Si os contásemos la historia de un mundo futurista en el cual una compañía eléctrica es la principal potencia mundial y que además es quien dirige en gran medida el planeta seguramente muchos de vosotros pensaríais sin dudar que os estemos narrando el argumento de Final Fantasy VII.
Es bien cierto eso de que la manzana no suele caer muy lejos del árbol pues este manga obra de Yuji Iwahara y con una historia tan similar a la del videojuego también es un trabajo vinculado a la rama editorial de Square Enix.
Peculiares robots humanoides, energéticos mundos paralelos y siniestras mega corporaciones eléctricas son tan solo algunos de los muchos enigmas que se encuentran encerrados más allá de la Dimensión W.
¿Os animáis a descubrirlos?
Sinopsis
En el futuro, el sueño de Nikola Tesla de un “Sistema Mundial” de electricidad conseguirá llevarse a cabo. Los cables y los soportes de almacenamiento físicos como las baterías serán cosa del pasado y la gente podrá derivar la energía directamente a partir de unos dispositivos llamados “bobinas”. Sin embargo, algunas personas modifican estas bobinas con propósitos destructivos. Mabuchi Kyouma, un hombre que vive en una chatarrería y que es un apasionado de la cultura ‘vintage’ y los coches de gasolina, sabe de primera mano el daño que esas bobinas pueden llegar a hacer. Trabaja como un recolector, encargado de recuperar bobinas piratas a cambio de dinero y gasolina que le permitan continuar con su peculiar estilo de vida.
Un día, durante una misión rutinaria tratando de recuperar unas bobinas ilegales de una pareja de criminales, acabará teniendo un encontronazo con Mira, una extraña muchacha que acabará cambiando para siempre la vida de Kyouma.
Guion
La premisa del mundo distópico e ideal de Tesla es el punto de partida desde el cual la historia toma forma. La mezcla a partes iguales de las teorías del ingeniero austríaco y de la fantástica Dimensión W de la cual se obtiene la energía le dan a la narración un toque de cierta verosimilitud. El concepto de un mundo cubierto por gigantescas estructuras eléctricas que permite abastecer de “infinita” energía a la población de todo el planeta sirve de pretexto para mostrarnos un futuro en el que la totalidad de los gobiernos dependen de la compañía New Tesla Energy.
El manga nos muestra como a raíz de la dependencia de este nuevo modelo energético la sociedad en su totalidad cambia. Los núcleos de población se localizan ahora en las proximidades de las 60 mega estructuras que acceden a la dimensión W. Las urbes reciben su nombre en base a la central eléctrica que se encuentre en sus proximidades y sus ciudadanos han adoptado un modo de vida que les es impuesto desde New Tesla. En cierto modo esta idea de un mundo controlado por una empresa que gestiona la energía del planeta no se nos hace tan extraña puesto que es lo mismo que hacía la malvada compañía Shinra en el famoso Final Fantasy VII.
Hasta aquí llega todo lo original que nos puede ofrecer Dimension W.
Sus personajes son simpáticos y cercanos, pero también estereotipados y habituales de este género de mangas de ciencia ficción futurista. El dueto principal de protagonistas compuesto por Mabuchi Kyoma y la androide Mira encaja dentro de los roles clásicos. Él es el típico tipo duro socarrón con un buen corazón y toscas maneras. Además tiene un traumático pasado militar del que nunca habla y se encuentra relacionado con la trama principal y misterios de la obra. Ella es básicamente un McGuffin robótico con patas que soporta todo el peso de la historia puesto que de su enigmático origen se van desentrañando uno a uno todos los acontecimientos. Ambos forman el típico dúo mal avenido que se ve forzado a encajar por orden del guion.
El ritmo de la narración es pausado pero constante. Humor, acción y drama se intercalan a partes iguales marcando el ritmo de los acontecimientos. La lectura no se hace pesada en ningún momento y si bien su historia no es adictiva sí que sabe mantener de forma constante la atención del lector.
El dibujo
De entrada el apartado gráfico no destaca por ser especialmente innovador o con un marcado estilo propio del autor. Sin embargo si lo repasamos en detalle, en los primeros planos y en los diseños de las expresiones faciales especialmente, sí se pueden apreciar trazos que se desvían de los diseños genéricos y del montón. La tecnología que denominan ‘vintage’ está recreada con mimo, poniendo especial énfasis en lo que a los vehículos se refiere. Así mismo la escenografía futurista está bien lograda, dando la impresión de ser un mundo no tan lejano al nuestro en lo que a infraestructuras se refiere.
