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Glénat en el Salón del Manga

Glénat ya nos ha podido confirmar personalmente dos de sus novedades para el XVII Salón del Manga de Barcelona. Una de ellas es la esperada edición Kanzenban de la serie clásica de \’Saint Seiya\’, la obra cumbre de Masami Kurumada. La otra novedad será la obra titulada \’Imo-Mushi\’ del autor Suehiro Marou.

Como ya anunciamos pocos días después del XVI Salón del Manga del pasado año 2010, Glénat tenía pensado poder sacar dicha reedición de lujo en el presente año 2011 o en el siguiente. Ahora, Glénat ya ha podido confirmar que, justo para un año después de lanzar el anuncio, los fans ya podrán disfrutarlo, con el gran evento español como portón de bienvenida.

Los detalles de la edición española aun nos son desconocidos, pero en principio no es de extrañar que vaya a ser idéntico a la edición japonesa de 22 volúmenes en total (en vez de los 28 de los que consta la edición normal) que salieron entre diciembre de 2005 y octubre de 2006 con motivo del 20 aniversario de la obra. Dichos tomos incluyen ilustraciones, posters y páginas a color, de un tamaño mayor que la tankobon, encuadernadas con una edición de lujo.

Los tomos japoneses de esta nueva edición Kanzenban dividen la historia de la serie ‘Saint Seiya’ de la siguiente manera:

– Volúmenes del 1 al 10: Santuario (y el 10 contendrá la ‘Historia de Cisne: Natassia, del país del hielo’ de la que seguramente se inspiró la Saga de Asgard del Anime).

– Volúmenes 11 a 14. Poseidón.

– Volúmenes 15 a 22. Hades.

Respecto a la segunda novedad, \’Imo-Mushi\’ del Suehiro Marou, se trata de un seinen de tomo único de 140 páginas, no apto para todos los públicos, publicado en 2010 y basado en la que es considerada la obra más polémica del genial escritor Ranpo Edogawa (1894-1965), con el mismo título.

Sinopsis. Un prestigioso militar regresa de la guerra ruso-japonesa de 1905 gravísimamente herido. Ha perdido las cuatro extremidades y es incapaz de hablar; así, es más parecido a un enorme gusano que a una persona. A pesar de la tragedia, la mujer se ve obligada a cuidar del tullido, que aun estando inválido mantiene intactas sus capacidades sexuales.