Hace ya la friolera de 20 años desde que los zombies de Capcom se fugaron de la mansión Spencer de PSX para poder aterrorizar a sus seguidores. Lo cierto es que 2017 está siendo un año productivo para los seguidores de la franquicia. La séptima entrega de la saga principal ha llegada a las consolas con un éxito bastante comedido y finalmente se ha puesto fin al ciclo de películas de acción real interpretadas por Milla Jovovich. Para hacer más redondo su vigésimo aniversario recientemente se ha lanzado la tercera de las adaptaciones cinematográficas en CGI basadas en el universo Resident Evil.
Si por algo se caracterizan las películas generadas por ordenador es por ser canónicas y respetar unos estándares de producción que están a la altura de los videojuegos; de los últimos al menos. Vendetta nos ofrece una cinta de 90 minutos con un nivel audiovisual peligrosamente similar al de los films de acción real perpetrados por Paul Anderson.
Ambientado tras los acontecimientos de RE6, el argumento nuevamente nos vuelve a situar frente a un inminente ataque bioterrorista que deberá ser detenido por parte del habitual grupo de supervivientes de Raccon City. El trío formado en esta ocasión por Chris Redfield, Leon Scott Kennedy y la doctora Rebecca Chambers serán los encargados de frustrar los planes de Glenn Arias, un traficante de armas BOW que busca venganza contra el gobierno norteamericano que trató de asesinarlo en el pasado.
La fórmula empleada en Degeneration y Damnation (a saber, historias autocontenidas y respetuosas con el lore de las entregas principales) intenta perpetuarse en esta nueva entrega pero pese a que su declaración de intenciones es firme el resultado es bastante flojo en todos los aspectos. Los diálogos son huecos clichés que se apoyan desesperadamente en los arquetípicos personajes. El ritmo de la trama es tan aleatorio y frío que no consigue implicar al espectador en casi ningún momento. El antagonista está pobremente desarrollado y, si bien su deseo de vendetta sobre el papel parece legítimo, su ejecución en pantalla lo desmerece a todas luces.
Las secuencias de combate intentan ser realistas y espectaculares pero su puesta en escena tiene el efecto contrario. Los encontronazos CQB entre Redfield y Arias, que deberían ser épicos en el clímax de la cinta, en realidad se vuelven una suerte de momentos cómicos dignos de Benny Hill.
El afán comercial que Capcom ha demostrado en esta película es desmedido y bochornoso. El culmen de esto se puede apreciar en una secuencia ya incluida en los tráiler y en la cual Leon escapa de unos Cerberus sobre una flamante Ducatti XDiavel edición 2017 que casualmente la BSAA les acaba de enviar. Por si fuera poco, la exhibición de pilotaje sin manos viene acompañada por el diestro uso que el protagonista realiza su peculiar pistola. El arma en cuestión es una Sentinel Nine que ya utilizaba en el Resident Evil 6 pero que ha sido reciclada por Tokyo Marui, empresa al cargo de las réplicas oficiales de armas de Capcom, en una edición especial conmemorativa para el estreno de este film.
En el apartado visual Vendetta está a la altura de sus predecesoras. La animación es correcta, creible y trabajada en todo momento. El elenco de criaturas heredadas de las difuntas NeoUmbrella y Tricell es bastante escaso puesto que se limita a los habituales zombies, un puñado de perros mutante así como una peculiar versión del Tyrant en su variante Ustanak.
El limitado trabajo de dirección del Takanori Tsujimoto es una de las principales lacras con las que cuenta la película, aunque no es la única. Lo poco elaborado del guion es algo que sorprende bastante si tenemos en cuenta su autoría. Makoto Fukami, famoso por la novelización de animes de éxito como PsychoPass o Berserk, es el responsable tras el guion del film. La banda sonora creada por el veterano Kenji Kawai cumple de forma comedida con las necesidades de la película. Sus 30 temas son básicamente de acompañamiento y no presentan ninguna pista memorable que incite a la compra independiente de su OST.
Las ediciones domésticas en las que podemos adquirir Vendetta las detallamos recientemente en esta noticia. Las mejoras visuales se hacen más que patentes si disponemos de una televisión y equipo de audio última generación con los que poder disfrutarla. Sin embargo todas esas mejoras deslucen bastante porque presentan un bastante frío trabajo actoral y por el hecho de haber variado las voces de los protagonistas con respecto a las entregas previas.
La saga de videojuegos no pasa precisamente por una época de auge y era tan solo cuestión de tiempo que esta situación hiciese mella también en las películas CGI. La línea argumental de la que se nutre la franquicia ha sido sobre explotada y necesita de una urgente renovación si quiere volver a ser atractiva tanto al público nuevo como al fan más veterano. Esperemos que esta tercera entrega no sea la conclusión de un ciclo y en el futuro podamos disfrutar de próximas ediciones que consigan estar a la altura de las expectativas de todos los seguidores de Resident Evil.