A través de su sección de consultas, la editorial Ivrea ha querido contestar a las explicaciónes que ha dado Joan Navarro sobre cómo se edita un manga en España y los problemas a los que deben hacer frente las editoriales.
A continuación podéis leer la réplica de Ivrea:
«Lo que ha dicho Joan de Glénat es correcto a líneas generales, aunque creemos que ha pecado de no explayarse lo suficiente en algunas cosas que la gente del medio editorial da por descontada, pero que el lector promedio desconoce. Por ejemplo, no ha mencionado bien la incidencia enorme de los costes fijos (incluso de impresión) en las tiradas pequeñas y que ésa es la base principal de que en otros países tengan precios más bajos. En una tirada de 1.000 ejemplares cada libro puede valer casi 2 euros de coste de impresión, pero en una tirada de 30.000 ese coste por unidad puede bajar hasta los 0,50 euros. Una tirada grande puede bajar el coste de cada libro infinitamente más que lo que pueda bajarla un cambio de papel (la causa sería algo similar a lo que sucede con un avión, que todos los mayores costes están en el despegue y el aterrizaje más servicio de tierra y proporcionalmente se incrementan muy poco en si vuela 1 hora o 3 horas). Además, costes fijos como traducción, rotulación, etc. también tienen muchísimos más ejemplares entre los que repartirse. Si las ventas caen y la ecuación deja de cerrar y entras en pérdida te quedan dos alternativas: o bajas los costes o subes el precio. Cambiar el papel es una opción para bajar costes, pero si uno hace eso para equilibrar los costes, como la gente no sabe que antes estabas perdiendo dinero y ahora con el cambio simplemente logras moderar las pérdidas, no apreciará la decisión y querrá ver una reducción de precio que uno no está en condiciones de dar. Es por esto que consideramos hacer eso una decisión de alto riesgo. –Y por cierto, no hay ningún indicio en las infinitas veces que se ha probado en España de que simplemente por poner un manga a 5 euros alcancemos mágicamente las cifras de venta de Francia. Ese planteo choca contra la triste realidad.–
«no ha tenido en cuenta en su explicación las ventas de stock, ya que sólo habla de lo que se recauda en la venta fuerte, la de los primeros meses»
Otro punto que no ha tenido en cuenta en su explicación es el de las ventas de stock, ya que sólo habla de lo que se recauda en la venta fuerte, la de los primeros meses, pero luego continúa un «goteo» y si tales ventas de stock no existieran obviamente los números de las editoriales no cerrarían de ninguna forma. Lo que sí vale decir es que esto no sirve de mucho en las series que fracasan. En esos casos, si una serie ha vendido 600 ejemplares en la venta incial, lo más probable es que ese goteo sea nulo y a lo largo del siguiente año apenas se vendan 7 ejemplares más (si es que no entran de devolución). Por lo tanto cuando una serie va chunga en ventas no hay venta futura de stock que la salve de ser un lastre para la empresa.
» Las series que vendían bien ya no venden tan bien y las que vendían regular ahora venden horriblemente mal»
La situación general del mercado efectivamente es, en estos momentos, extremadamente adversa. Las series que vendían bien ya no venden tan bien y las que vendían regular ahora venden horriblemente mal. Esto es producto de mil razones simultáneas: la crisis sobre todo que ha hecho quebrar muchas tiendas y reducir bocas de venta, la cantidad desproporcionada de mangas que llegó a haber en comparación al mercado real español, la falta de éxitos de anime en TV que generen nuevos lectores, la cantidad de cosas que la gente se baja de internet, haciendo que ya nadie pruebe mangas sino que sólo se compren aquellos que les gustan más y se baje el resto… son muchos factores superpuestos. Y efectivamente se está bajo mínimos. Ya no es un tema de ganar más o menos lo que la mayoría de las editoriales discute, sino más bien en si tienen capacidad de aguantar las pérdidas inevitables hasta que el temporal pase… y sí que se puede seguir a pérdida, porque toda empresa trata de pensar a largo plazo, nadie quiere cerrar porque un par de años pierda dinero si piensa que al final del túnel hay luz…
«En nuestra visión preferimos subir el precio antes que bajar la calidad»
Lo que sí hay son muchas formas de encarar qué hacer ante una situación así. En nuestra visión preferimos subir el precio antes que bajar la calidad ya que con la competencia de internet lo que la gente más busca en el libro impreso es algo que satisfaga en la parte física.
Obviamente en ocasiones hacemos algunos mínimos recortes (como en las páginas a color de Change 123 y porque no contenían páginas de comic en sí y sólo ilustraciones) pero jamás en lo referente al papel de la impresión blanco y negro, portadas o sobrecubiertas. Eso en realidad es para evitar mayores incrementos. Un libro con páginas color al mismo precio que otro sin páginas a color requiere de ventas más elevadas para cubrir los costes extra. O sea son lujos que un Haruhi Suzumiya se puede dar, pero no un Change123… lo gracioso es que en Haruhi ganamos dinero y todos contentos y en el Change hacemos un esfuerzo, perdemos dinero y nadie esta contento y se queja. Así de irónico es el mundo…
«No podemos compartir la visión de Glénat sobre su línea en catalán a menores precios que la línea en español»
El otro punto donde no podemos compartir la visión de Glénat es sobre su línea en catalán a menores precios que la línea en español. Si a los libros en catalán les aplicaran los mismos criterios para fijar precios que los que aplican a la edición en español por fuerza tendrían que costar más que los españoles ya que venden menos. Cada empresa es libre de hacer las estrategias comerciales que crea adecuadas por la razón que sea, y no somos quiénes para criticarles eso. Pero cuando se toman decisiones así de aplicar criterios distintos a dos cosas que se venden en un mismo mercado y son completamente iguales (ed. catalana, ed. española) es normal que genere frustración en los lectores. -»
Fuente: editorialivrea.com