Es un hecho evidente que Internet y las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de consumir productos de entretenimiento. Hace 20 años no concebíamos la idea de disponer de un videoclub portátil en la palma de la mano, sin embargo a día de hoy se nos hace raro no ver de soslayo a alguien ojeando Netflix mientras usa el transporte urbano. Vivimos en una sociedad de la información en la que se digitalizan todos aquellos contenidos culturales que son de consumo habitual. Es por eso que era tan solo cuestión de tiempo que este selectivo paso de lo analógico a lo digital acabase por asimilar en su matriz de ceros y unos a la industria del manga.
Cada vez son más las webs oficiales de editoras niponas que han empezado a exportar sus productos al mercado occidental en un afán de tratar de revigorizar sus cifras de ventas. Poco a poco más y más grupos editoriales han seguido el ejemplo de Kodansha y Shueisha que se resignaron a la realidad editorial y trataron de paliar su debacle apostando por el mercado digital extranjero, distribuyendo sus contenidos a través de Kindle, Ibooks o incluso la popular herramienta de mensajería instantánea Line. Conocidos portales web como VizMedia, Crunchyroll, Amazon o Rakuten son tan solo unas pocas de las industrias internacionales que han apostado por el manga digital como vía de escape a las bajas ventas del formato físico tradicional. El mercado español tampoco se ha quedado de brazos cruzados frente a esta tendencia y algunas editoriales como por ejemplo Herder, Yowu o Norma han comenzado a publicar una pequeña parte de sus catálogos en este formato.
Cada sociedad tiene sus lacras y la del modelo de mercado digital es sin duda la piratería. Informática y piratería van de la mano incluso antes de los orígenes y posterior globalización de Internet. La copia ilegal de cintas de casete y VHS era una práctica común en el mercado analógico así que era previsible que este tipo de delitos traspasasen también la imperante barrera digital. En el caso del mundo editorial este cáncer tiene una forma clara y bien definida en la red: los scanlations.
¿QUÉ ES UN SCANLATION?
Los scanlations, término inglés que viene de la unión de las palabras scan + translation, han pasado a ser uno de los principales problemas de la industria editorial vinculada al manganime. Comenzaron como el típico mal anecdótico asociado a la proliferación de internet y la siempre floreciente piratería digital, pero han derivado en una forma de mercado en si misma que se nutre de la publicidad online (principalmente de páginas web que venden merchan pirata) y las visitas diarias de millones de usuarios por todo el mundo. Estos ingresos que perciben las webs ilegales sirven a fines tan variados como pagar los alojamientos web, abastecerse de los mangas y revistas que digitalizan y en los casos más lucrativos incluso pagar sueldos a intermediarios o distintos grupos de scanlations de cierto renombre.
Básicamente este “industria” del latrocinio editorial se compone de dos factores: las webs que alojan los escaneos y los distintos grupos de scanlations que se dedican a producir los scans. Si originalmente existia algún tipo de ética en un producto hecho por fans y destinado para los fans eso ya es cosa del pasado. Ahora las webs tan sólo buscan el beneficio económico aprovechandose de los lectores pirata.
Las webs de scans llevan funcionando desde prácticamente los orígenes de la era de Internet. Su modus operandi es exactamente el mismo que el de la mayoría de las webs que ofrecen descargas de software digital. Originalmente proliferaron en sistemas de foros y comunidades precursoras de las redes sociales. Estos grupos se dedicaban a la subida y descarga de contenidos en alojamientos de terceros como el viejo Megaupload o Imageshack. A raíz de la popularización de los smartphones el modelo de consumo de esta forma de piratería evolucionó pasando de las descargas a la visualización directa desde la nube de las propias webs. Consecuencia de ello es que gran parte de dichas páginas han enfocado su diseños webs a ser mucho más visuales y accesibles a un público que entra en ellas desde teléfonos y tabletas en lugar de usar el sobremesa o portátil convencional.
