No somos cómo somos por casualidad. Nuestra infancia estuvo plagada de productos mierder que nos traumatizaron y sacaron lo peor de nosotros. Ahora que hemos crecido nos hemos psicoanalizado y hemos llegado a la conclusión de que….
¡Estos son los cinco productos más mierder que traumatizaron nuestra infancia!
En quinta posición: Las figuras GiJoe de Street Fighter
¿Quién no recuerda los míticos G.i.Joe? Las figuras de acción por excelencia de los 90 que en su afán de renovación constante llegaron a sacar una colección inspirada en la franquicia de Street Fighter II, aprovechando el estreno de la película de Van Dame. Lo cierto es que los muñecos estaban a la altura de la película y es que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. El diseño de los GiJoe hacía que todos los personajes tuviesen el mismo tamaño, el mismo tipo de cuerpo y unos rostros aterradores, incluso para el guaperas de Ken. Una mierda que nos traumatizó y que bien merece inaugurar este Top.
¿Quién no recuerda los míticos G.i.Joe? Las figuras de acción por excelencia de los 90 que en su afán de renovación constante llegaron a sacar una colección inspirada en la franquicia de Street Fighter II, aprovechando el estreno de la película de Van Dame. Lo cierto es que los muñecos estaban a la altura de la película y es que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. El diseño de los GiJoe hacía que todos los personajes tuviesen el mismo tamaño, el mismo tipo de cuerpo y unos rostros aterradores, incluso para el guaperas de Ken. Una mierda que nos traumatizó y que bien merece inaugurar este Top.
En cuarta posición: Juego de mesa Campeones Vs. Supergol
Corrían las navidades de 1991, Oliver y Benji estaba de moda y también su ficticia secuela, Supergol. Así que aprovechando el tirón comercial salió a la venta un juego de fútbol chapas de plástico llamado Campeones Vs. Supergol. Incluía pegatinas de los dos equipos que tenías que pegar en las fichas, un tablero y… poco más. Fue un crossover tan memorable como lamentable, por la cutrez del juego. Decepcionante incluso para la época.
En tercera posición: Versión yankie de Digimon
Manga a color de la serie del momento, formato de mierda a buen precio… no podía fallar. ¡Los niños caerán como moscas! Algo así debieron pensar los responsable de Planeta cuando licenciaron esta cutronga adaptación de Digimon realizada por los americanos de Dark Horse. Las portadas daban el pego pero lo que se escondía en su interior era más propio de tiempos pasados que del S.XXI Una cagada de Planeta que es mejor olvidar.
En segunda posición: Comics Oliver y Benji
Fruto de una larga tradición que se remontaba a los años 70, según la cual las series de éxito de televisión debían ser adaptadas al cómic por Beaumont, nos llegó esta colección de tebeos. Beaumont era un prodigio de rapidez por sueldos ridículos, toda una garantía para las editoriales que querían aprovechar el tirón televisivo de cualquier dibujo animado del momento. Así no llegaron adaptaciones de La Abeja Maya, La Batalla de los Planetas o Belfy y Lillibit. Pero la palma se la llevó esta versión cutronga donde las haya. Con una periodicidad semanal y un precio carillo para la época, 225 pts, teníamos aventuras que mezclaban los capítulos del anime con historias inventadas protagonizadas por personajes parecidos a Oliver y Benji. Los peinados, los colores y los nombres variaban como por arte de magia. Lo peor, que esta versión probablemente vendió más que el manga original que años después editaría Glénat. Mierder en estado puro.
Fruto de una larga tradición que se remontaba a los años 70, según la cual las series de éxito de televisión debían ser adaptadas al cómic por Beaumont, nos llegó esta colección de tebeos. Beaumont era un prodigio de rapidez por sueldos ridículos, toda una garantía para las editoriales que querían aprovechar el tirón televisivo de cualquier dibujo animado del momento. Así no llegaron adaptaciones de La Abeja Maya, La Batalla de los Planetas o Belfy y Lillibit. Pero la palma se la llevó esta versión cutronga donde las haya. Con una periodicidad semanal y un precio carillo para la época, 225 pts, teníamos aventuras que mezclaban los capítulos del anime con historias inventadas protagonizadas por personajes parecidos a Oliver y Benji. Los peinados, los colores y los nombres variaban como por arte de magia. Lo peor, que esta versión probablemente vendió más que el manga original que años después editaría Glénat. Mierder en estado puro.
En primera posición: Tarjetas ESTE de Dragon Ball
Esta aberración producto de la codicia, la cutrez y el mal gusto consiguió sacarnos una buena cantidad de pagas a los inocentes proyectos de otakus de los 90. Tras el éxito de la colección de cromos adhesivos de Panini las empresas vieron la gallina de los huevos de oro y se apresuraron a ofrecer lo que fuese con la calidad que fuese, así que debieron contratar a dibujantes en horas bajas con sueldos de mierda y tiempo limitadísimo, sólo así se entienda la cantidad de erratas que contenían las tarjetas y los dibujos de Goku y compañía más feos que jamás se hayan visto. Sin duda alguna, un producto traumatizante que se lleva el primer puesto de productos mierder que traumatizaron nuestra infancia.
Esta aberración producto de la codicia, la cutrez y el mal gusto consiguió sacarnos una buena cantidad de pagas a los inocentes proyectos de otakus de los 90. Tras el éxito de la colección de cromos adhesivos de Panini las empresas vieron la gallina de los huevos de oro y se apresuraron a ofrecer lo que fuese con la calidad que fuese, así que debieron contratar a dibujantes en horas bajas con sueldos de mierda y tiempo limitadísimo, sólo así se entienda la cantidad de erratas que contenían las tarjetas y los dibujos de Goku y compañía más feos que jamás se hayan visto. Sin duda alguna, un producto traumatizante que se lleva el primer puesto de productos mierder que traumatizaron nuestra infancia.