editores de la revista con potestad para influir incluso en su desarrollo o género. Incontables son los ejemplos de series que comenzaron siendo principalmente comedias (habréis notado que el humor es el gran ausente en nuestra selección pero hemos considerado que debido a las grandes diferencias culturales y a lo subjetiva que resulta su percepción, no es fácil recomendar obras del estilo) y acabaron yendo por otros derroteros más convencionales como las batallas. Este es el caso de Bremen, un manga que comenzó siendo una de las novedades más frescas en años de la revista, con toques vanguardistas dosificados que, sin embargo, en su recta final termina por amoldarse a las exigencias de público y editorial. No obstante, el cómputo global no desmerece a esta exquisita mezcla de géneros narrativos donde todo comienza con un grupo de músicos diferentes… en más de un sentido.
Hikaru no Go de Takeshi Obata y Yumi Hotta
1998-2003, 23 tomos
Takeshi Obata, desde Death Note, se ha convertido en nuestro país en uno de esos autores «insta-buy»: manga que dibuja, manga que se licencia en España. Además de Death Note y Bakuman., sus dos obras más populares, también nos han llegado obras menores como Blue Dragon y próximamente lo hará Gakyuu Houtei, manga que fue cancelado a las primeras por el bajo interés que suscitó entre los lectores de la Jump. Sin embargo, las editoriales siguen reticentes a licenciar dos de sus trabajos más tempraneros pero también interesantes, uno es Ayatsuri Sakon, de mediados de los noventa y que probablemente es considerado demasiado antiguo para un público que en general suele demandar títulos cuanto más modernos y en boga mejor, y el otro es, por supuesto, Hikaru no Go. ¿Por qué no ha llegado nunca a España Hikago, siendo como es de Obata y lo suficientemente conocido gracias a su anime? Suponemos que tira para atrás el hecho de ser un manga de veintitrés tomos que trata sobre un juego de mesa absolutamente desconocido en España, el go (vendría a ser como el equivalente japonés al ajedrez), una trama que a priori no debería captar demasiado interés en nuestro mercado. Pero Hikago es mucho más que ver jugadas y estrategias de un juego de mesa, es un manga que te mete dentro del juego, te hace querer saber más de él además de ofrecerte un buen desarrollo de personajes e interesantes relaciones interpersonales entre ellos, un manga que engancha y cautiva y que además cuenta con el siempre bonito dibujo de Obata. Tiene una kanzenban preciosa de veinte volúmenes, ¿quizá algún día?
Black Cat de Kentaro Yabuki
2000-2004, 20 tomos
Antes de ponerse a dibujar To Love-Ru, Kentaro Yabuki ya había publicado otro manga en la SJ que fue sumamente popular y querido en su momento, Black Cat, especialmente gracias a su adaptación animada. Alejándose del fanservice más gratuito de su obra posterior, en Black Cat encontramos un manga de acción pura y dura protagonizado por un ex-asesino a sueldo que decide reconducir su vida y reconvertirse en cazador de recompensas atrapando a los malos. Es un shōnen de los de toda la vida con sus toques de aventuras, ciencia ficción, humor y momentos de superación que bebe de los animes más destacados de finales de la década anterior como Trigun o Cowboy Bebop. Seguramente hoy día sabría a poco a los lectores más curtidos por todos los clichés que utiliza pero es lo suficientemente convencional para que lo puedan seguir disfrutando los lectores más jovencitos que quieran simplemente disfrutar de un manga dinámico, con buen dibujo y personajes que se hacen querer.
Muhyo to Rouji no Mahouritsu Soudan Jimusho de Yoshiyuki Nishi
2004-2008, 18 tomos
El manga de terror en la SJ en este siglo tiene dos nombres propios: uno, Muhyo to Rouji, el otro, Nogami Neuro. Ambos coincidieron en la plantilla de la revista durante una temporada, y los dos tenían en común su estrafalario y particular dibujo y que los dos trataban de la resolución de misterios relacionados con el mundo sobrenatural. Lejos de ser rivales, los dos mangas se consideran colegas -llegaron a tener un par de crossovers-, pero solo uno de los dos terminó llegando a España, y a duras penas, ya que el pobre Neuro se ha pegado una buena temporada en el limbo.
Mucho menos infantil de lo que se pueda adivinar al primer vistazo, Muhyo to Rouji le da un interesante giro al tema de las investigaciones paranormales ya que los dos protagonistas son más que detectives, abogados, y su función es la de sentenciar a los espíritus en función de los crímenes que cometen. Como muchos mangas de la demografía, empieza con episodios cortos que van evolucionando a arcos más largos y complejos en los que la historia y los personajes van creciendo paulatinamente.
