Shintaro Kago es otro de esos autores del catálogo de Glénat/ECC que quedó huérfano tras el cierre de la editorial y que ECC decidió rescatar en 2015 con la publicación de La Formidable Invasión Mongola. Ahora ECC ha anunciado su segunda tanda de novedades para febrero, a la venta el día 14, entre las que figura un nuevo título del autor, Kijin Gahou que se titulará en España Fetus Collection.
Este tomo único de 2004 recopila varias historias cortas que exploran varios tipos de obsesiones enfermizas, según explica la editorial en la sinopsis que proporciona: ¿Qué serías capaz de coleccionar? Un buen día, sucede algo aparentemente insignificante en tu vida que desencadena una obsesión irrefrenable. La mente de un excéntrico puede alcanzar límites insospechados. Historias independientes que narran la obsesión erótica y grotesca de sus personajes, con un sutil toque de humor negro.
Encontraremos historias sobre una chica que colecciona todo aquello que toca la persona que le gusta, chicas que se hacen cortes en el estómago por moda, un Papá Noel que envía regalos que nadie quiere, un hombre que colecciona fotos de mujeres haciéndole felaciones, gente que encuentra placer en tener gusanos bajo la piel o la historia que da título al tomo, un grupo de chicas que hacen del aborto un arte grotesco. Un manga ideal para San Valentín…
El precio es de 10.95€.
Además de este tomo y de nuevos volúmenes de Relatos Terroríficos y Hiniiru, ECC estrenará dos de los mangas de la dupla Goseki Kojima y Kazuo Koike que anunciaron durante el pasado Salón del Manga.
El primero de ellos es El Carterista (Douchuushi), una historia de venganza y buscavidas publicada originalmente por la revista Shuukan Taishuu en 1972. Consta de dos tomos y tendrá un precio de 14.95€.
La segunda es Shingen Takeda, el Tigre de Kai (Kai no tora Takeda Shingen), que narra la vida de uno los más prestigiosos señores feudales que lucharon por el control de Japón durante el período Sengoku. Cuatro volúmenes y un precio de también un precio de 14.95€.
¿Tenéis alguna obsesión inconfesable, misioneros?