Ashita no Joe (あしたのジョー)
Se trata de un manga creado por Asao Takamori (guión) y Tetsuya Chiba (dibujo) publicado entre 1968 y 1973 en el semanario Shonen Magazine de la poderosa editorial Kodansha. Un total de 20 volúmenes, dos series animación (1970-71 y 1980-81) y varios productos derivados convierten a esta obra en la joya indispensable del manga de deportes.
Ashita no Joe alcanzó ya en su época una repercusión que traspasa los aspectos puramente técnicos, narrativos o estilísticos. Un argumento que se desarrolla de forma imparable e impecable hacia su agridulce final, escenas de acción plasmadas con un dinamismo capaz de emocionar incluso al exigente lector actual, y unos personajes increíblemente profundos dibujados con el desgarrador candor cuyas bases impuso Tezuka, crean EL manga de boxeo por excelencia, en el cual, paradójicamente, el boxeo sólo sirve de marco dramático que lleva al límite las vidas de los personajes.
Para entender mejor esa repercusión que va más allá de la obra en sí, hay que echar un vistazo al contexto histórico. El Japón de finales de los 60 es un país que está renaciendo de sus cenizas a pasos agigantados y empieza a ver los resultados de ese esfuerzo hecho por toda la población para superar la derrota de la Segunda Guerra Mundial y la debacle del país. Joe Yabuki representa ese afán de superación de la clase trabajadora. Un joven salido de la nada, sin pasado conocido, sin padres, sin sueños, llega a un suburbio de Tokio y allí, por casualidad, un ex entrenador de boxeo, borracho y empobrecido (Danpei Tange), descubre el talento de Joe para boxear.
A partir de su encuentro, se sucederán los acontecimientos que llevarán a Joe a entrar en el mundo del boxeo profesional con el objetivo de enfrentarse a Tooru Rikishi (el eterno rival). En la segunda parte de la serie, podremos ver la evolución de Joe en el mundo profesional hasta su enfrentamiento con el campeón de su categoría, el mexicano José Mendoza.
Como puede verse, el argumento es el típico del manga deportivo, pero su influencia no. En 1970, más de 700 personas acudieron a los edificios de Kodansha para homenajear a uno de los personajes más populares. En una época sin Internet, sin móviles, conseguir movilizar a tantas personas para celebrar algo relacionado con un personaje de ficción era algo casi impensable; también se dice que las ciudades se paralizaban cuando emitían el capítulo de anime de Ashita no Joe; muchísimos mangakas citan esta obra como su mayor referencia, y está claro que no sólo por el tema deportivo. La evolución del protagonista (sin dejar de lado a los demás personajes, definidos y cuidados al máximo), no deja de ser la evolución que el pueblo japonés quiere ver para sí mismo: entregado, abnegado, luchador y sacrificado, todo sea por cruzar “el puente de lágrimas” que separa el pasado doloroso (el suburbio) del progreso (la ciudad). Sin embargo, Ashita no Joe también nos enseña que, frente a un progreso despiadado, el calor y la alegría del suburbio (representados a través de sus entrañables personajes) son un buen refugio para un alma atormentada.
En definitiva, un manga completísimo, inmune al paso del tiempo y de las modas, con la dosis de acción, dramatismo y belleza perfecta para satisfacer a cualquier tipo de público. Lamentablemente aún no hemos podido verlo impreso en nuestro país (sí que tuvimos la suerte de ver una parte de la serie animada allá por el año 1991), quizá el temor de las editoriales a publicar algo tan antiguo tenga la culpa de que nos veamos privados de esta maravilla. En fin, nunca es tarde y una obra así parece perfecta para EDT y ahora aún más, esperemos que pongan sus ojos en ella muy pronto.