-Sí, el manga es una moda. Actualmente estamos rodeados de productos que empezaron siendo una moda y han pasado a formar parte de la vida cotidiana de todos. El manga pertenece a la cultura japonesa, no a la nuestra, y empezó como una curiosidad en un momento en el cual los cómics empezaban a mejorar sus resultados y el animé japonés arrasaba en televisión. Pero es una moda que ha enraizado en nuestra cultura de un modo especial. El Salón del manga de Hospitalet es el más importante de Europa y eso quiere decir algo. Yo en ningún momento dije que el manga fuera a desaparecer, y sí dije que su aportación había sido muy importante, porque entre otras cosas había llevado unos consumidores mucho más jóvenes a las comiquerías.
¿Entonces, si piensa eso, por qué se ha levantado tanta polémica?
-Puede ser que no me explicara bien o que como decía que el cómic americano es el principal sustento de las librerías especializadas, todos terminaran vinculando un tema con otro. Y claro, como nosotros no tenemos ningún súper ventas en manga, era fácil que pensaran aquello de la zorra y las uvas. Pero creeme, nada más lejos de la realidad. Me alegro de los éxitos de las otras editoriales y creo que hay espacio para todos.
¿Qué cree que debe hacer el mundo del manga para que los títulos se vendan tanto como los de Spiderman y X-Men?
-Yo creo que ya se han hecho muchas cosas y se están haciendo otras. Naruto vende posiblemente más que cualquier cómic de Súper héroes, y hay otros títulos con ventas por encima de los 10.000 ejemplares, aunque si excluimos Naruto y Dragon Ball dudo que lleguen a los 15.000. Por los datos que muevo de algunas librerías especializadas, el cómic americano vende más que el manga y lo hace de una manera más regular.
¿Entonces, hay crisis en el manga o no la hay?
-Esa es una buena pregunta. Hay una crisis general del cómic, que es mucho menor que en otros sectores, pero creo, y eso pueden comentarlo mejor los libreros, que al manga le afecta más que al cómic americano, igual que al marchandising le ha afectado más que a los libros. Es normal que así sea si pensamos en el crecimiento brusco del manga y en la gran cantidad de títulos editados, además de las peculiaridades de los compradores de manga versus los compradores de cómic americano. Los segundos compran más de cuatro novedades cada mes y los de manga una o dos.
Otra acusación es la de quienes interpretan que la gran cantidad de títulos que editan en España puede llevar a la ruina a las librerías especializadas ¿Puede ocurrir también eso con las más especializadas en manga?
-Discrepo de esa opinión. Es más, si algún día en España entre todos los editores nos limitáramos a sacar cada mes sólo 30 o 40 novedades, estaríamos firmando el acta de defunción de las comiquerías. Sí, con esa cantidad de títulos perfectamente asumibles por la FNAC, Casa del Libro y otras grandes cadenas de librerías, las comiquerías perderían su razón de ser. Sin embargo, hoy en día son imprescindibles, porque el gran núcleo de compradores tienen muy clara la importancia de su librero: le aconseja, le asegura que los libros están en perfecto estado y no manoseados, le informa de las novedades y, como con el tiempo ya conoce los gusto del comprador, le ofrece nuevas posibilidades. Todo eso sin olvidar que sólo estas librerías garantizan que exista el fondo editorial.
Entonces ¿su apuesta se reduce a las librerías especializadas en detrimento de otros establecimientos?
-No es bueno que el mercado se reduzca a las comiquerías. Por ejemplo, nosotros acabamos de abrir una experiencia muy interesante en Toys¡R\’Us: tenemos expositores con cromos, cómics y revistas. Ciertamente quienes van a Toys\’R\’Us van a comprar juguetes, pero allí se encuentran un producto extraño. Para unos, los padres, puede ser el recuerdo de la infancia y puede surgir la compra compulsiva; para otros, los niños, es la revelación de que esos personajes que conocen por el cine tienen su origen en un cómic. Obviamente, si alguien se engancha a leer cómics buscará más, y terminará en la librería especializada, que es donde puede encontrar más referencias. Sin embargo, es difícil que uno entre en las comiquerías si no tiene un estímulo previo. Por ejemplo, el manga ha sido el estímulo para que los jóvenes entraran en las librerías. Lo mismo ocurre con las grandes librerías y las grandes superficies, por lo que creo que todos los editores debemos fomentar estas ventas y pienso que la proporción óptima sería de un 40% de venta en comiquería y un 60 en el resto.
¿Pretende que baje la venta de las comiquerías como a usted le gusta llamarlas?
