A lo largo de las cuatro décadas que ya suma la publicación estrella de la editorial Shueisha han campado por sus páginas grandes mangas que marcaron huella tanto en los lectores como en las futuras generaciones de manga-kas. Uno de los más influyentes y destacables fue la obra magna de Hirohiko Araki, Jojo no Kimyona Bôken (Las extrañas aventuras de Jojo), una longeva saga que continuó serializándose hasta 2005 a través de la revista mensual Ultra Jump ya que, al igual que con títulos como Bastard!!, el extremismo detallista del autor sumado a sus graduales dosis de violencia, forzaron el cambio de revista para adaptarse a lectores más experimentados que aquellos a quienes se dirige el target mayoritario de Shonen Jump.
Todo queda en familia
En los primeros episodios se nos dará a conocer la rivalidad entre dos miembros de distinguidas familias que dará pie a una batalla que trascenderá las barreras del tiempo e incluso del espacio, convirtiéndose en el eje de la historia. Finales del siglo XIX, Dio Brando, un joven malicioso es adoptado por la adinerada familia Joestar, y será entonces cuando conozca a Jonathan Joestar, un joven noble de su misma edad en quien ve un duro oponente para sus maquiavélicos planes, relacionados con una misteriosa y poderosa arma, una máscara maldita con el poder de transformar a su propietario en vampiro. Dio consigue descifrar el uso de la máscara, enfrentándose a Jonathan y dando así el pistoletazo de salida a la lucha entre sus respectivos descendientes.
A pesar del minimalista punto de partida, el manga consigue mantener el interés gracias a los enrevesados giros argumentales, los cuales permiten que el argumento se reinvente en cada saga pero sin caer en el continuo reciclaje hasta caer en lo repetitivo de lo que tanto acusan mangas de éxito actuales. Así, el planteamiento de la obra difiere en cada arco argumental en cuanto a desarrollo pero siempre manteniendo una coherencia respecto a los patrones establecidos. Un ejemplo sería el de la manipulación de las proyecciones astrales denominadas Stands, en un principio fruto del poder de la máscara y más tarde llegando a ser entidades individuales que acompañan a los personajes.
Pero sin duda, Jojo no Kimyona Bôken es recordada por su peculiar y adictivo apartado gráfico. Araki disfruta con las viñetas detalladas al máximo, horror vacui en todo su esplendor, así como con las imposibles pero estéticamente resultonas posturas de los personajes. Y también es aquí, en el dibujo, donde encontramos la razón al apelativo «bizarro» del título: los combates son tan extraños y ricos en recursos narrativos y gráficos, que saborean la psicodelia, unido al progresivo uso de la violencia, llegando a haber desmembramientos y carnicería varia, aunque eso sí, desde ningún momento se caracteriza por ser un manga inocente.
Un poco de historia
Jojo\’s Bizarre Adventure (título internacional de la obra y por el cual es conocido en Occidente) comenzó a serializarse en 1987, compartiendo páginas con grandes hitos de la revista de la década de los 80, durante la cual Shonen Jump se encaminaba a su época dorada, como City Hunter, Capitán Tsubasa o una primeriza Dragon Ball. La obra es tan extensa (80 tomos) que para captar nuevos lectores los editores decidieron agregar un subtítulo a cada arco argumental, respetándose esta peculiar nomenclatura en las ediciones francesa, americana e italiana, quedando estructurada del siguiente modo (a pesar de que la obra sigue un riguroso orden cronológico, Steel Ball Run, considerada como spin-off dada su numeración independiente, y por tanto, figurando aparte de la saga central, supone un retorno a los orígenes de la historia con su ambientación decimonónica):
– Phantom Blood (tomos 1 a 5; capítulos 1 a 44)
– Battle Tendency (tomos 5 a 12; capítulos 45 a 113)
– Stardust Crusaders (tomos 12 a 28; capítulos 114 a 265)
– Diamond is Unbreakable (tomos 29 a 47; capítulos 266 a 440)
– Golden Wind (tomos 47 a 63; capítulos 441 a 594)
– Stone Ocean (tomos 64 a 80; capítulos 595 a 752)
– Steel Ball Run (spin-off; continúa abierta)
Jojo se va de marcha
Jojo\’s Bizarre Adventure supuso un antes y un después en los manga de aventura, no solo por la riqueza de su desarrollo, sino por acercar al género hacia el cómic underground, influyendo a posteriores obras como Taizo Moteking Saga (la cual puede entenderse como un gran homenaje a la obra) ó Yu·Gi·Oh! La ópera magna de Araki se desmarcó también por uno de sus elementos más característicos: las recurrentes referencias al mundo de la música, especialmente a las bandas rockeras del último cuarto del siglo XX. Jojo alcanzó su momento álgido en la tercera saga, la más conocida en Occidente y en la cual se basan las OVAs que salieron a la venta en 1993 y 2000. A pesar de todo, la serie nunca estuvo exenta de polémica, no solo por el elevado uso de la violencia en sus páginas, sino también más recientemente en el presente año debido a un altercado con los países islámicos, dado que al contrario que en el manga, en el anime se usaron unos textos sagrados del Corán sin conocimiento de su contenido.
En España hemos tenido la oportunidad de disfrutar con el videojuego de lucha en 2D que se centraba en Stardust Crusaders para las plataformas Playstation y Dreamcast. En cuanto al manga, lo único de Araki publicado fue Baoh, formando parte de los primeros lanzamientos de la editorial Planeta deAgostini en su catálogo manga y editada según la edición americana de Viz. A comienzos de 2008, la extinta editorial Iced Lands comunicó que poseían los derechos de la primera parte del manga, Phantom Blood (que cuenta con una película de animación estrenada en 2007) aunque eso sí, matizando que la licencia era a título personal del editor, por lo que esperemos ver pronto buenas nuevas de Jojo\’s Bizarre Adventure al margen de la desaparición de la editorial.