Estas webs van moviendo constantemente sus servidores de alojamiento a dominios de países y emplazamientos físicos donde puedan sortear todas aquellas triquiñuelas legales que implicarían un cierre inmediato por parte de los gobiernos de los principales IPS. En la actualidad y para abaratar costes muchas webs de scans han optado por compartir servidores y fusionarse entre ellas, conservando dominos pero compartiendo las bases de datos. Esto queda patente cuando dichos servidores están de mantenimiento o caídos. Antes tan sólo una página estaría caída y su contenido inaccesible, ahora lo estarán varias que se nutren de la misma infraestructura física. Cuando un gobierno consigue cerrar un portal web estos se retraen hasta foros como Reddit y desde allí organizan su vuelta al panorama del scanlation con un nuevo portal y alojamiento.
EL MAKING OF DE LOS SCANS
El otro elemento clave de este binomio delictivo son los grupos de scanlations. Al igual que un camello no es nada sin un narcotraficante un portal web de scans no tendría género que ofrecer a sus drogadictos habituales sin un nutrido grupo de scanlations que le provea de materia prima.
Originalmente los grupos de scanlations eran pequeños equipos de personas aficionadas al manga que se dedicaban a conseguir revistas o mangas inéditos en sus países de origen para su posterior traducción y difusión. Estos grupos vienen de mucho tiempo atrás. Los más asentados y de mayor renombre continúan su producción y distribución en aquellas redes en las que comenzaron: el IRC.
Un grupo de scanlations está compuesto por un conjunto de personas que realizan una serie de tareas para convertir el formato físico de la revista en un producto digital de alta calidad. Se organizan por publicaciones y demografías dando salida a aquellos contenidos que son afines a los gustos del grupo. Es así que hay scanlators enfocados únicamente en la publicación de shojos/josei mientras que la gran mayoría se dedican a los shonen/seinen trending topic. Por lo general los grupos de scanlators escogen entre 5 y 8 series de su interés centrandose en su escaneo y postproducción semanal. La clave para su prestigio radica en la rapidez con la que se sube desde el lanzamiento en Japón y la calidad de sus acabados.
Los proveedores de raws se encargan de conseguir las revistas o tomos y realizan el proceso de digitalización de los mismos. Originalmente para conseguir las revistas se utilizaba incluso a indigentes que a cambio de unos pocos yenes se dedicaban a recoger por los puntos de reciclaje de papel las distintas publicaciones que los distribuidores de los scans les pedían. La industria nipona editorial ha invertido mucho dinero en hacer que esas revistas sean difíciles de escanear para poner freno a la piratería, pero con el paso de los años los distintos avances digitales a nivel de hardware y software han tirado por tierra esas medidas de contingencia. La mayoría de los proveedores de raws son japoneses, chinos o bien coreanos que al igual que en sus orígenes difunden contenidos desde IRC y foros.
Una vez obtenida la materia prima entran en juego los equipos de producción.
Los traductores se encargan de pasar del japonés, chino o coreano los scans que han conseguido a otros idiomas tan variados como el inglés, alemán, francés, castellano, turco o portugués. Para rematar la tarea de traducción están los correctores que se encargan de que las traducciones a los distintos idiomas no tengan incongruencias significativas y sean coherentes con las viñetas.
Por lo general la calidad de escaneo de los proveedores de raws es bastante mediocre. Es por eso que estos grupos de piratas digitales cuentan con la ayuda de limpiadores, expertos en el manejo del Gimp y el Photoshop. Consiguen darle un acabado en el que los dibujos estén nítidos, evitar los cortes entre páginas, dejar los bocadillos limpios y adecuar las onomatopeyas para la lectura del texto. Los limpiadores también suelen realizar tareas de maquetación, typesetters, encargándose de poner los textos con la clásica fuente New Wild Words en los bocadillos de forma que el resultado final sea lo más pulcro posible.
El último eslabón de la cadena de producción serían los inspectores de calidad. Se encargan de revisar todos los pequeños detalles del trabajo de escaneo y dan el visto bueno antes de remitir a las webs el scan terminado.
