La novia era un chico es obra de la mangaka Chii, quien cuenta de manera autobiográfica, los avatares de haberle asignado el género masculino al nacer y cómo debió sobrellevar su disforia hasta la edad adulta.
La obra está en nuestro país gracias a Fandogamia Editorial, quién ha publicado este tomo único en un formato A5, en B/N + 24 páginas a color, rústica con sobrecubiertas, 152 páginas y de unas dimensiones de 21 x 14,85 cm y a un precio de 10 euros.
Sinopsis
Chii cuenta a través de sus experiencia en las relaciones con otras personas, con el amor y con la sexualidad cuenta, aportando datos de interés sobre el colectivo LGTBI+, los desórdenes de identidad de género y la reasignación de género, cómo consiguió llegar a convertirse en esposa.
Chii se presenta como una mujer quién nació, creció y se educó como un chico, pero que nunca se sintió cómoda con su género, por lo que decidió hacer una transición de género. A través de esta obra, la autora nos narra con un toque de humor y de manera desenfadada, algunas de las peripecias por las que pasó desde que decidió hacer una transición de género hasta que se casó como novia.
La historia nació como un blog que escribía la autora y que decidió adaptar sus vivencias en un manga-ensayo formado en su mayoría por páginas con cuatro viñetas, a través de las cuales explica no sólo su experiencia propia sino que ofrece al lector una guía de conceptos, curiosidades y peculiaridades relacionadas cómo por ejemplo es la definición y curiosidades sobre la bandera arco iris o cuales son los requisitos legales necesarios para cambiar legalmente el género en el registro civil japonés.
Guión y Dibujo
La novia era un chico es una obra que no pasa desapercibida entre el resto de cómics de una estantería o un stand ya que, aunque no seas un lector dulzón, la obra rezuma dulzura y amor por todos los poros del tomo que hace que no pase desapercibida. Y cierto es, porque el dibujo de Chii consigue enamorar al lector con la regla de “menos es más”; composición general de páginas con cuatro viñetas, diseños de personajes chibi, sd y/o cabezones, pocos escenarios, textos bien construidos, dejando las partes de texto más largas para las explicaciones más técnicas y, dedicando el espacio justo para el narrar de la historia sin saturar al lector con demasiada información, ya que la mayor parte del trabajo de compresión recae en las expresiones faciales de los personajes.
Tal y como se puede ver en toda la obra, el dibujo es sencillo y entrañable, predominando tanto en la portada como en las páginas a color, un rosita claro que sube con grandes dosis los niveles de azúcar del lector. Cabe decir que no toda la obra conlleva ese punto dulce y cálido ya que, como bien os podréis imaginar, muchas de las vivencias que narra la autora no son alegrías sino más bien penas y dificultades que ha tenido que aprender a saber llevar; otra cosa es que algunas de ellas o todas lleguen a buen puerto (si queréis saber si todo le sale bien, tendréis que leer la obra ;P).
A nivel de dibujo añadir que estamos ante una técnica 100% digital, realizada con trazos sencillos y completando la comprensión lectora con una buena combinación de tramas a través de las cuales aprovecha su diseño para transmitir los sentimientos de los personajes.
En cuanto al guión se trata de una obra estructurada en tres tipos de contenido: la historieta, la guía técnica y la reflexión de la autora. El conjunto global de la obra roza la perfección gracias la combinación de los tres tipos de contenido mencionados, porque si bien es cierto que cuando lees la historieta corta puedes tener la sensación que falta algo, cuando sigues leyendo esa parte quedará completada o bien con otra historieta que continua la anterior, o bien te complementa con una reflexión de la autora o bien te añade esa pequeña explicación técnica.
Conclusión
Si te gustan las lecturas amenas, que cuenten como se creó una bonita historia de amor a través de un dibujo entrañable, un guión dulce y mucha verdad, La novia era un chico es una obra que debes poner en tu estantería porque, una vez más, Fandogamia Editorial sabe traer obras que tienen ese algo que la hace diferente a lo habitual pero que a su vez, tiene ese algo que hace que gusta a la mayoría de lectores. En esta ocasión, creo que la obra goza de gran calidad porque al tratarse de una obra autobiográfica, la autora no se reprime a la hora de expresar sus sentimientos y explica con total naturalidad y humildad cómo lo vivió, lo que ella sintió y, en cuestiones más opinables, su punto de visión.
La realidad que desde el inicio de la obra sabes el final de la misma, concluyendo en “fueron felices y comieron perdices” pero, la magia de esta obra no es saber el desenlace sino disfrutar del nudo.
Si disfrutaste de Mi experiencia lesbiana con la soledad y/o Diario de Intercambio de Kabi Nagata del catálogo de la gran F, La novia era un chico sigue siendo una gran apuesta de su línea Yamanote.