La estética de los protagonistas cuadra perfectamente con su personalidad. Los diseños de Mira son tecnológicamente avanzados y a su vez estilizados. El tema de las orejitas de robot y la cola son algo “típico” que el autor ha querido incluir para darle un toque de monería a esta peculiar robot que se comporta y quiere que la traten como si fuera una humana. En cuanto a Kyoma, sus expresiones marcadas le dan ese aire rudo y cómico al mismo tiempo. Sus movimientos en las peleas y su extravagante estilo de lucha son muy vistosos en las secuencias de acción dándole un aspecto imprevisible pero letal. Tanto en el vestir como en los combates recuerda bastante a Mugen de Samurai Champloo. Su estilo de vida de “cazarrecompensas/cazador de bobinas” sumado a su pasado traumático le da a su personalidad un toque a lo Spike Spiegel de Cowboy Beebop. Si a esto sumamos el hecho de que Kôrogri, uno de los secundarios, es una desgarbada niña experta en cibernética, que se parece bastante en su errático comportamiento a Ein, las similitudes entre ambas obras están más que justificadas.
El uso de los planos es bastante limitado. Abusa bastante de los primeros planos y los planos a cámara. La recreación de la escenografía es correcta sin llegar a ser detallada o especialmente elaborada. Cumple su cometido y poco más.
Las escenas de acción están recreadas de forma clara y sin hacer alardes o excesos de los recursos cinéticos. Son fáciles de seguir para el lector además de ser bastante creativos en base al estilo de lucha tan peculiar de los personajes.
El ritmo es de entre 3-5 viñetas por página. Las secuencias a página completa o a doble página brillan por su ausencia, pero cuando aparecen lo hacen entre capítulos y en unas muy bien rematadas páginas a color.
Edición
El trabajo que ha realizado Norma Editorial con la edición de Dimension W es excelente.
Uno de los primeros aciertos de la editora es el de lanzar un “pack de iniciación” que incluye los dos primeros volúmenes al ajustado precio de 15 euros. Si se prefiere se pueden adquirir también por separado a un precio de 8€ la unidad. El precio es correcto si tenemos en cuenta que su periodicidad es bimestral y que estamos hablando de una serie aún abierta en Japón.
Se ha optado por mantener un formato B6 de cada tomo con sus correspondientes sobrecubiertas.
Al igual que en la edición nipona y las de otros países los detalles de las cubiertas son de lo mejor. Su tacto es magnífico. La calidad de impresión es muy buena y ha sido todo un acierto el hecho de que incluya el efecto fosforescente que hace que determinadas partes del dibujo y de la rotulación brillen en la oscuridad. Los tonos azul eléctrico de las portadas sumados al efecto luminoso pegan a la perfección con la temática del manga.
Cada uno de los tomos cuenta además con unas 8 páginas a color colocadas al comienzo de algunos de los capítulos.
El encolado y la encuadernación son correctos y no se aprecian grandes defectos derivados del trabajo de imprenta. La calidad del papel es igual de buena que en cualquiera de las publicaciones de Norma.
La traducción así como la tipografía y maquetación están al mismo buen nivel que el resto del trabajo lo cual nos ofrece una lectura óptima.
¿Sabías que…?
- Yuji Iwahara además de por su trabajo en Dimension W es conocido por sus diseños de personajes vinculados a la saga Darker Than Black.
- Es el segundo manga del autor que se publica en España. El primero fue su conocido King of Thorn, publicado por Glénat entre 2007 y 2008.
- El manga cuenta con una serie de animación propia de 12 capítulos producida por Studio 3Hz (Sora no Method) y Orange (Black Bullet /Under the Dog).
- Dimension W comenzó su publicación en septiembre de 2011. Actualmente se publica en la revista Monthly Big Gangan y se han recopilado un total de 11 tankōbon hasta el momento.
- El autor está vinculado a Square Enix y al mundo del videojuego desde hace mucho. A finales de los 90 participó en el desarrollo de Koudelka, el primero de los juegos de la saga Shadow Hearts y uno de clásicos del género survival horror de la PSX. En base a esta colaboración Iwahara llegó a realizar una adaptación al manga basada en Koudelka.
Conclusión
Dimension W es un manga muy ambicioso. Intenta abarcar demasiados conceptos y en ocasiones no logra transmitir al lector un mensaje claro sobre ninguno de ellos en concreto. Filosofía, ciencia y sociedad comienzan siendo uno de los principales motores de la serie pero pronto son descartados casi completamente y reemplazados por una trama con un contenido con una mayor carga dramática que se vuelve frívola en determinados momentos. Comienza como un buen seinen pero a medida que los capítulos pasan las escenas de fanservice robótico y similares lo asemejan más a un shonen de temporada.
A pesar de sus puntos flacos su historia es entretenida y nos ofrece otra alternativa a las clásicas series de ciencia ficción futuristas. Se equivoca bastante el lector crea que en este manga se va a encontrar la típica historia de robots a lo Ghost in the Shell o Pyscho-Pass pero ambientada en un mundo del mañana no muy distinto al nuestro. La acción de la mano de Loser o Kyoma combinada con los momentos humanos que acompañan a las interacciones de Mira le dan a la obra una dualidad muy agradable a la hora de leerla.
Es altamente recomendable darle una oportunidad a todos los enigmas que se encierran mas allá de la desconocida Dimension W.