País del Oro, País del Agua es un manga obra de la mangaka Nao Iwamoto que ha llegado a nuestro país de la mano de Fandogamia Editorial, con unas dimensiones de 112 x 173 cms, un total de 292 páginas, en páginas en blanco y negro y 4 páginas a color, a un precio de 10,00 euros.
Sinopsis
“Con el fin de que los países enemigos A y B mejoren en sus relaciones, uno tendrá que ofrecer en matrimonio a su chica más guapa y el otro a su chico más inteligente. Sara, que es una princesa del país A, se encuentra por casualidad con Naranbayar, un chico del país B y terminan entablando una amistad que deriva en el objetivo conjunto de poner fin a las tensiones bélicas entre ambos países para poder compartir los recursos propios de cada uno con el otro.”
En esta ocasión, la gran F ha querido apostar por esta obra que estuvo nominada a los reconocidos en los premios Manga Taishô, una historia en la que se encuentran Sara, una de las cien princesas del país A, quién pese no destacar por su gran belleza, sí brilla por su nobleza y su inocencia y a Naranbayar, el hijo del bibliotecario del país B, quien ha sido elegido para casarse con la chica más guapa del país A y que, en su caso, brilla por su inteligencia y su sentido de la responsabilidad para poder poner fin a la guerra entre ambos países. La realidad es que ni el país A envía a su chica más guapa ni el país B envía su chico más inteligente, sino que el país A recibe a un perro y el país B recibe un gato que, por casuísticas de la vida, serán receptores de dichos animales Sara y Naranbayar.
Guión y Dibujo
Si bien es cierto que, a priori, País del Oro, País del Agua no es una obra que entre visualmente por su dibujo, siendo éste de trazos sencillos, perspectivas básicas y fondos funcionales, sí te irá enganchando poquito a poco a través sus protagonistas, quienes demostrarán que una guerra no deja de ser un conflicto de intereses dónde sólo unos pocos desean el conflicto y su mayoría desea vivir en calma y felicidad. En este caso, Sara y Naranbayar queriendo lo mejor para su gente, irán mediando con las diferentes dificultades que se les presentarán que van desde mediar con miembros de la realeza con ganas de guasa a costa de los protagonistas, hasta una competición de “a ver quién bebe más vino”; conociéndose poquito a poco y en forma de amistad, los protagonistas crean una alianza rodeada de escenas de humor, aderezadas con mucha ternura que harán que entre la amistad de los protagonistas surja un romance que enamorará al lector.
Probablemente, a muchos puede que el estilo de dibujo pueda ser un motivo de rechazar la apuesta pero en este caso, hay que ver más allá del exterior y ver que la belleza de la obra se encuentra en su interior. En este sentido, resaltar que el trazo sencillo da mayor expresividad a las caras y expresiones de los personajes, así como la estructura sencilla de las páginas hace que la lectura sea sencilla y clara. La sencillez y el estilo de dibujo de Iwamoto hará que sus páginas estén rellenadas con sensibilidad y ternura que, sin llegar a ser una manzana caramelizada sobreazucarada, dará a la obra la dosis exacta de dulzura.
Conclusión
Si te gustan las lecturas amenas con dosis de romance, humor y adorabilidad, ésta es tu lectura. Como ya dije en un momento anterior, la belleza de esta obra está en su interior. Nueva apuesta de la gran F que, sin llegar a ser el éxito de Mi experiencia lesbiana con la soledad, podemos confirmar que está al nivel de sus otras obras publicadas como son Trampas agridulces y Jugando a las casitas por Fandogamia Editorial.