El pasado domingo se dieron a conocer los ganadores de los Osamu Tezuka Cultural Awards, concretamente en la edición número trece de uno de los premios más importantes del país que reconocen a aquellos artistas que mejor siguen los pasos del gran maestro.
Este año la gran triunfadora ha sido Fumi Yoshinaga, aunque el gran premio sea compartido, cabe destacar que su manga josei Ôoku había estado nominado durante tres años consecutivos hasta que finalmente ha logrado llevarse el máximo galardón.
También es digno de mención el hecho de que dos de los cuatro mangas premiados nos llegarán a España próximamente. El trabajo de Tatsumi será publicado por Astiberri y el de Maruo hará lo propio de mano de Glénat.
El listado de ganadores queda así:
Gran Premio
Ôoku (Fumi Yoshinaga)
Ôoku es un manga de ciencia ficción que nos sitúa en una época feudal ficticia en la que debido a una extraña enfermedad que sólo afecta a los hombres, la población masculina ha decaído hasta el mínimo, hecho que provoca que las mujeres, cuya población en proporción es cuatro veces mayor a la de los hombres, se hagan cargo de todos los trabajos tradicionalmente masculinos. Ôoku es el harén de hombres improductivos que guarda para su propio placer la shogún.
Una Vida Errante (Yoshihiro Tatsumi)
Una vida errante (Gekiga Hyôryû/A la deriva en el gekiga) es una obra compuesta de dos tomos de 820 páginas que fue publicada por entregas entre 1995 y 2006 en los catálogos de manga clásico de la famosa franquicia Mandarake de tiendas especializadas en manganime de Japón. Se trata de la autobiografía de Yoshihiro Tatsumi, un reconocido manga-ka al que se le atribuye la reinvención de los manga para adultos, gekiga.
Premio a la Mejor Historia Corta
Saint Onii-san (Hikaru Nakamura)
Versión moderna de Jesús y Buda, dos jóvenes que comparten piso en Japón y que se enfrentan a situaciones de lo más cotidianas.
Artista Revelación
La Extraña Historia de la Isla Panorama (Suehiro Maruo)
La historia nos cuenta como durante la era Meiji, un hombre adopta la identidad de otro para poder crear su propia utopía. En ella, Maruo cambia su estilo más bien gore pero sigue manteniendo la elaboracón de su dibujo a la vez que la elegancia de su arte. Amplios y asombrosos paisajes, gran variedad de pesonajes variopintos y escenas distorisonadas capturadas con gran talento.
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