Le faltó un anime, probablemente.
Mx0 de Yasuhiro Kano
2006-2008, 10 tomos
Mx0 y To Love-Ru debutaron en la Jump con apenas una semana de diferencia. Ambos eran mangas románticos con toques fantásticos, ambos con un dibujo muy llamativo y ambos con una buena dosis de ecchi. Uno fue cancelado con diez tomos y el otro llegó a su final natural con dieciocho y continuó con una secuela en una de las revistas hermanas de la SJ que se sigue serializando hoy día. El que fue cancelado era el superior a los dos, desgraciadamente. Mx0, que cuenta la historia de un chico sin poderes que acaba por casualidad en un instituto mágico, no es el colmo de la originalidad ni tampoco lo pretende, pero se las ingenia muy bien para ser una historia entretenida con buenos golpes de humor, momentos entrañables y que aporta mucha imaginación a la hora de crear las reglas de su propio mundo. Y sí, tiene ecchi, pero no abusa tanto de él como el mentado compañero de revista y al menos tiene una historia que va mucho más allá de limitarse a enseñar tetas y braguitas. Mx0 es, y siempre será, una incomprendida, y se merecía mucho más amor del que recibió en su momento.
Eyeshield 21 de Yusuke Murata y Riichiro Inagata
2002-2009, 37 tomos
Otro de los grafistas más espectaculares que ha pasado por las páginas de la SJ es Yusuke Murata, y Eyeshield 21 es, sin duda, uno de los mejores spokon que ha publicado el semanario. Un manga que no tiene miedo en tirar de fórmula -chico debilucho que termina uniéndose a un deporte que a priori no le interesa pero que termina amando y descubriendo su talento especial junto a sus variopintos compañeros de equipo (entre ellos el gran Hiruma)- y que consigue lo que cualquier buen manga deportivo debe conseguir: que el lector se enganche y vibre de emoción pese a que el deporte del que trate no le interese lo más mínimo. Y, admitámoslo, el fútbol americano mucha tirada no tiene por estos lares, pero, en Eyeshield 21, eso es absolutamente lo de menos. Su longitud y que ya haya pasado su momento de más fama hacen que sea complicado verlo por aquí, pero al menos siempre nos quedará One Punch-man para poder disfrutar del maravilloso estilo de dibujo de Murata.
Psyren de Toshiaki Iwashiro
2007-2010, 16 tomos
El sistema de medición de popularidad por votos de la Jump tiene que no siempre acaba siendo del todo justo; buenos mangas no pasan el corte porque no se les da la oportunidad que necesitan de mostrar su verdadero potencial y otros más mediocres consiguen sobrevivir, a veces por misteriosos motivos. Psyren pertenece al primer grupo, y aunque no tuvo un mal recorrido, al menos no en comparación con otras obras que apenas aguantan unas pocas semanas, tampoco pudo dar todo lo que podía ofrecer, que era mucho. Y es que Psyren puede parecer el típico shōnen del montón, pero no lo es en absoluto. Es una especie de Gantz en el sentido de que el protagonista se ve transportado a un mundo paralelo en el que participa en un juego en el que se tiene que enfrentar a un montón de extraños enemigos, pero Psyren desarrolla su propio mundo único y el autor hace un gran trabajo hilvanando una trama que te lleva a caminos que no te esperas y que resulta tremendamente entretenida.
St&rs de Masaru Miyokawa y Ryousuke Takeuchi
2011-2012, 5 tomos
Parece de dominio popular que la línea editorial de Shōnen Jump de los últimos año se ha estancado en una realidad formulaica: en los primeros puestos de los contenidos suelen figurar las series de éxito asentadas con años y años de condicionamiento publicitario (casi adoctrinador) a sus espaldas, seguidas de muchos debutantes que intentan copiar sin resultados convincentes los mismos patrones y por último un sector cada vez más reducido que aporta la variedad que el semanario necesita para evolucionar. En este cajón de experimentos podríamos encontrar títulos como Double Arts y tantos otros, con ideas con un gran potencial a explotar que no acaban de cuajar entre el público japonés que, recordemos, es el objetivo en su totalidad (y que a veces nos sorprenden para bien apoyando iniciativas alternativas y otras tantas para mal con rancio acomodamiento a lo que se viene ofreciendo desde siempre). De ellos querríamos destacar St&rs, una serie mucho más costumbrista de lo que cabría esperar de una serie de Shōnen Jump, más dadas a un ritmo narrativo vertiginoso tanto en series de acción como de comedia. Una apuesta diferente que aboga por combinar elementos de ciencia-ficción desde un prisma más académico que aventurero y que tristemente quedó en anécdota con una prematura cancelación. Sres Editores de Shōnen Jump, para que las series de éxito resplandezcan no saturen con los mismos colores, en la variedad y el contraste se aprecia en plenitud la creatividad narrativa.
