La adaptación a imagen real de Ataque a los Titanes se convirtió en realidad este verano, estrenándose la primera parte en Japón el 1 de agosto y la segunda el 19 de septiembre. Dirigidas por Shinji Higuchi, quien junto a Hideaki Anno también se pondrá tras las cámaras del nuevo filme de Godzilla, y escritas por Yuusuke Watanabe y Tomohiro Machiyama, las películas están protagonizadas por el cantante y actor Haruma Miura como Eren, la actriz y modelo Kiko Mizuhara como Mikasa y Kanata Hongo, de las pelis de Gantz, como Armin.
Ataque a los Titanes también es un gran éxito en España, por lo que tendremos la suerte de poder disfrutar de las películas en cines y también en DVD y BD.
Y a la pregunta que te estarás haciendo: ¿valen la pena?
La respuesta es un rotundo sí, son muy, muy entretenidas, pero, hay que tener claro que no se trata de una adaptación fiel del manga, hay muchos cambios y los efectos especiales no son tan buenos como deberían. Si esperas un calco del manga y el anime o una gran pirotecnia al estilo Vengadores te vas a llevar un chasco seguro, pero si las ves como lo que son, un producto complementario con un presupuesto justito, es muy posible que las disfrutes.
Nosotros ya las hemos podido ver en su preestreno el Festival de Cine de Sitges así que a continuación te desgranamos todos los detalles.
Ataque a los Titanes: Primera Parte
La película comienza con un resumen de la aparición de los titanes para ponernos en situación. Cien años atrás, de la nada aparecieron unos seres gigantescos que se comían a las personas y que diezmaron gravemente a la población humana. Para protegerse de ellos, los humanos supervivientes construyeron unos muros que los titanes no pudieran traspasar y han vivido tras ellos en paz desde entonces.
Pasada la introducción nos presentan a los personajes principales, que son Eren, Mikasa y Armin. Aquí ya encontramos la primera diferencia y es que Eren y Mikasa son pareja. Eren expresa su deseo de salir del confinamiento de los muros y visitar el mundo exterior para poder ver el mar. Después de cien años sin ver titanes, piensa que quizá todo es una invención para mantenerlos a raya y que a lo mejor ni siquiera existen. Convenciendo a su chica y su mejor amigo, los tres se dirigen hacia el muro, pero son detenidos antes de poder salir. El capitán de la Guardia, Souda, le explica a Eren que están organizando una patrulla de reconocimiento para explorar el exterior y le pregunta si quiere unirse a ellos, pero es entonces cuando aparece un titán colosal más alto que el muro que de una patada abre un agujero en la pared. Y por el agujero empiezan a entrar titanes con mucha, mucha hambre.
Eren sobrevive como puede, Armin también, pero al no encontrar rastro de Mikasa, creen que ha muerto. Dos años después, con los humanos supervivientes retrocediendo hasta el siguiente muro, tanto Eren como Armin se han unido al cuerpo de exploración. El grupo ha entrenado este tiempo para llevar a cabo la misión de cerrar el agujero en el muro María y después eliminar a los titanes que están dentro. Utilizarán explosivos para destruir la parte de arriba del muro y que esta cierre la apertura inferior. Eren vuelve al que una vez fue su hogar, y allí se encontrará con Mikasa, viva, pero muy distinta a la chica que él conocía.
Esta primera película sigue más o menos la trama del manga, abarcando lo que serían los dos primeros tomos, pero con muchas diferencias como ya se ha visto. Del cuerpo de exploración del manga, además del trío protagonista, solo tenemos a Jean (con una caracterización bastante pobre) y a Sasha (reconvertida en Katniss). Les acompañan varios personajes creados para la ocasión como son Hiana, una madre soltera, Sannagi, un simpático campesino que quiere proteger a sus hermanitos pequeños y que derriba a los titanes con llaves de judo, y la pareja de enamorados Lil y Fukushi que esperan sobrevivir para poder casarse y que vendrían a ser Hanna y Franz del manga porque protagonizan la misma escena que estos.
