La temporada de anime de primavera cierra las puertas dejando atrás una muy esperada segunda temporada de Ataque a los Titanes (con vistas a una tercera), así como la primera mitad de la magnífica segunda temporada de My Hero Academia, la cual presenta su nuevo arco con un antagonista de lo más carismático: Stain, The Hero Killer. Una temporada prolífera en cuanto a argumentos entre los que se encuentran Re:Creators o Seikaisuru Kado, pero que si ha terminado llevándose la atención del público ha sido por los grandes nombres como la adaptación de Atom The Beginning o Berserk (y esta no precisamente por su acierto de adaptación).
Sin embargo, escondida y silenciosa, como un soplo de brisa nocturna, se deja entrever una historia que ha conseguido cautivarnos por su saber hacer. Sencilla, dulce y bonita, Tsuki ga Kirei hace honor a su nombre, con un argumento sobre el primer amor “tan bello como la luna”.
Trabajo original producido por el estudio feel., su guionista Yuuko Kikahara (Sakamichi no Apollo, Digimon Adventur Tri 1: Saikai) y su director Seiji Kishi (Angel Beast, Assassination Classroom, Carnival Phantasm) han sabido contar una historia con la perfecta conjunción de elementos entre los que encontramos su estilo artístico, su música y, sobre todo, su narración.
Sinopsis
¿Creéis en el amor a primera vista? Tal vez la palabra “amor” se quede un poco grande ante el contexto en el que se conocieron Kotarou Azumi y Akane Mizuno. Estudiantes de último año de secundaria, coinciden en la misma clase por primera vez y no pueden evitar sentirse “curiosos” el uno por el otro. Kotaro es un lector empedernido que aspira a ser escritor, pero que no es bueno expresándose; Akane practica atletismo pero tiene miedo escénico hasta el grado de no saber qué decir delante de sus amigos. Pequeñas acciones de dos adolescentes tímidos que no solo derivan en sentimientos amorosos, sino que también los hace madurar como personas. ¿Estará su encuentro predeterminado por lo que se conoce como “el hilo rojo del destino”?
Lento, dulce y entrañable romance
Las historias de amor adolescente en el instituto están a la orden del día. Quizás uno de los tópicos narrativos más socorridos dentro del shojo manga, no era de extrañar la expectación ante las palabras del director al referirse a Tsuki ga Kirei como “una historia de amor completamente original”. ¿Qué queda por contar dentro de ese campo? La clave no estaba en el qué, sino en el cómo. En el saber hacer narrativo a la hora de cómo contar la historia.
Tsuki ga Kirei presenta un romance dulce y entrañable, que florece lentamente a medida que las pequeñas acciones de los protagonistas van despertando la curiosidad del uno por el otro. Un estilo narrativo que quizás recuerde a Kimi ni Todoke, Ao Haru Ride u orange., pero que aquí se luce sin pretensión. No aspira a maravillar con el leitmotiv del romance, mas a pesar de todo, sabe mostrar una perspectiva del primer amor de forma atrayente y certera.
La historia de amor entre Kotarou y Akane no es la única que se muestra en el anime. Dentro de la diversidad estudiantil que se puede encontrar en un instituto, el guion se toma la molestia de pararse a reflexionar sobre diferentes tipos de amor y relaciones. Inquietudes que, a pesar de parecer obvias en muchas ocasiones, pueden ser un mundo cuando se es inexperto en la materia. A modo de pequeños omakkes o side stories al final de cada capítulo, son los personajes secundarios los que toman la voz cantante para mostrar sus acciones, por supuesto, con un pequeño toque humorístico completamente necesario ante la tensión y, en ciertas ocasiones, el obligado realismo y dramatismo del que se tiñe la historia.
Y es que, Tsuki ga Kirei es una historia de personajes. Son estos los actores que mueven el argumento, los que lo hacen avanzar, los que nos mantienen pegados a la pantalla queriendo saber qué va a pasar. No solo los personajes principales están bien construidos, sino que los secundarios, dentro de sus arquetipos, también lo están. Las interacciones entre todos se suceden de forma natural. Hasta el hecho de esas primeras conversaciones con aire tenso y cortante están plasmadas al milímetro.
Es correcto señalar que en ciertas ocasiones, la indecisión o timidez de Kotarou y Akane llega a desesperar, pero hasta ese sentimiento está maravillosamente expresado. Son dos personas inexpertas en el amor que tienen dudas y miedos por seguir un camino que desconocen. Es esta su mayor virtud: la capacidad de empatizar con el público a través de las distintas escenas. Sonreirás sin siquiera proponértelo al identificarte a ti mismo en la piel de alguno de ellos.