EL IMPACTO NEGATIVO DE LOS SCANLATIONS
Los grupos de scanlations son a todas luces algo negativo para la industria.
Aquellos que los defienden se amparan en que sirven a las editoriales extranjeras para hacer estudios de mercado sobre aquello que es tendencia online y que podría tener posibles compradores dentro de sus mercados nacionales. Además aseguran que la lectura online de determinadas series les permite valorar productos que de otra forma no llegarían a su mercado editorial y les da a conocer multitud de autores que de otro modo serían desconocidos para ellos.
Consecuencia de esta mentalidad ha sido la aparición de dos grupos de lectores. Aquellos que demandan series porque las han leído de forma ilegal pero que cuando se licencian en su país se niegan a comprarlas con el pretexto de que que ya las han leído y son caras, frente a otros que pese a haberlas leído deciden respaldar la industria y compran dichas obras con la esperanza de que nuevos títulos de esos autores o similar temática sean licenciados en su país.
La realidad es que un delito por mucho que se pretenda dignificar como motor económico sigue siendo un delito. La venta de estupefacientes y la prostitución también serían un buen incentivo para la economía de muchos países pero no por ello dejan de ser algo dañino. Con la piratería sucede exactamente lo mismo. Genera paro cancelando series y revistas, teniendo como consecuencia la lenta muerte de la industria editorial.
JAPÓN Y EL FUTURO DE LA INDUSTRIA
El gobierno japonés desde hace muchos años ha tratado de defender a capa y espada la producción literaria patria iniciando campañas que traten de proteger a sus autores y editoriales. Consecuencia de ello han sido el cierre de cientos de webs de difusión de piratería digital a lo largo de las últimas décadas. Sin embargo siempre hay cientos cortando las ramas del árbol de la piratería por cada uno que está asestando golpes a la raíz. Los tiempos en los que unos grupos de amigos se dedicaban a scanear y traducir para otros aficionados una o dos series son cosa del pasado. Hoy en día los scanlations son un negocio muy provechoso en el cual cientos y cientos de webs se están lucrando de forma cuantiosa del trabajo gratuito e ilegal de aficionados de todo el mundo. Como consecuencia de esto la industria profesional del manga ha sufrido un gran varapalo económico. El coste estimado del daño de la piratería online asciende ya a un total de 2 billones de yenes, lo que al cambio serían unos 18.000 millones de euros. De acuerdo a un reciente informe de la Agencia para Asuntos Culturales de Japón los costes anuales en concepto de fraude intelectual rondan anualmente los 560.000 millones de yenes.
Tras tantos infructuosos intentos de acabar con la piratería editorial Japón ha optado por un nuevo enfoque para solucionar este problema. Del mismo modo que las compañías que venden software de antivirus acaban por contratar a los hackers que encuentran las vulnerabilidades en sus sistemas el gobierno nipón ha establecido una serie de procedimientos legales mediante los cuales las páginas de scanlations pueden convertirse en portales legales de difusión de determinados mangas.
Páginas webs como la de Manga-Anime Guardians Project y Manga-Anime-Here ofrecen a los portales ilegales una serie de pasos mediante los cuales pueden continuar difundiendo determinada serie de contenidos pre acordados desde el marco de la legalidad. Para tal fin ofrecen a estas webs un asesoramiento que les permita mantener su contenido y visibilidad previo pago de unos cientos de miles de yenes a editoras y autores en concepto de royalties. Dado que estas webs perciben notables ingresos en a derivadas de las visitas y publicidad online el pago de dichas cantidades exigidas por el gobierno les permitiría continuar con sus actividades y permanecer dentro del margen de la legalidad produciendo igual flujo de ganancias.
Sin embargo pocas son las webs que se han decidido por este lavado de cara y encauzado sus actividades por el buen camino. A día de hoy la piratería online, disfrazada de buenas intenciones y amparándose en la falacia de que no existe ánimo de lucro, sigue siendo la principal causa por la cual la industria del manga se va muriendo progresivamente fruto de este peculiar cáncer digital que devora con saña sus entrañas y augura dejarnos húerfanos a todos los lectores.