Sket Dance de Kenta Shinohara
2006-2013, 32 tomos
Los mangas de corte más humorístico lo suelen tener complicado en nuestro mercado (que se lo digan a Gintama), y cuando llega un manga de la SJ a España uno espera o algo con un poco más de acción o una comedia romántica de enredos. Sket Dance no es ni una cosa ni la otra, es más bien un slice of life sobre la vida en el instituto mostrado a través de los ojos de los tres extravagantes miembros de un club que se dedican a ayudar a sus compañeros en cualquier problema que pueda surgir. Reducirlo a un mero manga de chascarrillos fáciles sería hacerle una injusticia porque es mucho más que eso, es una de esas historias a las que capítulo a capítulo les vas cogiendo más y más cariño, que te arrancan una carcajada o una sonrisa cómplice con facilidad y de esas que te das cuenta de que las vas a añorar una vez se terminan. Sket Dance es un manga con corazón, y eso no es algo que puedan decir todos.
Beelzebub de Ryuuhei Tamura
2009-2015, 28 tomos
Y terminamos con otro manga entrañable que nunca ha terminado de convencer a nuestros editores, la historia de un gamberrete que estudia en un instituto para delincuentes y que termina haciéndose cargo del hijo del rey del infierno (que bien podría ser un mini-Zoro). Es la mezcla perfecta de comedia y peleas, el tipo de shōnen que vende porque cumple con las expectativas, con un dibujo muy simpático y no demasiado extenso (claro que también hay que tener en cuenta que en Japón tuvo un final apresurado por caída en popularidad). No parece una apuesta muy arriesgada, pero en un mercado a menudo tan impredecible como el nuestro, a veces lo que parece que va a funcionar sin mayor problema termina por no hacerlo, así que nos quedamos sin saber si Beelzebub hubiera vendido bien o no. Probablemente el poco éxito que tuvo Reborn! en España, también manga humorístico que derivó en peleas, sea la razón por la que Beelzebub nunca fue licenciado.
Estos son los diez mangas que más hemos echado en falta por los motivos expuestos, pero por supuesto, también nos acordamos de las obras que están actualmente en curso en el semanario como Haikyu!!, World Trigger, Black Clover y más, más de una de las cuales seguro que terminará por aterrizar en nuestras librerías más pronto que tarde.
¿Qué te ha parecido nuestra selección, misionero? ¿Cuál es el manga de la Jump que querrías tener en tu estantería?
¡Conozco todos! Algunos son muy buenos (Bremen, Eyeshield, Black Cat) y otros flojos (Pryren, Sket Dance…). Quiero pensar que si OPM cosecha éxito en España no sería extraño acabar viendo Eyeshield por aquí. En fin, es uno de mis mangas favoritos porque los personajes son épicos y leerlo es increíblemente divertido.
Yo tengo unas pocas esperanzas puestas en que si one punch man ( aunque corten paginas como en el tomo 2 en el que sonic intenta coger desprevenido a saitama en el bosque, en el que se ve como sonic salta de arbol en arbol, cambiando poco a poco de perspectiva, que es bestial esta secuencia y no entiendo como la jump no lo incluye en los tomos, me parece lamentable) resulta ser un gran exito en españa, alguna editorial se decida a traer a eyeshield 21 que es una genialidad.
Tambien esta bien una obra corta de 7 tomos que se publicó en la shonen jump que se llama enigma y es bastante entretenida.
PD: Si no os leisteis one punch man las imagenes son spoiler por decirlo de alguna manera, aunque no se incluyan en el tomo 2
Ojala Hikaru no Go, ojala…
Y lo de Gintama en este país es una puta pena, porque Gintama es grandiosa, igual que SketDan. El problema es que la señora Glenat no supo darle bombo a la licencia y así pasó, que hay gente que ve Gintama y no sabe que aquí se licenció en su día :_D
¡Pero en fin!
Ojalá alguna editorial se anime con Muhyo y las obras posteriores de Yoshiyuki.