Sin embargo, esa es solo una de las muchas capas que esconde la historia. Tsuki ga Kirei es más que una oda a ese dulce recuerdo del primer amor. Es un cántico a la juventud, a esa etapa entre la niñez y la adolescencia donde comenzamos a tomar decisiones que repercuten en nuestro futuro. Sueños frustrados, sobreponerse a un rechazo, compaginar la amistad y el amor, sacrificarse por los demás… Un insospechado discurso de reflexión sobre la amistad, el primer amor y las relaciones interpersonales aderezado con frases icónicas del célebre escritor japonés Dazai.
Y es curioso este detalle, pues al principio Kotarou toma las indicaciones de Dazai como un dogma inquebrantable, para al final ser el mismo quien decida cómo quiere vivir su vida. Con un final a la altura de un guion más que redondo, las palabras de Kotarou y el ending ponen el punto y final a una historia que os dejará con un buen sabor de boca.
Como la luna, tan hermoso
Tan simple como su propio título indica. Tsuki ga Kirei es un anime sencillo y dulce, que brilla como la luna llena y amarga como la luna nueva. Porque sí, a nosotros nos ha hecho llorar en más de una ocasión. Una historia blanca, transparente, sin paños calientes, realista y justa. Perfecta en su justa medida gracias al conjunto de todos sus elementos, entre los que destacamos la OST de Takuro Iga con especial mención a las Insert Song interpretadas por Nao Toyama que se encargan de mostrar los sentimientos e inquietudes de los protagonistas en los momentos climáticos y decisivos. Asimismo, el estilo artístico elegido, un íntimo y detallista pincel en acuarela, termina de agregar esa sensación de dulzura de la que se rodea la obra.
La dirección artística y narrativa han sido más que impecables. El acertado uso de planos estáticos la mayor parte del tiempo, combinados con los primeros planos y planos detalle le dan énfasis y fuerza a los momentos claves. Una lírica intimista, sacada de un imaginario detallista, de alguien que sabe mostrar mucho con pocas palabras. Una suerte de prosa poética en imágenes que llega al corazón.
A pesar de todo, y sin desmerecer el trabajo realizado por feel., es necesario remarcar como punto negativo la utilización del CGI o animación por ordenador. Mientras que cada escena parece una fotografía o incluso un lienzo artístico, hay ciertos momentos en los que los personajes de fondo, animados por ordenador, desentonan completamente y hasta rompen la escena. No decimos que no sea lícito el uso de este recurso, sin embargo, estos CGI mal implementados y acoplados con la animación tradicional, se cobran la lacra de más de un disgusto de escena, pues son, ciertamente, bastante agudizados e imposibles de pasar desapercibidos. Por suerte, hacia la mitad de la serie, se corrige casi por completo este hecho.
¿Sabías que…?
- La frase «Tsuki ga kirei», que se traduce como “la luna es hermosa”, es una forma popular de decir “te amo” en japonés. La primera vez que se tuvo constancia de este significado fue durante la Era Meiji, gracias al novelista y profesor Natsume Soseki, quien creía que dos personas que se aman no necesitan expresar sus sentimientos directamente con palabras para convencerse de ello.
- La serie consta de un total de 12 episodios y se encuentra disponible para visionar en la plataforma Crunchyroll.
- El capítulo 6.5 es un recopilatorio/resumen de los acontecimientos de los seis primeros capítulos.
- El opening se titula “Ima Koko” y el ending “Tsuki ga Kirei”. Ambos están interpretados por la seiyuu y cantante Nao Toyama, quien además pone la voz a la profesora de la clase.
Tsuki ga Kirei es un cántico a ese primer amor que nunca se olvida. Ese que entra en nuestras vidas por sorpresa y que se queda en nuestros recuerdos. Una historia dulce, sin más pretensión que la de ser contada, que la de dejarse ver; como esa luna que sale tímida al anochecer, como esos cerezos que florecen en el primer capítulo, justo en el momento en el que se siembra la semilla de la relación entre Kotarou y Akane. Si bien los protagonistas son algo tímidos y llevan su relación de forma lenta, cada palabra, cada acción y cada detalle mostrado está medido al más mínimo detalle. No destacará precisamente por su animación, puede que tampoco por sus personajes; pero no dejará indiferente a quien decida darle una oportunidad.