-En absoluto. Nada más lejos de la realidad. Un 40 % de 1.000 siempre es más que un 70% de 100. Si aumenta el mercado, ganamos todos. También las comiquerías.
En cualquier caso resulta evidente que Panini ha cambiado su política editorial con respecto a los primeros años. ¿A qué se debe?
-En un principio, atraídos por el éxito del manga, empezamos a editar con avidez y pagamos generosamente mínimos garantizados que no hemos cubierto. Pero lo cierto es que no conocíamos el mercado. De hecho, la sección de manga de Panini ha sido deficitaria hasta el año pasado, ya que salvo alguna excepción (Ultramaniac) no llegábamos a cubrir los MG (margen sobre las ventas). Afortunadamente ese déficit era perfectamentre asumible, porque el cómic americano nos funcionó muy bien desde el primer día y cubría con creces ese pequeño desequilibrio.
Pero en aquella época también publicaron títulos muy buenos.
-Editamos algunos libros de gran calidad, porque pienso que la calidad no siempre tiene que ver con la comercialidad, pero fueron un fracaso. Me refiero a series como Planetes, que tenía todos los ingredientes para ser un gran éxito: es un gran cómic, en Japón funcionó muy bien, tenía animé que se emitió en España y encima había un mensaje ecologista que a mí, personalmente, me parecía muy interesante. Pero el resultado fue mal en ventas, poco más de 1.000 ejemplares.
¿Y si ahora ya no están en pérdidas y editan menos, cómo se explica este resultado?
-Ahora tenemos más experiencia, editamos menos, elegimos mucho mejor, y ajustamos nuestros pagos a las cantidades que consideramos podemos cubrir. Caballero Vampiro, Abara, Ikigami o Biomega son buenos ejemplos de mangas que nos están funcionando muy bien, aunque no lleguen a las cifras de Naruto y los grandes éxitos. De Caballero Vampiro reimprimimos este año los primeros números y ya ronda los 10.000 ejemplares y en los otros estamos alrededor de los 5.000. Sí, ya sé que no es mucho, pero supongo que muchos editores firmarían ahora mismo para tener cuatro mangas por encima de los 5.000 ejemplares de venta.
¿Cree que los demás editores deberían seguir la línea de Panini?
-No, para nada. Ya sabe aquello de cada maestrillo tiene su librillo. Creo que cada editor debe buscar su camino. De todos modos, y vuelvo al tema del «manga como moda», lo coherente es que cada editorial busque el equilibrio entre lo que edita y lo que vende. Nosotros hemos encontrado la rentabilidad reduciendo el número de salidas y potenciando una línea un poco más adulta, junto al manga para chicas y el resultado es bueno. La moda del manga ya pasó y ahora en nuestro país va a quedar la realidad, que es un mercado maduro y dispuesto a aceptar bastantes novedades, pero posiblemente no tantas como salían hace un par de años. Lo lógico es que los editores controlen más las tiradas y ofrezcan mínimos garantizados más bajos a los editores japoneses con el fin de optimizar resultados.
¿Y de cara al Salón del Manga de este año, debemos esperar grandes novedades o va a ser un año austero?
-Hombre, la gran novedad de Panini para este Salón del Manga es que posiblemente no asistamos.
¡Cómo es posible! Es una mala noticia…
-Según se mire. En su día en Panini decidimos que no íbamos a vender en los Salones, porque de esta manera potenciabamos a las librerías que asistían. Así lo hemos estado haciendo y así lo seguiremos haciendo en el Salón del Cómic de Barcelona, donde tendremos un stand de representación y seguiremos regalando cómics a los clientes de los Panini Points. Lo que pasa es que en el Salón del Cómic somos los líderes y está bien que asumamos esos costes. Pero en el sector del manga debemos ser la cuarta o la quinta editorial y pensamos que esos costes deben asumirlos los líderes del mercado.
¿Eso quiere decir que este año no veremos las famosas «Pes» de Panini y no habrá mangas de regalo, que van a dejar colgadas a las librerías que apostaron por Panini en salones anteriores?
-La verdad es que no me había planteado el tema desde ese punto de vista. Si alguna librería quiere ser Panini Point en el próximo Salón del Manga, que se ponga en contacto con nosotros y seguro que encontrarán nuestro apoyo y buscaremos la manera de que puedan obsequiar a los clientes que compren nuestros productos. De todos modos, reflexionaremos sobre tu planteamiento.
Este es el resumen de la amena charla que he mantenido con José Luis Córdoba a raíz de la repercusión de su artículo. Salgo con la primicia de que posiblemente no van a vender en el Salón del Manga y con la sensación de que podemos tranquilizar a los lectores de Misión Tokyo sobre la salud del manga en España.