Por fin ha sucedido lo que llevábamos tanto tiempo esperando: Akatsuki no Yona o Yona, Princesa del Amanecer se está publicando en España. El shōjo de fantasía del momento se ha hecho de rogar unos cuantos años pero afortunadamente Norma ha escuchado a su legión de fans y ya podemos disfrutar de las aventuras de la princesa pelirroja en nuestro idioma.
Dentro del shōjo el género de la fantasía ha dado mucho de sí en Japón, y sin embargo en España más allá de un puñado de títulos (Fushigi Yuugi o RG Veda nos vienen a la mente rápidamente) no ha sido una constante en nuestras librerías. Ahora parece que vuelve a estar un poquito más presente gracias a propuestas como Immortal Rain, Children of the Whales y la mencionada Yona, así que quién sabe si empezaremos a ver más de este tipo de manga en un futuro.
Pero, como siempre pasa, por el camino se han quedado auténticas joyas que ya no veremos. En este artículo queremos acordarnos de diez de esos mangas de fantasía que no llegaron en su momento y que tristemente es más bien improbable, por no decir imposible, que terminen por hacerlo algún día.
Pygmalio de Shinji Wada (1978-1990)
Shinji Wada es uno de esos raros casos de autor masculino que además de comenzar su carrera dibujando shōjo manga, se quedó en la demografía hasta su fallecimiento. De entre sus obras seguramente la más representativa es Pygmalio, publicada en la Hana To Yume desde finales de los setenta hasta principios de los noventa, y que fue adaptada al anime en 1990. El mismísimo Kentaro Miura confiesa que este manga le inspiró a la hora de crear Berserk.
Wada nos traslada a un reinado lejano en el que un niño de diez años, Kuroto, el heredero al trono, debe buscar una cura para su madre, que ha sido convertida en piedra por la malvada Medusa. Por el camino se encontrará todo tipo de monstruos, adversidades y desafíos que deberá resolver con ingenio y fuerza de voluntad.
Un sinfín de aventuras empapadas en mitología griega y un precioso y dinámico dibujo old-school son las marcas de la casa de este título. Por desgracia, el manga clásico tiene poquita cabida en nuestro mercado, y menos uno de 27 tomos. Tendremos que conformarnos con la emisión de su anime, que pasó por las autonómicas y Canal Panda.
Legend of Basara de Yumi Tamura (1990-1998)
Basara es seguramente EL shōjo de fantasía por excelencia. La historia comienza con dos hermanos gemelos, un chico y una chica. Según una profecía, el chico está destinado a ser un héroe que salve a su gente de un gobierno opresor. Sin embargo, cuando el chico muere en combate, su hermana se dará cuenta de que en realidad es ella la protagonista de la profecía, por lo que se hará pasar por su hermano y formará un grupo de guerreros para derrocar a su tirano rey.
Es un crimen que ningún manga de Yumi Tamura haya llegado a nuestro país, y una verdadera lástima que Basara se quede en el limbo para siempre, igual que otros notables trabajos de la autora como el recientemente finalizado 7 Seeds. Una épica compleja con una heroína bien construida que aprende a tomar su propio destino entre sus manos y que debería ser un must para todos los fans de la fantasía heroica pura.
Pero claro, 27 tomos, noventero, un dibujo poco convencional y una protagonista que se llama Sarasa… No lo tendría fácil en nuestro mercado, no.
Kanata Kara de Kyoko Hikawa (1991-2003)
A simple vista estamos ante otro Fushigi Yuugi; y es que, como muchos otros, sigue la premisa de chica normal y corriente que de repente se ve transportada a un mundo mágico en el que tiene un importante rol que cumplir y en el que conoce a un apuesto hombre con un oscuro destino. Pero las comparaciones no van mucho más allá porque esencialmente son dos obras muy distintas. Kanata Kara, aunque no deja de lado su dosis de romance, también ofrece acción, fantasía a raudales y algunos detalles interesantes y únicos: por ejemplo, la heroína no entiende el idioma del mundo al que ha ido a parar, así que decide tomar las riendas de su nueva situación y aprender a hablarlo para poder adaptarse mejor.
No tiene una extensión demasiado elevada, solo son 14 tomos, pero, de nuevo, un dibujo muy de los noventa y el hecho de que nunca fue especialmente popular ni conocida en España la hacen inviable hoy por hoy.
