Una vez clausurado el XVI Salón del Manga se han dejado escuchar quejas por la inseguridad que se vivió durante esos días dentro de las instalaciones, hechos como robo de recaudación a varios stands y la caída de un extintor, entre otras cosas.
La dibujante Eli Basanta describe su experiencia a través de una carta que ha hecho llegar a diferentes medios:
He enviado la siguiente carta a varios periódicos, esperando que alguno se haga eco de la noticia, ya que me parece escandaloso lo que lleva sucediendo desde hace años y que la organización no haya tomado medidas para evitarlo.Os animo a que alguien más aporte su granito de arena, si no se ha hecho nada, es porque hasta ahora nadie se ha quejado públicamente, no permitamos que esto siga sucediendo.
Estimado Sr./Sra. Director/a,
Le hago llegar mi carta con el propósito de protestar por una situación que lleva varios años sucediendo en el Salón del Manga de Barcelona, celebrado el pasado fin de semana del 29 de octubre al 1 de noviembre en la Farga de Hospitalet.
Es el segundo evento más importante de este tipo en toda Europa y el primero en España y recibe más de 60.000 visitantes por edición. Durante estos años la asistencia del público ha crecido tanto que el recinto ferial se ha quedado pequeño.
Viernes y sábado la cola llega a dar dos vueltas a la Farga entera, y los visitantes deben soportar colas de hasta 4 horas para poder acceder al recinto. La visión del evento es de caos y falta de organización, gente sentada en todas las paredes del recinto, salidas de emergencia, escaleras e incluso debajo de extintores. Esta edición un extintor cayó al suelo y explosionó en medio de una multitud de aficionados que se encontraban comiendo sentados en una esquina del recinto. No hubo ningún herido, pero este hecho remarca la necesidad de un área de descanso.
En el evento apenas se aprecian guardias que puedan disuadir contra el pillaje o mantener las salidas de emergencia despejadas de personas. El jefe de seguridad explico que tan solo 14 personas velaban por el control del evento. Así no es de extrañar que los visitantes se quejen de que sufren robos cada año, las tiendas no paran de encontrar delante de sus stands mochilas y carteras que pertenecen a jóvenes que han sido víctimas de ladrones que parecen haber encontrado su paraíso particular.
Incluso los expositores sufren constantemente de pillaje. El año pasado tuvieron que ser atendidos por la cruz roja un chico que intento robar en un stand y el propio dueño del stand, los dos se enzarzaron en una pelea que impacto a todos los visitantes que presenciaron tal escena y al salir en busca de ayuda tuvimos dificultades para encontrar a un guardia. Ya no solo se trata del material, desde hace varios años entran ladrones a ultima hora cuando la vigilancia en las salidas es escasa y roban la recaudación y material de valor de los stands comerciales, lamentablemente esta edición me siento la protagonista de esta historia, ya que me robaron la caja con la recaudación del domingo, la perdida fue enorme y pese a que mi reacción fue rápida y facilite una descripción del sospechoso a las autoridades y a la organización, la intervención de ambos fue nula y de total despreocupación, lo que se podía hacer para evitar la huida del ladrón no se hizo, tal fue la falta de seguridad que cuando acontecieron los hechos las tres salidas del recinto se encontraban vigiladas por un solo guardia de seguridad que dejaba entrar a personas sin solicitar acreditación alguna, poco después del robo entro un grupo de más de 10 personas que intentaron robar televisores de otro stand y lo habrían conseguido si no llegamos a dar la voz de alarma los propios expositores de la feria.
Ficomic, la entidad organizadora del evento, admite la negligencia en la seguridad y reconoce que todo esto lleva sucediendo desde hace varios años, pero pese a ello, no han tomado medida alguna para prevenir que volviese a suceder. Los expositores pagan en esta feria cuatro veces más por el alquiler de un stand que en cualquier otra de este tipo en España, un precio bastante abusivo que no nos ofrece ningún tipo de protección legal o garantía ante este tipo de situaciones que nos perjudican gravemente. El descontento es completo entre todos los profesionales que acuden a la feria y es necesario que se tome alguna medida respecto al recinto y la seguridad, tanto público como expositores nos sentimos totalmente vulnerables y desamparados.
Como sin duda será de su interés, le adjunto el enlace a varias webs donde podrá encontrar información sobre el mismo problema. http://www.japanxtreme.net/2010/11/02/salon-del-manga-de-barcelona/ http://www.ciao.es/Salon_del_Manga_de_Barcelona__Opinion_742166
Espero que mi mensaje ayude a que se tomen las medidas necesarias en otros eventos para reforzar la seguridad.
Atentamente,
Elisabet Basanta
En Facebook también ha sido creado un grupo bajo el título Por un Salón del Manga de Barcelona más seguro, en el cual se está recopilando información sobre estos hechos.