Un recurso habitual en los shonen para dar mayor juego al argumento es la guerra de sexos. En el caso de Kekkaishi, se nos presenta a dos familias de clanes distintos: los Sumimura y los Yukimura. Cada clan tiene la particularidad de que todos sus componentes son del mismo sexo (en el caso de Sumimura todos son hombres mientras que el clan Yukimura está formado por mujeres), y para más inri, ambas familias están enfrentadas entre ellas desde hace generaciones por una serie de rencillas.
Ambos clanes tienen la misión de limpiar la región de Karasumori de los demonios que van apareciendo, aunque los encargados de hacerlo serán sus respectivos herederos, los estudiantes Yoshimori Sumimura y Tokine Yukimura, que a pesar de los problemas familiares mantienen un vínculo muy especial por unos hechos que sucedieron en su infancia.
Con un planteamiento inicial que no llama demasiado la atención en un principio, Kekkaishi gana muchos puntos a medida que la historia va avanzando, ya que poco a poco van desgranándose detalles de los antepasados y el misterio que guarda la región que custodian noche tras noche.
Esta obra de Yellow Tanabe se publica en Japón dentro de la revista Shonen Sunday compartiendo páginas con otros títulos como Detective Conan o Inu Yasha, y sin ninguna duda es una bocanada de aire fresco a una revista que con el paso del tiempo se ha quedado anclada en la continuación de sus longevas series.