Arslan Senki de Chisato Nakamura (1991-1996)
¿La Heroica Leyenda de Arslan? Pero ¿esto no lo está publicando Norma y lo dibuja la autora de Fullmetal Alchemist?
No, la verdad es que no. Un par de décadas antes de que Arakawa comenzara el suyo, las novelas originales de Yoshiki Tanaka ya habían tenido adaptación al manga que se serializó en la Asuka Fantasy DX y que corrieron a cargo de la mangaka Chisato Nakamura.
La historia sigue la misma trama de las novelas, de los animes y del manga actual, por lo que no ofrece mucho más que lo que ya se ha visto. Y tiene en su contra varios factores: su longitud (13 tomos), su dibujo, mucho más antiguo que el de Arakawa y muchísimo menos atractivo que el de las novelas (las ilustraciones de Yoshitaka Amano y Shinobu Tanno están a otro nivel) y de las OVAs de los noventa, cuyo precioso diseño de personajes recayó en Sachiko Kamimura. Y, lo más importante, nadie se acuerda o ni siquiera sabe que existe esta versión, así que no creemos que muchos lectores lloren esta pérdida.
Sora wa Akai Kawa no Hotori (1995-2002)
Anatolia Story o Red River compartiría con Basara la corona de mejor shōjo de fantasía. De nuevo nos encontramos con la protagonista que viaja a otro mundo, en esta ocasión, a la antigua Anatolia, península de Turquía, donde una perversa reina pretende sacrificarla en un sangriento y oscuro rito que le permita mantener su poder.
Aunque de entrada nos encontremos con el cliché de la chica que es rescatada del peligro por un apuesto príncipe, pronto se ve que de típico no tiene nada. Red River destaca por la fuerza y destreza de su perfilada heroína, que no se amilana ante sus circunstancias y que desafía todas las expectativas. Su autora Chie Shinohara nos zambulle en un popurrí de géneros, desde romance a tragedia, pasando por manga histórico, acción, sobrenatural y por supuesto fantasía. Personajes interesantes, villanos con sed de sangre y un ritmo que no decae en sus 28 volúmenes hacen de este manga un clásico para el que no pasa el tiempo.
Angelique de Kairi Yura (1995-2003)
Angelique tal vez no sea especialmente popular en Occidente, pero en Japón es icónico. Nacido como un juego de citas para chicas, muchos lo consideran el precursor de los otome games. Y es que no es para menos: la trama sigue a un mundo fantástico en el que dos chicas, candidatas a reina, deben someterse a diversas pruebas para certificar cuál de las dos es la idónea para el puesto. ¿Quién realiza las pruebas? Pues nueve guapísimos guardianes, cada uno representando a un elemento diferente, y entre los cuales la protagonista puede encontrar el amor. El juego incluso daba la opción de renunciar a ser reina por alguno de esos apuestos caballeros.
Como es habitual en Japón, Angelique es una gran franquicia transmedia en la que podemos encontrar videojuegos (en posteriores secuelas va aumentando el número de intereses amorosos potenciales), anime, merchandising y, cómo no, adaptaciones a manga. La más conocida se publicó en las páginas de la Asuka y se recopiló en un total de 59 capítulos y 11 tomos.
Una propuesta interesante para los fans del harem manga, sin duda, pero que aquí seguramente pasaría totalmente desapercibido.
Alichino de Kouyu Shirei (1998-2001)
A medio camino entre el shōjo y el josei, la ópera prima de Kouyu Shirei, una ilustradora de mucha prestigio, nos propone un mundo en el que unas hermosas criaturas demónicas llamadas Alichinos son capaces de conceder cualquier deseo, aunque el precio que piden por ello es muy alto.
Hacia finales de los noventa y principios de siglo Alichino era un título que solía verse frecuentemente en los foros de peticiones, y con razón: cualquiera que veía ese espectacular estilo de dibujo inmediatamente deseaba tener esta obra de arte en la estantería de su casa.
Desgraciadamente la autora se rompió la mano y dejó el manga totalmente abandonado, quedando inconcluso en tres volúmenes en los que apenas se empieza a atisbar el verdadero potencial de lo que podría haber llegado a ser. Viendo que estamos en 2018 y no se ha vuelto a saber de él, parece harto improbable que algún día sea retomado.
