El shōjo manga en España tiene un nombre propio, que es Marmalade Boy. No fue el primer manga de la demografía en publicarse en nuestro país ni mucho menos, ni siquiera fue el primero en tener éxito (no podemos olvidarnos, por ejemplo, de Sailor Moon), pero sí que este título de Yoshizumi fue el causante de crear un verdadero boom y de abrir las puertas para que el manga para chicas empezara a hacerse su hueco en nuestro mercado.
El causante de todo fue su anime: en 1998 comenzó a emitirse por las tardes en TV2 una serie de romance estudiantil llamada La Familia Crece y su éxito no tuvo parangón. ¿Te imaginas ir al instituto y comentar con todos tus compañeros de clase el último episodio de tu anime favorito? ¿Verdad que no? Pues aunque parezca mentira eso pasó con Marmalade Boy. El romance entre Miki y Yû, Ginta y Arimi, Meiko y el profesor Namura enganchó a los chavales de una forma que nadie se esperaba. Y fue Planeta quien tuvo la buena vista de aprovechar ese éxito y publicar su versión manga así como muchas otras obras de la autora.
Durante unos años Planeta tuvo una línea shōjo muy destacada, pero, quizá por la crisis o quizá por la bajada en el interés de los mangas de temática más romántica, la editorial como hicieron otras decidió dejar apartado el manga para chicas para centrarse en el shōnen y seinen. Ahora parece que el shōjo está volviendo a despuntar y la misma Planeta, con la intención de recuperar a este tipo de público que se lo pasó tan bien con las aventuras amorosas de Miki y de Yû, no se lo pensó dos veces a la hora de licenciar la secuela de Marmalade Boy, Marmalade Boy little. Situada trece años después del final de la historia original, en esta ocasión encontramos de protagonistas a los hermanos pequeños de Miki y Yû, Rikka y Saku, a quienes también les esperan un montón de líos amorosos.
Sinopsis
Rikka siempre pensó que su familia estaba compuesta por cuatro padres y cuatro hijos y que era de lo más normal, hasta que le explicaron que no era así: sus padres y los padres de Saku se llevan tan bien que viven juntos, y ella y Saku tienen dos hermanos en común, Miki y Yû, pero entre ellos no hay ninguna relación de parentesco. Aun así, Rikka, ahora que tiene trece años, sigue considerando a Saku como su hermano menor… Hasta que se enamora por primera vez de su compañero de colegio Aoi y Saku le confiesa a Rikka que él nunca la ha visto como una hermana, sino como algo más…
Una familia de lo más peculiar
Cuando una autora empieza a publicar una secuela de su manga más emblemático casi dos décadas después de que finalizara el primero, lo más normal es sentir una cierta desconfianza. ¿Realmente tiene una historia interesante que contar o se está aprovechando de un nombre conocido para hacer dinero fácil? La propia Yoshizumi explica en el cómic extra al final de los tomos que fue su editor quien le propuso comenzar un manga que incluyera en el título el nombre de alguna de las obras más emblemáticas de la mangaka. Dándole vueltas, Yoshizumi finalmente se decidió a publicar una especie de «extra» de Marmalade Boy, en el que veríamos a los personajes de siempre como secundarios para saber qué ha sido de sus vidas pero el protagonismo recaería en los dos hermanos pequeños de Miki y Yû, una idea que, por cierto, le surgió gracias al final totalmente inventado del anime. Al final este extra ha adquirido vida propia y más de dos años después sigue publicándose con cuatro volúmenes en el mercado y subiendo.
Aunque no podemos negar que se aprovecha del hecho de ser la secuela de Marmalade para vender, por suerte Marmalade Boy little tiene la suficiente personalidad propia como para justificar su existencia, y se puede decir que Yoshizumi no ha perdido para nada el toque a la hora de crear personajes encantadores e historias que enganchen.
De entrada lo que sorprende de este trabajo es que se publica en una revista josei, es decir, dirigida a mujeres adultas; Marmalade Boy, en su día, se publicó en la Ribon, cuya demografía son niñas preadolescentes mayoritariamente. Y más, si tenemos en cuenta que los protagonistas son niños de trece años. Aunque la historia de Rikka y Saku sí que es un tanto infantil en ese sentido, y uno no puede evitar poner los ojos en blanco a ver a críos tan pequeños afirmar con total seguridad que ya saben con quién se van a casar, cuando uno empieza a leer se da cuenta enseguida de por qué se publica en una revista para adultas: porque el manga va principalmente dirigido a los lectores que crecieron en su momento con Miki y con Yû.
