El pasado día 15 de diciembre se aprobó en Tokyo la ley 156 que prohíbe la venta a menores de manga, anime o videojuegos que puedan ser considerado como pernicioso para los jóvenes o que promuevan comportamientos inmorales o ilegales.
La ley ha sido aprobada con el apoyo de todos los grupos parlamentarios mayoritarios, incluyendo tanto el LPD (Partido Democrático Liberal), partido impulsor de la ley y el Komeito, partido con el que LPD gobierna en coalición en Tokyo, como el actual partido en el gobierno, el DPJ (Partido Democrático de Japón).
Shintaro Ishihara, gobernador de Tokyo y principal ideólogo de esta ley declaró que «es normal que esta ley haya sido aprobada. Aún queda sentido común en Japón«.
La nueva ley entrará en vigor en 2011. En abril comienza el periodo de auto-regulación y finalmente en junio terminará la moratoria, siendo la ley de obligado cumplimiento. Debido al carácter ambiguo de la ley no queda muy claro lo que estará permitido o no. Para ello existirá un comité encargado de determinar que títulos se ajustan o no a la nueva normativa.
Aquellos títulos que no cumplan los requisitos que este comité determine serán marcados como «material para adultos» con lo que ello significa: problemas de distribución, localización en los puntos de venta, etc.
Hay que tener en cuenta que esta ley solo afecta al anime, manga y videojuegos sin incluir en su alcance novelas, fotografías, series de TV o películas, motivo por el cual se considera que esta ley ataca directamente a los otakus.
Antecedentes
Aunque la noticia ha saltado ahora porque es cuando se ha aprobado la ley, este tema ya viene de tiempo atrás. Debido a presiones por parte de UNICEF Japón, activistas y otras asociaciones en julio de 2009 surgió una propuesta a nivel nacional, liderada por el LPD, para prohibir la posesión de material donde aparecieran actos sexuales de o con menores (un género de manga popularmente conocido como lolicon). Debido a la disparidad de opiniones entre los diferentes partidos del gobierno esta ley fue rechazada. En octubre el LPD presentó una versión revisada de la ley, pero ésta tampoco fue aprobada.
Posteriormente en febrero de este año se intentó aprobar en Tokyo una ley no solo contra el lolicon, si no contra cualquier material audiovisual donde aparecieran escenas sexuales con personajes que pudieran ser considerados menores de edad debido a su vestimenta, accesorios, tono de voz, etc. Esta ley fue también rechazada por el DPJ bajo la argumentación que atentaba contra la libertad de expresión.
Uno de los motivos que causan más sorpresa en la aprobación de la ley 156 es el hecho de que haya sido aprobada en esta ocasión gracias al apoyo del DPJ que fue la fuerza que se opuso a todos los intentos de censura anteriores.
Reacciones
Las reacciones no se han hecho esperar, y las partes afectadas ya comenzaron sus protestas antes de que la ley fuera aprobada.
Un gran número de empresas cancelaron su asistencia a la Tokyo Anime Fair 2011, que tendrá lugar el próximo mes de marzo, debido a las declaraciones realizadas por Shintaro Ishihara, gobernador de Tokyo, sobre el manga y sus aficionados.
Un grupo de 10 grandes empresas de la industria que incluye Kadokawa Shoten, Shueisha, Shogakukan, Kodansha, Akita Shoten, Hakusensha, Shonen Gahousha, Shinchosha, Futabasha y LEED Publishing Co., Ltd. han respondido indignados a los comentarios del gobernador y además de cancelar su presencia en el TAF 2011 también han bloqueado la aparición de cualquier anime que tengan bajo sus licencias.
A la respuesta y el enfado de las empresas, Shintaro Ishihara ha declarado que no le importa en absoluto este boycot y que si las empresas han decidido no asistir en 2011, es su decisión y su problema.
No sólo las empresas y los autores se han quejado. Un miembro del DPJ ha informado de que ha recibido una gran cantidad de e-mails de ciudadanos en contra de la ley 156 y la industria presentó una petición con más de 150.000 firmas en contra de la resolución.
¿Quién se puede ver afectado?
Aunque la ley sólo es efectiva en Tokyo, es indudable que afectará a nivel nacional. La mayoría de empresas no tienen la capacidad de realizar dobles lanzamientos de sus contenidos (uno para Tokyo y otro para el resto de Japón) así que se espera que Tokyo termine siendo el estándar.
