En agosto de 2018 Netflix trajo a España la película Flavours of Youth, de los directores Yoshitaka Takeuchi, Li Haoling y Jiaoshou Yi Xiaoxing; y del productor Noritaka Kawaguchi, que ya llevaba consigo la experiencia de exitosas películas como El jardín de las palabras (言 の葉の庭 Kotonoha no Niwa) de 2013 y Your Name (君の名は) de 2016. Una coproducción entre el estudio japonés CoMix Wave Films y el joven estudio de animación chino Haoliners Animation League, que llamó la atención del público rápidamente, aunque no con sonoridad de obras anteriores de similar temática.
Durante los primeros minutos de la cinta podemos disfrutar de una historia distendida y tripartita. Tres personajes nos mostrarán los pormenores que afrontan en sus vidas, a través de una animación fluida, colorida y costumbrista que consigue transmitir perfectamente un mensaje.
- La comida como expresión cultural y humana.
En ocasiones los mejores restaurantes no portan una estrella Michelin, ni tienen una exquisita decoración; sino que tienen un chef magnífico, con una auténtica devoción por su cocina, la cual lleva con esfuerzo y cariño. Por ello, en la primera historia se nos hace hincapié en los maravillosos recuerdos que un simple tazón de fideos San Xian (三鲜 面) con ternera puede evocar con su aroma e ingredientes. Pues, desde la provincia de Hunan hasta la prefectura de Kumamoto, ambos países muestran una magnífica especialización regional, empleando ingredientes locales que dan un sabor único a sus platos, lejos de las comidas prefabricadas que hoy en día podemos encontrar en muchas capitales de Asia Oriental. En definitiva, la comida se convierte en un momento de recreo. Nos deleitarnos con cada matiz y detalle, así como recordamos con nostalgia a nuestras familias y nuestras raíces.
- La importancia de familia, la amistad y el amor.
El término “家庭”, en chino (jiātíng) y en japonés (katei), hace referencia a la unidad familiar (casa y miembros de una familia). Éste es un concepto fundamental para entender ambas sociedades patrilineales, desde la ie y las familias nucleares japonesas, a la familia tradicional china o jia, junto a los nuevos modelos familiares desde la derogación de la “política del hijo único” (孩政策; hái zhèngcè) en 2015. Hemos podido apreciar el valor de la familia en una abuela dedicada, una hermana agradecida y unos padres preocupados. Cada historia ha remarcado el valor de las raíces humildes de los protagonistas y de la casa familiar. Del mismo modo, la auténtica amistad se ve fundamentada en la honestidad y la entrega. En ambos casos podemos decir que ha sido el amor 愛 (ài/あい), así como otros factores, aquello que ha permitido a estos jóvenes seguir adelante.
- Las expectativas con los estudios y el trabajo.
La preparación para los exámenes de acceso a la universidad en Japón y en China, daigakunyuji ( 大学入試) y el gaokao ( 高考) respectivamente, son un aspecto fundamental y un paso importante para la estructura social, funcionarial y demográfica de ambos países. El individuo desea cumplir con los deseos de sus padres, y convertirse en un adulto capaz de cuidar de su familia en un futuro. Esta es una realidad que prevalece en muchas culturas orientales. Pero, mientras que en Japón hay cada vez más personas que se desligan de estos valores tradicionales, en China sigue manteniendo cierta fuerza. Concretamente, esta película ha hecho un gran papel al mostrarnos no sólo la actitud de los padres respecto a los estudios de sus hijos, sino también el férreo y vejatorio trato a los trabajadores de muchas empresas, y el estrés que pueden causar ciertos trabajos en los que se debe cumplir con unas expectativas e imagen.
- Los frenéticos cambios del plano urbano.
Desde que la película inicia sabemos perfectamente que no estamos en Japón, ¿a qué se debe? Yo diría que resulta obvio por el parco y sencillo diseño de los escenarios en las zonas rurales, y la inmensidad de rascacielos o espacios amplios de las zonas urbanas. Desde un pueblecito de Hunan, pasando por la Guangzhou más metropolitana, y acabando en las pequeñas barriadas de Shanghái. Son lugares que, o bien nos retrotraen al periodo de la Revolución Cultural de China, o nos evidencian la megaurbanización de China en los últimos años, la cual deja a veces de lado el valor del patrimonio local. Esta es una situación que recuerda al Japón de la posguerra, donde los más mayores vieron su pasado esfumarse entre grúas y edificios de hormigón.
- Una visión confuciana de la vida.
No deberíamos simplificar ningún aspecto de la sociedad japonesa o china en base a las creencias religiosas y las diversas doctrinas o filosofías. Sin embargo, existen ciertos comportamientos en sus ciudadanos (sobre todo mayores) que pueden verse fácilmente explicados o indirectamente relacionados con el budismo o el confucianismo, desde la consagrada piedad filial (孝, xiào), pasando por el conocimiento de uno mismo para alcanzar la bondad o virtud humana (德, dé), y acabando en el ideal del retiro espiritual ante la temprana muerte (隐居, yǐnjū). El objetivo es llevar una filosofía de vida que te permita disfrutar del momento, rememorar los momentos más especiales de la juventud y no frustrarse por un futuro incierto, sino simplemente aprender de los errores pasados.
En conclusión se trata de un anime sencillo, de gran belleza en su diseño artístico y guion, cuyos sentimientos y pensamientos podrían ser fácilmente compartidos entre las diferentes generaciones chinas y japonesas. Una película que explora la juventud como una experiencia que debe ser vivida a cada instante, pensando siempre en aquellas personas que nos apoyan. No se poetiza con la adolescencia y la temprana adultez como tal, sino que se romantiza con el ideal de la vida, de las oportunidades y la belleza del mundo que nos rodea.
“Nuestras risas y lágrimas se funden en una canción, pero ¿cómo acabará la melodía? Ayer estaba en un callejón sin salida, no lo olvidaré, pero seguiré adelante. Y el sonido de mis pasos se abrirá camino hacia el mañana”.
Texto: Estel.la Ramírez Martínez