En cuanto a los personajes que sí están en el manga, la mayoría comparten el nombre y poco más. Eren es bastante diferente, ya empezando con sus motivaciones para querer vengarse de los titanes, y Mikasa solo tiene en común lo fuerte que es porque su personalidad es completamente distinta, lo cual es una pena porque el personaje no luce nada. La más similar es Hange tanto físicamente como en carácter. Ninguno de ellos es adolescente sino que tienen veintipocos años. Como ya se ve los personajes no son europeos como en el manga sino que son todos asiáticos y la acción de hecho pasa en Japón, algo comprensible dado que una película de estas características hecha en Japón tampoco tiene muchos más medios como para contratar actores extranjeros.
La ausencia más llamativa es la de Levi, uno de los personajes más populares del manga y el anime que aquí no aparece. En su lugar está el Capitán Shikishima, el humano más fuerte y mentor de Mikasa que vendría a ser una mezcla de Levi y Erwin. Lo cierto es que no se entiende mucho la decisión de prescindir de Levi para poner a otro personaje que básicamente cumple las mismas funciones pero en la segunda película queda más claro por qué necesitaban a un personaje nuevo. Shikishima está interpretado por el gran Hiroki Hasegawa y hay que decir que es la gran estrella de la película junto a Satomi Ishihara (Hange), todas sus escenas son oro puro.
La cinta tiene mucha acción y sin duda su escena más potente es la de la primera aparición de los titanes, que es terrorífica; la escena de la iglesia es difícil de olvidar. Las partes con los titanes son las más ágiles y entretenidas. La película se pierde un poco cuando tira por los derroteros más dramáticos y románticos pero por suerte el ritmo no decae demasiado, también ayuda mucho que no sean películas de dos horas.
En cuanto a los efectos especiales. El presupuesto es el que es, no se trata de una superproducción de Hollywood, sigue siendo un blockbuster pero un blockbuster en Japón no es lo mismo que en Estados Unidos, así que obviamente están limitados en ese sentido. Los efectos no son malos en sí, los titanes están bien hechos (básicamente es gente maquillada) y son muy convincentes, el problema viene dado en que no están del todo bien integrados, como pasa también con las maniobras tridimensionales, y se nota que son falsos en el momento en el que interactúan con los humanos, más en pantalla grande. En el caso del titán colosal o el titán que ataca a otros titanes todavía se nota más que son falsos y eso tira un poco para atrás, pero lo dicho, no son malos y tiene momentos superlogrados como el mencionado de la iglesia (consejo: evitad comer durante esa escena).
También es destacable la banda sonora compuesta por Shiro Sagisu, cañera en los momentos de acción y que capta muy bien la desesperación del mundo en el que viven los protagonistas en los momentos más introspectivos.
Las interpretaciones son como cabía esperar si uno ha visto películas japonesas de este estilo, van de lo sobreactuado (Ishihara la peor, pero funciona maravillosamente en su Hange) a todo lo contrario (Mizuhara es muy sosa pero es que tampoco tiene mucho que hacer con su Mikasa, y Hongo tiene una única expresión facial). Haruma Miura no hace un mal trabajo pero tampoco es una gran interpretación.
El filme fue rodado en Gunkanjima, la isla abandonada en Japón con forma de acorazado que resulta una localización perfecta.
La película termina con la revelación sobre el titán que ataca a otros titanes y con un avance de lo que veremos en la segunda parte.
Ataque a los Titanes: El Fin del Mundo
La segunda película comienza inmediatamente después de la primera. Tras la misma introducción, un resumen de la anterior nos recuerda lo visto anteriormente y la trama sigue en el mismo punto, con el grupo en plena misión para tapar el agujero del muro.
Eren ha sido capturado, y la policía militar debe decidir qué hacer con él. Armin, y también Mikasa, defienden su inocencia, pero Eren es considerado como un peligro para la humanidad. Pero entonces otro titán inteligente les ataca y se lleva a Eren.
Cuando Eren vuelve en sí, está con el Capitán Shikishima, quien le dice que le ha salvado del titán que se lo llevó, le explica la verdad que se ha mantenido oculta durante años por interés del gobierno y le pide su ayuda para conseguir la libertad. Juntos se dirigen hacia el muro María para reunirse con los demás y cerrar el agujero de una vez, pero no han terminado las sorpresas para Eren como comprobará muy pronto.
