Kiseijuu o Parasyte fue una de las sorpresas que Planeta se guardó en la manga durante el salón de Barcelona de 2015. Casi un año después de tal anuncio el manga ha comenzado a publicarse periódicamente en nuestro país.
Han pasado ya la friolera de 20 años desde que este seinen de terror y ciencia ficción finalizara su publicación allá a mediados de los 90. El paso del tiempo no ha conseguido hacer mella en esta obra y la mantiene como un referente a tener en cuenta tanto dentro de su demografía como de los géneros de terror y SCI-FI actuales.
Unas buenas dosis de acción, un elenco variado de antropomorfas criaturas alienígenas, pequeñas pinceladas de misterio y abundante gore son los ingredientes principales que conforman este clásico que nos llega como novedad.
Acompañadnos de la mano de Migi y su anfitrión humano Shinichi en esta encarnizada lucha entre parásitos y seres humanos.
Sinopsis
Llegaron en silencio y oscuridad, descendiendo de los cielos con un hambre por carne humana. Parásitos – criaturas alienígenas que deben invadir y tomar control de un humano para sobrevivir – han venido a la Tierra. Nadie sabe su secreto, excepto el estudiante de selectividad, Shinichi Izumi, cuya mano derecha ha sido invadida por un parásito alienígena. Shinichi y Migi, el parásito en su mano, sin quererlo forman una amistad y se encuentran atrapados en medio de una guerra entre humanos y parásitos.
Guion
La trama parte de lo que en gran medida es una historia típica de invasiones alienígenas. Unas esporas caen sobre el planeta y toman forma de parásitos que se introducen en los seres humanos tomando el control de sus cuerpos y suplantándolos. Una de estas criaturas fracasa en su intento de control y acaba teniendo que coexistir con su huésped del cual solo ha logrado tomar posesión de su brazo y mano.
El guión inicial es así de simple. Sin embargo, a medida que la historia avanza, la trama se complica y gana mucho peso e intriga. Nos muestra como los parásitos al mezclarse en la sociedad no se limitan únicamente a tratar de dominar a la humanidad infiltrándose entre ellos. Sus deseos son más críticos y complejos, siendo muchos de ellos un buen pretexto a través del cual el autor nos ofrece pequeñas dosis de moralidad y filosofía. Las inquietudes de estos parásitos van mucho más allá de comerse a los seres humanos. Algunos tratan de integrarse en la sociedad, otros intentan no matar, uno de ellos incluso se queda embarazada ante la curiosidad de la maternidad. Sus motivaciones varían de parásito a parásito dando a la trama un nivel de profundidad que rompe el cliché de los monstruos del espacio que tratan de devorar al los seres humanos.
De un modo similar a la historia los personajes principales son a todas luces bastante planos y estereotipados. El protagonista es el clásico torpe y patán que se ve envuelto en un lío de dimensiones épicas y acaba convirtiéndose en héroe gracias al peso del argumento, representado en esta ocasión por el parásito Migi, que a su vez sirve del típico “comic relief”. Acompañando al dueto de protagonistas tenemos también a la habitual amiga de la infancia de la cual Shinichi está enamorado, los padres que no se enteran de nada de lo que le pasa a su hijo (aunque esto cambiará “drásticamente” al comienzo de la obra) o el elenco de variados amigos y parásitos que sirven de antagonistas o neutrales aliados. El desarrollo de los acontecimientos dotará a los personajes de más fondo y evolución a medida que avanza la trama. Sin embargo, esta evolución será minina en la mayoría de los personajes con la salvedad de los propios Migi y Shinichi. De este modo el parásito acabará razonando cada vez más como un humano comprendiendo los sentimientos de su huésped. En contrapartida Shinichi se irá volviendo más frio y cínico con el tiempo adoptando en cierta medida la visión personal de proteger la vida que el parásito le plantea.
La narrativa se puede volver un poco lenta en ocasiones pero es precisamente en esos lapsos de tiempo en los que no sucede nada relevante en los que poco a poco se nos van desentrañando los misterios de la trama.
El dibujo
Dado que este es un manga de finales de los 80 y mediados de los 90 es muy posible que su estilo de dibujo no resulte muy apetecible para parte del público. Ya sea el diseño de personajes algo obsoleto, el descarado uso truculento y explicito del gore, o las horrendas y retorcidas formas de los alienígenas, hay algo en el arte de Parasyte que la convirtió en todo un referente en su época.
Si bien las características generales de los diseños son bastante planas, hay una serie de puntos que hacen muy personal el dibujo del autor. Hitoshi Iwaaki hace los ojos de tal manera que después de un tiempo de lectura se puede decir quien está controlado por un parásito y quien no con tan solo mirarle a los ojos. En contrapunto a este detalle de los ojos, las expresiones faciales de los personajes son bastante forzadas y en ocasiones pueden parecernos bastante extrañas.