Si no fuese gracias a los scanlations mi colección de mangas seguramente se hubiese quedado con las kanzenbans de Dragon Ball, Dr. Slump, Kenshin, y poco más. Gracias a los fans di el salto a la lectura en PC descubriendo cientos de series a las que nunca me hubiese acercado de otro modo, y que por suerte hoy forman parte de mis estanterías. Eternamente agradecido a los scanlations, si no fuese por ellos no podría haber ayudado a la industria del manga dejándome una parte importante de mi jornal cada mes comprando las novedades.
No estoy del todo de acuerdo con este artículo. Sin duda la piratería digital ha perjudicado a la industria del manga-anime, pero también tened en cuenta que si no fuera por los scanlations, muchas obras serían completamente desconocidas aqui en Occidente. Y si son desconocidas, ¿quien va a comprar nada aquí? Ni todo es tan negro, ni tan blanco.
Muchas novelas ligeras las conozco por gente que se ha tomado la molestia de traducirlas.
Me parece muy fuerte, pero muy muy fuerte, que censuréis mi comentario así por las buenas. Cuando en ningún momento he faltado la opinión a nadie, y he dado mi punto de vista desde mi propia experiencia, y os guste más o menos, la de muchos otros de los que compramos manga habitualmente. ¿Esto es Mision Tokyo? ¿En serio? Por suerte he hecho captura del anterior comentario y de este, por si decidís de nuevo que tenéis que eliminar los comentarios que no concuerdan con vuestras creencias. En fin, ver para creer.
Vale, no sé por qué había desaparecido mi primer comentario, de ahí que pensara mal y me indignara, pero al enviar este ha vuelto a aparecer junto al comentario de otro usuario. No ha sido culpa mía que malpensara porque se había volatilizado, pero pido disculpas porque veo que no había sido algo para silenciarme como había pensado en un primer momento.
Aquí una persona que ha cometido el delito. Llevadme a la cárcel!
Yo no recibo dinero de lo que hago y compro los episodios de las Webs oficial. En cierta medida, me ha indignado este artículo. Muchos de nosotros solo trabajamos en algún proyecto porque queremos que sea más accesible y condenamos lucrarse con esto, ya que ese dinero pertenece al autor. Si un autor se contacta con nosotros, paramos el proyecto. Tal como se describe en el artículo, son horas HORAS de trabajo sin remuneración económica. Todos los miembros de los scans son voluntarios que desean que más personas puedan leer.
Me parece insulso que compareis la prostitución con los scans. ¿Que somos nosotros, los proxenetas? ¿Cómo podéis comparar la compra del consentimiento sexual con el trabajo en el scan?
Existen muchas formas de hablar sobre esto sin caer en analogías ilogicas.
Vaya mierda de artículo he leído, casi ni se nota que está financiado por alguna editorial lol
Este artículo es de un mal gusto increíble. La gran mayoría de personas que participamos en scanlations lo hacemos por amor al arte, invirtiendo cientos de horas sin obtener nada a cambio, simplemente porque queremos compartir con otros fans historias que amamos. Llevo más de 7 años traduciendo y no he ganado ni un céntimo; ni una sola obra de las decenas que he traducido han sido publicadas jamás aquí, ni siquiera lo han sido en Estados Unidos. ¿Qué daño he hecho exactamente a la industria permitiendo a lectores hipanohablantes acceder a obras que de ninguna otra forma podrìan haber leído? De hecho me consta que algunos incluso han comprado los tomos en japonés tras leer mis traducciones y enamorarse de las obras. Que haya cuatro sccanlators que tengan malas prácticas y hagan dinero de ello, o traduzcan obras que se publican en sus países, no quita que la inmensa mayoría no somos así y no estamos haciendo ningún daño ni obteniendo ningún beneficio.
El tio menos pagado por las editoriales. Un imbecil en toda regla. Nunca mas entro a esta pagina.