Series o mangas con alto contenido erótico como To-Love-Ru o Panty & Stocking with Garterbelt tienen todos los números para ser señalados como contenidos perniciosos. El seinen, que suele tratar temas más adultos y puede contener grandes dosis de violencia o el shôjo picante también tienen muchas posibilidades de ser censurados. Y tampoco vienen buenos tiempos para el yaoi ya que el gobernador Ishihara tiene serios prejuicios en contra de la homosexualidad, considerando a los gays genéticamente defectuosos y merecedores de lástima y afirmando que no deberían aparecer en televisión.
La ley también afectará a los servicios accesibles vía móvil, que en Japón se llevan una gran parte del mercado, que podrán ser obligados por el gobierno a censurar los contenidos a los que un menor puede acceder a través de su terminal.
¿Quién es Shintaro Ishihara?
Shintaro Ishihara, el gobernador de Tokyo, ha sido el principal impulsor de la ley 156. Ishihara ha sido gobernador de Tokyo desde 1999 con el LDP. Es considerado un político de extrema derecha y tiene una larga lista de declaraciones y comentarios xenófobos, homófobos, misóginos o que atentan contra minorías.
Recientemente cargó contra los aficionados al manga y al anime diciendo que «muchos aficionados al manga llevan vidas decadentes, sin ninguna meta» y que «deberían conocer mujeres reales, que responden cosas inesperadas y son más interesantes y adorables». A pesar de todo, las mujeres tampoco se libran, porque en 2001 declaró en una revista que «las mujeres mayores que no están en edad reproductiva son inútiles y su existencia es un crimen«.
Tiene una larga retahíla de comentarios ofensivos contra los extranjeros, tanto hacia inmigrantes con frases del tipo «los extranjeros viviendo en Japón causarían el caos si hubiera alguna tragedia, como un terremoto«, como a países extranjeros con comentarios como que «el francés no puede ser considerado un idioma internacional porque no sirve para nada«.
Resulta especialmente curioso el hecho de que a pesar de la censura que Ishihara quiere imponer en el manga, el gobernador de Tokyo es autor de varias novelas de alto contenido erótico que incluyen escenas de violaciones en grupo de colegialas entre otras.
¿Qué va a hacer la industria?
A pesar de la contundente respuesta en contra de la ley, no está muy claro todavía que medidas concretas va a llevar a cabo las editoriales y otras empresas afectadas.
De momento han volado las críticas acusando a Ishihara de mentiroso, por no haber consultado al sector a la hora de hacer la ley a pesar de asegurar que se reuniría con ellos para negociar el contenido de la ley.
Además de las empresas, varios autores de manga, como Kubo Tite o Machiko Satonaka, han anunciado su apoyo a la industria y se han posicionado en contra de la ley 156.
A consecuencia del boycot de la industria al Tokyo Anime Fair 2011 el primer ministro Naoto Kan escribió en su blog que aunque es importante proteger a la infancia, el manga y el anime son muy importantes a nivel internacional y resultan un apoyo a la hora de promocionar Japón como marca. Por este motivo el primer ministro considera muy importante llegar a un acuerdo para conseguir que el TAF 2011 se pueda organizar de manera satisfactoria.
Conclusiones
Vienen tiempos duros para el manga, el anime y los videojuegos. El sector considera que esta ley les ataca directamente, al no afectar a las novelas o la ficción de imagen real y el gobierno no parece dispuesto a llevar a la ley a revisión.
Aunque por su parte, las empresas parecen estar dispuestas a luchar. En la cuenta de Twitter que Kodansha tiene para su concurso internacional de comic, la editorial pide a los participantes que no tengan en cuenta la nueva ley y presenten el trabajo con el contenido que quieran o que tengan pensado.
La ambigüedad de la ley hace que la comercialización de manga, anime o videojuegos quede en manos del equipo censurador del gobierno y cualquier contenido se puede convertir en inmoral o pernicioso a discreción.
Por otra parte, no queda claro que pasará con el Comiket, un gran evento que de forma bianual de venta de doujinshis. La mayoría de material que allí se vende es pornográfico y erótico y aunque en ocasiones se marca como material para mayores de 18 años, la venta en el evento es libre y no se pide ningún tipo de identificación al comprador.
Todavía queda mucho por ver en referencia a la ley 156.