Otro punto a favor del dibujo son las transformaciones. Cuando un parásito toma el control de un ser humano puede cambiar su forma para adaptarlo a sus necesidades. Eso implica que las cabezas y extremidades se contorneen formando bizarras cuchillas, aterradoras cabezas multifauce o tentáculos serrados con los que empalar a sus presas. Son unas transformaciones que no te cansas de mirar y que nos traen recuerdos de otras obras de ficción de los 90 como La Cosa, de John Carpenter.
El uso de las viñetas está perfectamente estructurado. Su tamaño se ajusta muy bien a las acciones, reservando las más pequeñas para narrar la historia y haciéndolas más grandes y cohesionadas a la hora de afrontar los combates entre criaturas y las escenas de acción.
Por último hemos de destacar también el uso de la iluminación y los sombreados. Algunas de las escenas más oscuras están muy bien delineadas y recargadas dando la impresión de haber sido sombreadas como si se realizasen empleando un carboncillo.
Edición
La edición española de Parasyte se ha hecho de rogar y mucho, pero finalmente de la mano de Planeta hemos conseguido contar con este título en nuestras estanterías.
La obra contará con un total de 8 volúmenes similares a la edición Kanzenban japonesa. Dichos tomos constan de unas generosas 280 páginas aproximadamente cada uno y su precio ronda los 10€. Teniendo en cuenta su relación calidad precio es un precio muy razonable para una colección tan emblemática como lo es Parasyte.
El acabado de los tomos es correcto en todos los sentidos. No se aprecian defectos de impresión, encolado o corte en las tiradas que han emitido hasta el momento, lo cual la hace muy atractiva de cara a su lectura.
El formato escogido para su edición es el de tomos B6 con sobrecubiertas. Las pastas son de un sobrio color negro con la tipografía impresa en su parte superior. Las sobrecubiertas son más coloridas y en gran parte se mantienen fieles a su kanzenban original. Cada tomo incluye una serie de páginas completamente a color integradas en el propio manga y que no se limitan exclusivamente a ser láminas de las portadas o los glosarios de capítulos.
La traducción del manga al castellano ha sido realizada por Marc Bernabé de Daruma y es correcta en todos los sentidos. Han optado por mantener los nombres originales y las onomatopeyas sin traducir. El estilo de lenguaje empleado es bastante noventero, a juego con la estética de la obra y el tiempo en que fue publicada inicialmente.
¿Sabías que…?
- Parasyte tiene su propio anime realizado por el estudio Madhouse. Su nombre es Parasyte -the maxim- cuenta con un total de 24 episodios y puede verse en España a través de la plataforma digital Crunchyroll.
- Además de anime también cuenta con un par de películas Live Action que fueron emitidas en 2014 y 2015. Están editadas en España en DVD y Blu-ray por Mediatres.
- Hitoshi Iwaki también es autor y guionista de otras obras de éxito como por ejemplo: Historie (dibujante/guionista), Black Jack:Aoki Mirai (guionista) o compilaciones tributo como Neo Devilman.
- Las autoras de la serie Rozen Maiden publicaron un one shot protagonizado por la profesora parásito de Shinichi. Forma parte de un recopilatorio titulado Neo Kiseijuu en el que participan otros autores como Hiroki Endo, Hiro Mashima o Ryouji Minagawa.
- También existe una compilación titulada Neo Kiseijuu f de historias cortas dentro del universo Parasyte, publicadas en la revista Aria de Kodansha, en la que participan varias autoras shôjo como Asumiko Nakamura, Yuuki Obata, Kaori Yuuki o Ema Tooyama entre otras. Consta de dos volúmenes.
- Parasyte fue el ganador del premio de la editorial Kodansha en el año 1993.
Conclusión
Parasyte nos ofrece uno de esos escurridizos clásicos de ayer y de hoy que son dignos candidatos a un lugar perpetuo en nuestras estanterías.
Tal vez su historia puede no encandilarnos desde el principio, pero algo que sin duda lo hará será la multitud de incógnitas y preguntas que su lectura nos evoca. Al finalizar Parasyte el lector se encontrará con ese ya conocido regusto moralista y de concienciación global sobre el papel que el ser humano juega en el planeta Tierra.
Este manga es fiel reflejo de películas tan emblemáticas como lo fueron en su dia Species o Body Snatchers.
Si sois aficionados a este tipo de obras de ficción con ese toque noventero no podéis dejar pasar la oportunidad de añadir cuanto antes Parasyte a vuestra colección personal. No os decepcionará.