Generalmente cuando se habla de shôjo manga, la gente imagina institutos y primeros amores a mansalva por lo que el género suele ser considerado exclusivamente para chicas. Craso error. De la misma forma que podemos encontrar megalómanos que quieren conquistar el mundo a base de libreta y manzanas entre una marea de chicos que solo buscan mejorar, entre los pétalos y los brillos de ojos también podemos encontrar historias impactantes, crudas y retorcidas.
Es el caso de Life, un manga de Keiko Suenobu, que describe tantas emociones, patologías y miedos que no parece (ni de lejos) un shôjo manga.
Keiko Suenobu debutó en la revista Betsufure en 2001 con Vitamin, un manga sobre la crueldad de los jóvenes contra sus iguales. Desde entonces, Suenobu, no ha parado de explorar el mismo tema sin cortarse un pelo a la hora de plasmar a los acosadores o a los acosados.
Life comienza con los exámenes de admisión al bachillerato de una joven cualquiera, Ayumu Shiiba, que se esfuerza mucho por poder entrar al mismo instituto que su mejor amiga.
Por desgracia, algo tan cotidiano como esto es el comienzo de la pesadilla de Ayumu.
Cuando Ayumu, la chica del montón, logra entrar en el prestigioso instituto sobrepasando la nota de su mejor amiga, “la chica popular”, la amistad que las une se rompe y Ayumu es traicionada con saña. Este hecho hará que nuestra protagonista comience a autolesionarse.
Ya en el nuevo instituto se junta con Manami y sus amigas, que parecen aceptarla a la primera, pronto comenzará a experimentar la parte más terrorífica de la vida en clase.
Keiko Suenobu plantea un escenario repleto de sociópatas muy jóvenes que han perdido la noción de lo que está bien y lo que está mal en favor de un estatus social dentro del micro universo que compone la vida en el instituto. El ritmo narrativo es lento y lineal, la autora se toma su tiempo en presentar a los personajes y sus entornos para que el lector tenga una comprensión mayor de la historia, aunque esto pudiera parecer pesado e inadecuado la verdad es que se agradece ya que es una historia bastante larga con muchos flecos que, si se hubieran tratado de otra manera hubieran resultado inconexos y aburridos.
El trazo de la manga-ka es bastante grueso y, a veces, puede parecer sucio y bastante basto, pero al mirar más allá nos damos cuenta que este tipo de trazo abunda en las situaciones extremas o cambios de personalidad de algún personaje mientras que en las escenas cotidianas están construidas a partir de trazos limpios, finos y muy limpios.
Life no es un manga para todos los públicos. Es crudo y violento pero, sobretodo, es terrorífico por narrar de una forma tan directa el
infierno que podría vivir cualquier estudiante. Por lo tanto es una historia recomendable que no gustará a todos pero que se agradece para romper la monotonía de historias rosas y floreadas.