Ludwig Kakumei de Kaori Yuki (1998-2007)
De Kaori Yuki nos llegaron sus dos obras más conocidas, Angel Sanctuary y La Saga de Cain, pero no debieron vender mucho si nos atenemos a la desaparición de la autora en nuestro mercado. O a lo mejor es que ya hace tiempo que no está de moda, que también es un factor, por supuesto. El caso es que por una razón o por otra nos hemos perdido el resto de trabajos de esta mujer, entre los que se encuentra el interesante Ludwig Kakumei. Yuki hace alarde de sus instintos más perversos una vez más en esta historia protagonizada por un príncipe que colecciona cadáveres de mujeres y que emprende un viaje en busca de la esposa perfecta. ¿Las candidatas? Princesas y otras protagonistas de cuentos clásicos de la literatura.
Una nueva vuelta de tuerca a esos cuentos de hadas que nos explicaban nuestros padres cuando éramos pequeños, con el toque sádico y el detallado dibujo que caracteriza a la autora.
En días como hoy recordamos con mucha añoranza el catálogo de Mangaline.
Silver Diamond de Shiho Sugiura (2003-2012)
¿Qué tiene menos posibilidades de llegar a España que un shōjo de fantasía de 28 tomos? Un shōjo de fantasía de 28 tomos que además es BL.
Ese es el caso de Silver Diamond de Shiho Sugiura, publicado en la revista Ichiraci, una suerte de híbrido entre shōjo y BL en la que la misma autora también serializó su otro manga más conocido, Koori no Mamono no Monogatari. Silver Diamond nos relata las aventuras de Rakan, un estudiante de instituto aficionado a las plantas en cuyo jardín aparece de pronto un misterioso hombre proveniente de otro mundo. Rakan terminará yendo con el hombre a su planeta, un mundo desértico a punto de morir, y emprenderán un viaje al que se les irán uniendo diversos aliados para devolver la vida a esa tierra yerma.
Un fuerte mensaje ecológico, tan importante hoy en día, impregna las páginas de esta interesante épica de Sugiura que demuestra no solo que el shojo puede adentrarse en terrenos fantásticos de forma magistral, sino que lo mismo sucede con el BL.
Kyou Kara Maou! de Tomo Takabayashi y Temari Matsumoto (2005-2016)
Aunque la popularidad de Kyou Kara Maou! se debe principalmente a su extensa serie de anime, la obra comenzó como una serie de novelas ligeras, aún en publicación por cierto, que a su vez derivaron en su respectivo manga, dibujado por la misma autora que realiza las ilustraciones de las novelas, Temari Matsumoto.
Kyou Kara Maou no destacaría por la calidad de su argumento (al menos, comparándola con otros títulos de esta lista), pero sí que tiene a su favor que sabe darle una vuelta de tuerca al manido punto de partida del protagonista que acaba transportado a un mundo medieval… ¡Y es que Yuri viaja a través del váter! Una vez en el otro mundo, descubrirá que su destino es el de convertirse en el Rey de los Demonios. Y todo eso después de pedirle la mano a un chico por un malentendido.
Se trata de un divertido y particular harem manga repleto de bishonens, con muchos toques BL y un dibujo adorable. Es un muy buen complemento al anime pero su auge hace ya mucho que pasó por lo que ya no tendría sentido que nos llegara.
Y ¿qué pasa con…
Reimei no Arcana de Rei Touma (2009-2013) ?
Una chica debe casarse con el príncipe del reino enemigo para asegurar la paz entre los dos países, en guerra desde hace 200 años.
Lo que parece la típica historia de «enemigos que terminan por enamorarse» evoluciona en una trama bastante más compleja en la que constantes intrigas políticas e inesperados giros argumentales mantienen al lector enganchado hasta el final.
Lo cierto es que lo de Reimei no Arcana es todo un misterio, porque a priori parece muy apetecible: una historia original (si tenemos en cuenta lo que se suele publicar de la demografía), un dibujo muy llamativo y una extensión muy razonable, tan solo 13 tomos. Además se publicó en la Cheese!, una revista con la que editoriales como Ivrea trabajan a menudo. Pero si más de cuatro años después de su conclusión el manga no ha llegado, ya es poco probable que lo haga.
De momento la dejamos en un aparte porque si Yona funciona bien, tenemos fe en que Arcana, Kamisama Hajimemashita y/o Akagami no Shirayuki-hime terminen por llegarnos también.