Así es, aunque el protagonismo sea de los niños, los personajes de Marmalade Boy están muy presentes en la historia. No solo Rikka y Saku son hermanos de Miki y Yû, Aoi, el chico que le gusta a Rikka, es el hijo de Meiko y el profesor Namura, los tres van al mismo instituto al que iban los personajes del manga original y también están en el club de tenis, Ginta es profesor de inglés en el instituto, Rokutanda tiene un sobrino que es clavadito a él… Marmalade Boy little apela totalmente a la nostalgia y la verdad es que uno afronta con mucha ilusión ver qué es de la vida de esos personajes que nos engancharon tanto cuando nosotros mismos éramos adolescentes. Miki, Yû y compañía son ahora treintañeros con sus vidas adultas y sí que es verdad que es bastante irreal que todos continúen con sus parejas del instituto pero el manga toca algunos temas más adultos como es lo difícil que es combinar a veces el trabajo con la familia, las ventajas y desventajas de tener hijos muy pronto, el ir dejando pasar las cosas cuando uno está establecido en una cómoda rutina o los problemas matrimoniales de parejas que llevan tanto tiempo juntas.
La historia de los pequeños ya es más cliché, con los dos amigos de toda la vida que ahora empiezan a tener sentimientos, las confusiones propias de esa edad en la que se empieza a despertar la sexualidad y los triángulos o cuadrados amorosos de los shōjo de la Ribon de toda la vida, pero Yoshizumi siempre ha tenido mucha gracia contando este tipo de culebrones y como decía antes te engancha muy fácilmente. Todos los personajes nuevos tienen personalidades muy definidas y es fácil cogerles cariño y divertirte con ellos. Aunque ya se vea que como en el manga original las parejas ya están establecidas desde el principio, cada capítulo te deja con la miel en los labios para querer seguir leyendo y saber qué pasara con Rikka, Saku y sus nuevos amigos.
El dibujo
Una de las grandes bazas de Marmalade Boy little es, sin duda, su precioso dibujo. Yoshizumi tiene un estilo muy propio que todo el mundo reconoce nada más verlo, pero dieciocho años son dieciocho años y la evolución en su estilo se nota y mucho, y más con lo noventero que era Marmalade. El estilo de base sigue siendo el mismo pero ahora es mucho más redondeado y bonito. Además, la autora tiene muchísima gracia a la hora de dibujar las expresiones de los personajes en los momentos más cómicos.
Yoshizumi hace un buen trabajo dibujando a los personajes originales de Marmalade Boy, que lógicamente están cambiados, no solo por el estilo sino porque son trece años mayores, pero siguen siendo reconocibles en todo momento. Y el gran parecido de los pequeños con los grandes le da mucho más encanto al manga, la verdad.
Edición
La edición de Planeta es fiel a la japonesa: formato tankobon con papel blanco que apenas transparenta y onomatopeyas sin traducir. El precio es el que uno espera de este tipo de formato, es decir 8€. Es una edición correcta aunque las tramas hacen mucho efecto moiré y eso distrae un poco en lo que es la lectura.
Ya se encuentran disponibles los dos primeros volúmenes y la serie será aperiódica ya que actualmente solo han salido cuatro tomos en Japón.
¿Sabías que…?
- Se publica desde marzo de 2013 en la revista Cocohana de Shueisha. Wataru Yoshizumi ha publicado otros mangas josei anteriormente pero es la primera vez que publica en esta revista.
- La revista en la que se editó el primer capítulo de Marmalade Boy little incluía de regalo el primer tomo de Marmalade Boy.
- Tanto en este caso como en el de Cappuccino, la otra novedad de la autora en el pasado Salón del Manga de Barcelona, Planeta optó por anunciarlas y publicitarlas como shōjo manga, pese a que ambas obras son de demografía josei.
- Planeta Cómic publicó Marmalade Boy en España en tres ediciones: edición en tomos (entre 1998 y 1999), edición en comic-book grapa en 23 números (1999 a 2000) y edición kanzenban o especial en seis volúmenes (2007 y 2008).
- Únicamente quedan dos obras inéditas de Yoshizumi en España: la primeriza Handsome no Kanojo de nueve tomos (o cinco en sus posteriores ediciones) y Chitose etc. de siete volúmenes. Planeta indicó en su presentación de novedades en el pasado Salón del Manga que tiene intención de publicar más cosas de la autora así que es posible que alguna de las dos llegue el año que viene.
Conclusión
Que editoriales como Planeta Cómic que llevaban una temporada larga sin tener en cuenta a su público femenino hayan decidido volver a apostar por el manga para chicas es una gran noticia. En esta ocasión han ido sobre seguro con una autora que siempre les ha funcionado bien y con una obra que es secuela de uno de los mangas de más éxito en nuestro país y gracias al cual las editoriales se lanzaron a editar más mangas de esta demografía.
Marmalade Boy little gustará sobre todo a aquellos que vieron y leyeron Marmalade Boy en su momento porque el factor nostalgia está presente a tope y hace muchísima ilusión volver a encontrarte con aquellos personajes de los que nos enamoramos hace ya una eternidad. Está dirigido sobre todo a lectores treintañeros con una edad similar a la de Miki y los demás pero eso no quita que lo puedan disfrutar también las nuevas generaciones ya que los personajes nuevos se hacen querer muy rápido y su historia engancha tanto como lo hiciera la de sus mayores y no es tampoco imprescindible haber leído la obra original para poder disfrutar esta, la autora ya te da la suficiente información para poner al día a los nuevos lectores.
Es una monada de manga, ni más ni menos.