Rapsodia Celestial es la segunda serie de Kanan Minami que nos trae Ivrea, y supone un cambio de registro significativo para su autora respecto a su anterior obra, Honey&Honey Drops.
Miyu Tsukasa llega al reputado instituto Tenkai gracias a una beca deportiva que ha obtenido debido a la natación, su gran pasión. En su primer día acaba llegando al recinto de la piscina cubierta y, emocionada por lo grande que es, decide darse un chapuzón. Sin embargo, sí hay alguien, un chico muy guapo que le da su primer beso. Semanas después, Miyu comienza las clases y se entera de que han suspendido las actividades del club de natación. Junto a su amigo Kaichi, compañero del club, acude a la sala del Consejo de Estudiantes para pedir que lo reabran. Allí se encuentra con que el presidente del Consejo, Aoi Suzuki, es el chico que no se puede quitar de la cabeza desde que la besó en la piscina.
El dibujo de Kanan Minami resulta poco estético si no se es aficionado al estilo habitual del shôjo, sus personajes no conocen la proporción física cabeza/cuerpo, pecando los rasgos faciales de la misma carencia. La composición de página destaca por la variedad a la hora de elaborar los diferentes planos y sus correspondientes escenas. Los detalles están bastante cuidados en los fondos y la ropa de los personajes, ayudándose la autora de las tramas. La belleza de su arte se aprecia en las ilustraciones, tanto a color como en blanco y negro, donde predominan los motivos acuáticos en símbolo de la pasión de la protagonista por la natación.
Si en Honey&Honey Drops primaban los elementos surrealistas y los clásicos personajes presentes en el shôjo subido de tono, donde ella era la chica sin personalidad enamorada del chico dominante y con grandes dotes para el sexo, en Rapsodia Celestial Kanan Minami nos ofrece unos protagonistas más normales. Siguen siendo estereotipados, pero bien elaborados y con comportamientos y reacciones más coherentes ante las situaciones y dificultades a las que deberán hacer frente. Miyu presenta una forma de pensar y de apreciar las cosas que se puede encontrar en muchas chicas de su edad, con sentimientos y aspiraciones que la convierten en un personaje real, si bien no deja de ser una adolescente normal y corriente.
A pesar de la clara intención de la autora de alejarse de aquel surrealismo que tanto predomina en sus trabajos anteriores, esa modificación de su estilo no se produce por completo. Sigue habiendo toques en el personaje de Nao, rival amorosa de la protagonista, que será el principal obstáculo de la pareja formada por Miyu y Aoi, con una conducta de niña mimada y retorcida que llega al extremo de convertirla en la figura antagonista de la historia.
Las escenas de sexo son más bien escasas, adquiriendo mayor peso e importancia los momentos románticos, donde los gestos y las palabras de cariño entre los protagonistas denotan verdadero aprecio por la otra persona.
La edición de Ivrea es excelente, con papel de gran calidad y un buen retoque de los textos sobre fondos y las onomatopeyas, aparte de un atractivo diseño de portada donde lo único que falla es el color rosa que se ha puesto al logo del título, cuando a este shôjo corresponderían más los tonos azules considerando los motivos acuáticos de sus ilustraciones.
Rapsodia Celestial no se puede considerar un shôjo erótico al uso, tal y como los conocemos en España gracias a Mayu Shinjo, sino romántico con toques picantes. No es ni mucho menos la octava maravilla del mundo dentro del género, pero sí de lo mejor que nos ha llegado en cuanto a shôjo aderezado con escenas subidas de tono, recomendable para quienes busquen una relación romántica con altas dosis de erotismo.
FICHA TÉCNICA | |||||||||||
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VALORACIÓN |
PUNTUACIÓN |
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7,5 |
Textos: Dianika