Reseñas

El árbol que da sombra

El manga ha dado numerosas obras basadas directa o indirectamente en la Historia. Tomando como referencia la mitología o hechos históricos, se han creado algunos de los mejores y más vendidos mangas de la historia. El árbol que da sombra no ha sido un mangas de cifras escalofriantes, pero sin duda -como casi todo lo que hizo Tezuka- sirvió como muestra de lo que haría los artistas en el futuro.

El árbol que da sombra muestra cómo era Japón en uno los momentos históricos más importantes dentro de su reciente historia. Un país que estuvo aislado durante más de 250 años, recibió la molesta visita de los occidentales a mediados del siglo XIX. Tiempo atrás lograron deshacerse de ellos, pero ahora la situación ha cambiado. Este hecho dividió a la población en dos frentes: por un lado los que veían necesaria una revolución y una puesta al día del país, que no había progresado al mismo ritmo que Occidente y que, 250 años después, veía como estaban a años luz de los “bárbaros”. En el lado contrario, los que confiaban ciegamente en el modelo de Estado actual y no querían ni oír hablar de cambios ni revoluciones.

Con este panorama Tezuka nos cuenta su historia tomando como hilos conductores a dos personas que participaron activamente en el devenir de Japón: un samurái, Manjirô Ibuya, orgulloso y noble, que se inmiscuye sin querer en tramas políticas de lo más delicadas; y un médico, Ryôan Tezuka, pariente del propio Tezuka, que perteneció a la Escuela Holandesa de medicina en un momento en el que no se veía con buenos ojos la medicina occidental. Gracias a ellos podemos ver desde varios frentes cómo fueron esos años tan agitados de la historia japonesa. El árbol que da sombra cuenta con un trabajo de documentación minucioso, por lo que gran parte de los hechos y personajes que aparecen en sus páginas son reales. De todas formas los añadidos que aporta Tezuka a la historia no hacen más que redondear si cabe el resultado final.

Indudablemente estamos ante un trabajo, otro más, de innegable calidad por parte del creador del manga moderno. Con su particular dibujo y su reconocible forma de contar las cosas, Tezuka elabora una historia entretenida y de gran interés didáctico. Ideal para aquellos interesados en la cultura japonesa o simplemente en leer un buen cómic.