La saga del ninja color butano parece que se niega a caer en el olvido fácilmente. Ya hace algún tiempo desde que Kishimoto publicó la conclusión de su obra pero su legado continúa muy vivo, ya que el spin off de Boruto aún da algún que otro coletazo de forma mensual desde las páginas de la Shonen Jump consiguiendo mantener el barco a flote.
Pese a que la línea argumental del manga llegó a su fin ya hace un par de años, la animación televisiva de Shippuden continuó en antena hasta hace bien poco con un poco de relleno extra de ese que tanto «gusta» a los espectadores. Era tan solo cuestión de tiempo que los capítulos que concluyen con la boda de Naruto y Hinata fueran preludio para las aventuras de su primogénito.
En el panorama nacional Planeta vuelve a la carga con “Naruto: El séptimo Hokage y el mes de la primavera escarlata”, un spin off del manga original y última publicación realizada íntegramente por Kishimoto.
Una nueva generación de ninjas adolescentes corre por las calles de Konoha. ¿Qué aventuras aguardarán a los herederos del espíritu del fuego?
Sinopsis
Ha pasado un tiempo desde que la Gran Guerra Ninja estremeció al mundo entero y la gente disfruta de la paz. La Villa de la Hoja está empezando a formar una nueva generación de ninjas. Sin embargo, Sarada, la hija de Sasuke y Sakura, está en el punto de mira de una misteriosa figura que posee el sharingan…
Guion
La idea principal de la que parte este capítulo especial de Naruto no es precisamente algo brillante. Una pre adolescente Sarada Uchiha tras descubrir una foto en la que su ausente padre aparece con otra mujer que no es su madre se da a la fuga de casa en busca de Sasuke para pedirle explicaciones. Por la trama de la que parte la historia esto se parece más un episodio de una tele serie familiar al estilo de “Los problemas crecen” o “Los Serrano” que a una saga de capítulos especiales de un manga sobre ninjas.
La historia es la excusa perfecta para mostrar a todos aquellos lectores a los que el capítulo 700 de la serie les supo a poco como es la vida de los protagonistas años después del fin de la guerra ninja.
Un punto original de la historia es que no se centra en Naruto y su hijo Boruto como sería de esperar sino que el protagonismo de la obra recae sobre Sarada. Detalle curioso también es que quien acompañe a la hija de Sasuke en esta aventura sea Chôchô, la hija de Chouji, y no el propio Boruto o tal vez Mitsuki que a fin de cuentas serán compañeros de equipo de la joven Uchiha.
Este one shot podremos encontrarnos cameos y apariciones de casi todos los emblemáticos protagonistas de la franquicia así como sus hijos. Complementa de forma sublime el manga original mostrándonos que ha sido de la vida de cada uno de los personajes.
Sin duda una de las lacras de esta obra es su antagonista. Sus objetivos tienen un mensaje sobre la guerra y el ser humano cuando menos curiosos pero que no acaban de cuajar. Su origen es predecible y digno de un episodio de relleno de los que pululan por la serie de animación.
El ritmo narrativo es fluido en todo momento y sienta las bases de la línea argumental que tiene a Boruto como protagonista.
El dibujo
El estilo propio del autor está impreso en todas y cada una de las viñetas de este gaiden. Es el padre de Naruto, no podemos darle demasiadas vueltas al asunto. No vamos a encontrarnos nada nuevo ni distinto en ese aspecto, es simple y llanamente más de lo mismo a lo que Kishimoto nos ha acostumbrado, y eso es bueno.
Los diseños adultos de los personajes clásicos de la serie son peculiarmente atractivos y ofrecen un grato ejercicio de comparativa con el de sus vástagos.
El modelado de los personajes se mantiene en la línea habitual. Trazos sencillos para los protagonistas y una escenografía detallada y variada como acompañamiento. Vuelven a destacar los montones y montones de primeros planos de los rostros de los personajes a través de los cuales Kishimoto hace gala de su extensa paleta de expresiones faciales.
Como es de esperar las escenas de combate no defraudan. Jutsus clásicos como Susanô, Amaterasu o el Kage Bunshin vuelven fieles a su cita para acompañar a las transformaciones de Naruto y Kurama.
El ritmo visual de la obra es bastante lento. El número de viñetas por página es abundante y su distribución es homogénea a través de todas las escenas de diálogo variando únicamente durante las secuencias de combates. Se ha dado más énfasis a la narrativa que a los combates dado que en este manga el autor lo que quiere es narrar una pequeña historia y no centrarse en las apabullantes luchas que concluyeron con la guerra ninja.
Ofrece un dibujo 100% made in Kishimoto que viene perfecto para enmarcar una historia sobre las nuevas generaciones de shinobis.
Edición
El trabajo editorial de Planeta Cómic con este tomo unitario es tan riguroso como siempre. El formato es idéntico al de los tomos de la serie regular, es decir, rustica sin solapas y con sobrecubiertas. Su precio tampoco se desmarca del habitual dentro de la colección así que adquirir este volumen no supone ningún desembolso extra.
El maquetado de la edición y correspondencia con la versión original japonesa es casi total.
Tampoco nos vamos a encontrar ninguna sorpresa en lo que a traducción se refiere. La tarea corre a cargo de Marc Bernabé con lo cual el trabajo es óptimo a la par que jovial.
¿Sabías que…?
- Las guerras tienen como consecuencia grandes avances tecnológicos. En esta obra podemos ver como el mundo de Naruto ha cambiado en este aspecto con la aparición de máquinas actuales del estilo de aparatos de secuenciación genética o teléfonos móviles.
- La historia tiene lugar una semana antes de la graduación como genin de Boruto, Sarada y Mitsuki.
- En este manga se desvelan algunas incógnitas que dejó pendiente la serie original, como por ejemplo la procedencia del brazo lleno de Sharingans que poseía Danzou.
- Cronológicamente esta historia está situada después del one shot sobre los orígenes de Mitsuki (The Path Lit by the Full Moon) y sirve de precuela para el inicio de la serialización de Boruto: Next Generation.
Conclusión
Las historias de ninjas nunca volverán a ser iguales tras la publicación de la obra de Masashi Kishimoto. Las aventuras de estos tan poco convencionales shinobi se niegan a desaparecer de los estantes de las librerías tras más de quince años de contantes publicaciones. La salida al mercado de trabajos que perpetúan la saga como este spin off son claro ejemplo de que la historia de Naruto se está volviendo completamente intergeneracional.
Este manga es básicamente una estupenda obra puente que funciona como bisagra uniendo el final de la historia de Naruto con el comienzo de la de su hijo.
El séptimo hokage y el mes de la primavera escarlata es un aperitivo delicioso para aquellos lectores hambrientos de Naruto (y de ramen) que están esperando ansiosos la llegada a nuestro país de las aventuras de Boruto y compañía.