Hace tiempo que las empresas involucradas venían advirtiendo del peligro que suponía la piratería para la industria del anime. La crisis económica actual y la facilidad para descargarse cualquier tipo de material de la red en un tiempo récord apuntan como las principales causas de esta situación que ha empezado a cobrarse sus primeras víctimas.
Los primeros en tomar medidas drásticas en Europa han sido los responsables del Studio Gonzo (Last Exile, Brave Story, Peacemaker Kurogane, Gantz, Rosario+Vampire…) que se han visto obligados a cerrar su filial europea ubicada en Londres.
Gonzo era uno de los estudios de anime más interesados en exportar sus producciones a occidente y en los últimos años trabajó estrechamente con el Canal Buzz (que actualmente también ha abandonado su fuerte apuesta por el anime) a través de esta filial inglesa. Finalmente, han visto la poca rentabilidad que supone el mercado europeo y han decidido abandonar su aventura por nuestras tierras. Una muy mala noticia que no es más que la punta del iceberg de lo que se avecina y que se une a la extinción de la distribuidora de anime Geneon Entertainment USA, que también cerró sus puertas el pasado septiembre y dejó de editar DVD\’s de anime para el mercado norteamericano.