Si la primera parte ya se distanciaba considerablemente del manga, la segunda directamente no tiene nada que ver. Esta segunda entrega cierra la trama que comenzó en la primera ofreciendo una explicación para el origen de los titanes, cómo todo se reduce una vez más a intereses más bien poco altruistas de los altos mandos, la verdadera razón por la que se abrió el agujero en el muro y también la identidad del Titán Colosal, además de explicarnos algunas cosas sobre la familia de Eren. También conocemos por fin la verdadera motivación de Shikishima y ya queda claro por qué los personajes son japoneses y no europeos.
El Fin Del Mundo también difiere respecto a la primera parte en tanto la acción no está tan presente. La primera mitad de la cinta es básicamente diálogo y exposición con alguna aparición esporádica de titanes. También expande la trama romántica con el triángulo amoroso formado por Eren, Mikasa y Shikishima, que no solo es totalmente innecesario sino que resulta muy poco convincente porque Mikasa tiene nula química con los dos chicos y encima Eren y Shikishima tienen una relación increíblemente homoerótica. Es indescriptible una escena que protagonizan ambos en la habitación blanca con música romántica, champán y cero espacio personal que perfectamente podría estar sacada del anime de Utena.
La acción se concentra hacia el final, con una última media hora bastante espectacular con pelea entre los dos titanes inteligentes incluida. Los efectos especiales mejoran en comparación con la primera, siguen cantando en las distancias cortas en las que se nota que es muñeco + cgi, pero esta mejora probablemente sea porque todo el presupuesto está concentrado en un único momento.
La película es cortita, no llega a los noventa minutos, así que pese a la ausencia de acción en los dos primeros tercios se pasa en un suspiro, y vale la pena esperar para ver esa pelea final entre titanes. La explicación sobre el origen de los titanes es bastante obvia pero resulta interesante de todas formas por cómo nos la muestran, y también es interesante el planteamiento sobre la ambición de los humanos por alcanzar el poder y de cómo el gobierno controla al ciudadano mediante el terror, y las medidas que hay que tomar a veces para erradicar la corrupción en lo más alto. Shikishima adquiere mucho protagonismo, ahora ya entendemos la razón por la que se optó por crear a este personaje, y una vez más Hiroki Hasegawa se come todas las escenas en las que participa.
Es un filme emocional, cargado de muerte y de sacrificios heroicos como no podría ser de otra manera en un shonen, y con un final cerrado que resuelve todos los interrogantes. Pero ojo, no te vayas antes de que terminen los créditos porque después de estos hay una escena que deja la puerta abierta a más películas.
Tienes que volar, Eren
Las películas han decepcionado a algunos fans del manga y anime originales, y es comprensible. Los personajes no se parecen mucho a nivel de personalidad, faltan muchos personajes clave para poner en su lugar a otros totalmente inventados, la trama va por otros derroteros muy distintos y los efectos son ahí ahí.
Como decíamos al principio, no se puede ir a ver esta película esperando ver el manga tal cual en pantalla grande. Primero, porque no es posible. El manga sigue abierto y todavía va para largo por lo que dos películas no alcanzan para apenas nada. Segundo, porque una película de estas características no tiene los medios suficientes como para tener unos efectos especiales de los que quitan el hipo. No es una superproducción de Marvel. Para eso tendría que adquirir los derechos Hollywood, poner a actores caucásicos para adherirse al manga e invertir una buena cantidad de presupuesto en CGI. Con el éxito que tiene este título no es para nada descabellado pensar que algún día lo harán, pero eso no garantiza que la adaptación sea buena tampoco (¡Dragon Ball Evolution!).
Ataque a los Titanes es, pues, más que una adaptación, una nueva visión de la idea original de Isayama (quien dio el visto bueno a los cambios de la película e incluso animó a hacerlos, ojo) que explica la mitología a su manera, lo cual le funciona porque para adaptación del manga ya está el anime y sería demasiado redundante contar lo mismo otra vez.
Y fuera de eso, pues oye, son dos películas de terror de monstruos gigantes que se comen a los humanos la mar de apañadas. Tienen momentos muy logrados, los titanes dan mucha cosilla, la música mola un montón y en pantalla grande son tremendamente disfrutables. Nosotros nos lo hemos pasado pipa con ellas, la verdad, así que nuestra recomendación es que las veas y juzques por ti mismo.
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