Glenat se hace con Bleach

Para detenerlos existe la orden de los Shinigami, seres espirituales con poderes que luchan con una espada sagrada capaz de dañar a los horrores, monstruosos espíritus malignos que antes fueron seres humanos.

Los Shinigami eliminan a los horrores y devuelven a los fantasmas al mundo espiritual, ése es su trabajo, y Kuchiki Rukia estaba haciendo el suyo a la perfección hasta que se cruzó con Ichigo Kurosaki, un estudiante de quince años con una gran energía espiritual. Para salvar a su familia del horror que casi les mata, Rukia, herida de gravedad, le ofrece a Ichigo la mitad de su poder. Y así, en apenas unos segundos, Ichigo se convierte en un Shinigami con mucho más poder que la propia Rukia, de la que absorbe absolutamente todo el poder.

Una vez destruido el horror, se borra la memoria a los seres humanos afectados y se les incorporan nuevos (aunque descabellados) recuerdos.

Ichigo regresa a su vida de estudiante, pero no todo ha acabado aquí. Al contrario, su carrera como Shinigami acaba de comenzar. Rukia se ha matriculado en su instituto y se ocupa de instruirle y a Ichigo no le quedará más remedio que asumir los deberes de Rukia como Shinigami, ya que ahora ella apenas tiene poder.