En Missing Holiday la protagonista es Nao, una niña de catorce años que se siente una extraña en su propia casa. De procedencia humilde, a los seis años Nao se fue a vivir a la lujosa mansión del señor Sugawara, el nuevo marido de su madre. Dos años después, su madre murió y Nao vivió con el miedo de que en cualquier momento su padrastro le echara de casa al no tener ningún vínculo ya con su familia. Pero Nao siguió viviendo en la mansión Sugawara, hasta que el nuevo matrimonio de su padrastro le hizo sentir que nadie en esa casa se preocupaba por ella.
Decidida a enseñarle una lección a sus padres adoptivos, Nao decidirá fingir un secuestro ocultándose en la pequeña habitación de la sirvienta Kuniko, su único vínculo con el mundo exterior.
Este manga ha sido promocionado como una historia de intriga con toques de comedia, pero lo cierto es que no termina de funcionar en ninguno de los dos aspectos. Aunque es cierto que tiene puntos de humor, estos no casan del todo bien en una historia de estas características, y en cuanto al misterio, además de que el desarrollo es un poco lento, es difícil crear intriga cuando la trama está narrada desde el punto de vista de la niña y sabemos en todo momento que está bien y que el secuestro sólo es fingido. Tampoco ayuda el poco carisma de las dos protagonistas, ya que Nao es un personaje bastante desagradable, y Kuniko es bastante anodino. Realmente el momento más interesante de todo el manga es el capítulo final, que es el más logrado, aunque algo previsible.
Por el contrario, la gran baza de este manga es el excelente dibujo de Hiro Kiyohara, adulto y detallado, que recrea estupendamente las expresiones de los diferentes personajes.
En definitiva, un manga interesante al que se le podría haber sacado mucho más partido, y que seguramente hubiera funcionado mucho mejor como un drama centrado en los problemas familiares entre la niña y sus padres adoptivos que no como historia de misterio.