Kosaku Hatanaka es un joven que debuta con éxito en un combate de boxeo a los 19 años de edad. Tres años más tarde, no ha caído a los pies de la ira, ni se ha rendido a la soberbia. Tampoco le importa la avaricia, y mucho menos la envidia. La pereza no existe para él y la lujuria es pura invisibilidad. Aunque el pecado que le lleva por el camino de la perdición es la gula, ya que su obsesión por engullir grandes manjares le obliga a participar en competiciones de un nivel al que no está acostumbrado y tiene tendencia a perder.
Por suerte, ahí está la figura de Ángela, una monja que apoya a Kosaku y le da la motivación necesaria para conseguir la ansiada victoria en el ring. La relación entre ambos personajes será un camino de espinas, ya que la joven monja ha de seguir el camino de Dios y no puede mantener una relación sentimental, mientras que el gafado Kosaku deberá controlar su apetito para poder adjudicarse más fácilmente la victoria.
Con The one pound gospel (Ichi-pound no fukuin), Rumiko Takahashi ofrece una historia romántica con la típica pareja en su máximo exponente de sexismo (con roles bastante identificativos dependiendo del sexo).
Como curiosidad y a pesar de la brevedad de la obra, en The one pound gospel se ve una evolución del dibujo de su autora, ya que este manga ha estado publicándose durante dos décadas.
En definitiva, The one pound gospel es un manga indispensable para todo aquel amante de la bibliografía de Takahashi y que descarte coleccionar un título extenso cuyo final probablemente no le agrade. Como dice el dicho, lo poco gusta y lo mucho cansa.